Apariencias

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6 meses sin saber de Momo, la clase 1-A no era lo mismo pero al mismo tiempo se respiraba una tranquilidad tan grande que la mayoría ni lo notó del todo. Solo se preguntaban el porqué se había cambiado de escuela.

La vida de Izuku por su puesto que cambió radicalmente; su nueva casa era genial, su quirk era poderoso e increible, tenía calma y todo iba bien, aparentemente.

Pero en su interior, cada día y cada noche se preguntaba si el día de mañana, Momo regresaría.

Después de aquella despedida no la vio jamás, solo les pedía a algunos de sus amigos que preguntaran si seguía en el horpital, recibió una respuesta positiva por 7 días, sin embargo, el día 8 fue cuando ya no supo nada de ella.

Al saber que se había marchado quiso llorar pero no lo hizo, su madre y algunos amigos estaban ahí con él así que solo se limitó a bajar la cabeza.

En la Academia, decidieron crear credenciales para cada estudiante y con ayuda de un buen detector de mentiras creado por la linda servidora, Mei, lograron confirmar toda la información dada.

La seguridad aumentó e hicieron otra puerta a parte de la principal. Gracias a eso, el caso se hablaba más debido a que los experimentados querían explicarles a los novatos lo que había pasado. Los profesores no estaban muy contentos por eso, así que hablaban seriamente con ellos en dichas conferencias privadas.

E igualmente, Izuku recordaba y hablada de ello con su, ahora, profesor de confianza, All Might.

- ¿Cómo estás hoy? Raro, Bien, Triste, Deprimido, Animado... -  preguntó al reunirse con él en el gimnasio a finales de clases

- Tristemente bien, supongo -  sonrió

- Aún la extrañas -  dijo, Midoriya asintió

- Bueno, no sé si después de lo que pasó pueda volver para segundo año -  concluía
- Pero si su recuperación es completamente certera entonces no creo que le prohíban la entrada pero no se sabe, sus actos fueron precipitados y casi impunes pero en fin, cuando vuelva se verá qué se puede hacer.

Ya no habían entrenamientos obligatorios, ya solo eran pláticas del avanzar tanto de la Academia y aprendizaje. También repasaban su propia materia, lo que al mismo hacía más fuerte su lazo de alumno y profesor.

Izuku sentía su vida semivacía, se sentía tranquilo pero extrañaba a la azabache, ese último beso lo hizo querer más de lo mismo, sintió una tal sinceridad única que cada vez que lo recuerda su corazón  se oprime con gran nostalgia y dolor. 

Debía seguir así hasta que regresase, aunque la ansiedad lo mate día a día, no se rendiría, así muchos le digan que no volvería o que simplemente lo olvidara, para él es imposible; a veces iba a la que era la  mansión de Momo y veía las ruinas del primer piso, estando rodeado por una cinta amarilla de los policías, entró con cuidado y vio el cuarto estrecho, tocó la pared aún manchada de sangre y recordó todo lo vivido hasta ahora, era genial pero melancólico.

- Momo..., quiero verte de nuevo -  susurró para sí, luego salió de aquél lugar y se dirigió hacia su casa con la mirada baja.

Al llegar no dijo ni una sola palabra, simplemente se dirigió a su habitación y se encerró hasta tarde, llorando y recordando aquél amor psicótico al inicio, conmovedor al final.