Apariencias

Largo sueño

Todo parecía tranquilo, en paz, reconfortante. Pero a la mente vino su rostro blanco con aquellos ojos grises y su largo cabello negro, despertó con sorpresa y preocupación, siendo víctima aún del shock.

Miró el lugar en donde estaba, un hospital, se levantó poco a poco para quedar sentado, al parecer estaba solo en la habitación.

Recordó todo, Bakugo había provocado dicha explosión gigantesca, pero al momento de caer al suelo quedaron bajo los escombros, Izuku solo escuchó como la azabache llamaba a un grito su nombre para después quedar inconciente.

Todo su cuerpo le dolía y tenía en yeso un brazo y una de sus piernas. Suspiró, su abdomen dolía terriblemente, y dicha incomodidad subía hasta el pecho, provocando una dificultad al acto de respirar.

La puerta se abrió, dejando a la vista el rostro de su madre, quien se alegró de verlo despierto.

- ¡Izuku!, ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? ¿Quieres algo? ¿Cómo estas? - preguntaba demasiado preocupada

- Hola mamá, estoy bien no te preocupes, no me duele mucho -

- ¡Ay hijo! No pensaría que esto acabaría tan mal - sus ojos se llenaron de lágrimas.

- No te preocupes, mamá, estoy bien; ¿Logramos cambiarnos de casa? - preguntó, extendiendo su mano a su celular inconscientemente

- Sí, está unos cuantos metros más lejos - contestó ella, mirándolo con asombro

Izuku revisó la hora, era temprano.

- Mis amigos, ¿Cómo están? - preguntó

- Están bien, nada malo les ocurrió o bueno, nada malo después de esto - suspiró

- ¿Y Momo? -

- ¿La chica que les hizo esto? No lo sé, y prefiero que se aleje, en especial de ti - dijo acariciando su mano

- Pero yo quiero saber su estado mamá, será estúpido pero la verdad es que yo la amo, me enamoré de ella - admitió

- -¡¿Después de todo lo que te hizo?! ¡Por favor Izuku, No! -

- ¡No fue su voluntad! - levantó un poco su voz - No fue su voluntad - la defendió

Su madre se sorprendió, su preocupación incrementó al escuchar dichas palabras.

- Lo sé, es estúpido pero así pasó, desde casi el primer día de escuela hasta ahora, simplemente...pasó - bajó la mirada

Los brazos de su madre lo arroparon en un cálido abrazo lleno de amor y alivio al tenerlo nuevamente consigo después de tanto.

- ¿Crees que se recupere de eso? - preguntó

Izuku alzó un poco los hombros, no lo sabía pero esperaba que fuera así.

- Sí realmente llega a curarse de eso, no pondré resistencia pero quiero que...estés a salvo - besó su cabeza

- Está bien, no te preocupes - dijo y correspondió su abrazo

- ¿Te diste cuenta? - preguntó después de un rato de silencio

- ¿De qué? - preguntó

- ¿Dónde está tu teléfono? - se separó un poco

- En la mesa de la esquina - dijo de inmediato

- ¿Y dónde lo tienes? - preguntó nuevamente

Izuku no entendió del todo pero al tratar de cerrar su mano sintió su teléfono en ella, se sorprendió.

- Yo no lo hice - agregó su madre

El chico la miró con asombro, vio un vaso frente a la cama, estiró su mano y dicho objeto se acercó a él; sus verdes ojos se llenaron de lágrimas.

- Te..Tengo un...un... -

- No un, es tú Don - corrigió su madre quien lo abrazó con felicidad, pareciera que por su esfuerzo y los tres días en los que durmió ayudaron a desarrollar su quirk, era extraño pero no le importó, estaba feliz. Claramente con ayuda de All Might, lograría desarrollarlo más y hacerlo más eficiente con el One For All que el mayor deseaba otorgarle.

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Los días transcurrían normal, la recuperación de todos iba prosperando cada vez más.

Varios compañeros de clase acudían a ellos para estar al tanto de su estado, todo iba de maravilla, ya nada era malo.

- Atraparon a los que controlaban a Momo - comentó Uraraka mientras acompañaba a Midoriya en su habitación

- ¿De verdad? Que gusto - sonrió

- Sí, gracias al profesor All Might fue más fácil, le agradas bastante - sonrió

El chico también sonrió.

- Espero que la dejen en paz -

- Supe como se encuentra, lograron sacar lo que tenía implantado en el cráneo, se está recuperando -

- ¿De verdad? Pero que bueno, ah, espero...que todo sea mejor en adelante -

- Así será - le sonrió y tomó su mano con cariño, tomando total atención del pecoso, formando un momento algo incómodo.

- Aún la quieres, verdad? - preguntó con algunas lágrimas en los ojos

Izuku bajó la mirada.

- Sí, aún la quiero..., bueno, la amo - dijo

Uraraka sonrió con aquella mirada rota para luego mirarlo a los ojos. Izuku se conmovió pero no le agradó verla así.

- Me alegra que hayas encontrado esa persona especial para ti - dijo

- Uraraka... -

- Bueno - lo interrumpió - Vendré mañana, nos vemos - dijo y se levantó para salir de ahí. El chico suspiró pero no podía hacer otra cosa, amaba a Momo, estúpido, probablemente, pero no le importaba, quería estar con ella, con la persona que realmente conoció y conocerá a lo largo de esa nueva vida.