Apariencias

Peligroso...?

Toga caminaba sin destino claro, notó la mirada de Mezo y la reunión de los 6.

- Toga, ¿Qué pasó? -  la voz de su compañero llamó su atención

- Esos 6, traman algo contra Momo -

- ¿En serio? ¿Qué es? -

- ¿Cómo voy a saberlo? Sólo sé que tenemos que encargarnos de que no descubran el fondo de esto o terminaremos perdiendo otra oportunidad -

- Según sé, el tal Izuku no posee un Don, servirá de todos modos? -

- Está entrenando con All Might, valdrá la pena saber si su Don puede ayudarnos a todos -   sonrió como ya es costumbre

Dabi copió su gesto, solo que con más calma y discreción.

- Ojalá -  y sin más se fue

Tenían que estar muy al pendiente de Yaoyorozu, no podían dejar que su plan colapsara así como así.

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Izuku pronto fue despertando otra vez, estaba confundido. Recordaba las palabras de Momo, estaba triste, se lamentaba mucho. Algo dolía en la parte de su cuello, hombro y nuca.

Su mente reaccionó de golpe, quiso moverse pero estaba atado de las manos y los pies a una silla, tenía una mordaza, pero que rayos?!

Se escandalizó bastante, más cuando la puerta frente a él se abría poco a poco. Sin embargo, su sorpresa y terror creció al ver a Momo cruzar esa puerta.

- ¿Ya estás despierto? ¿Cómo estás? -  preguntó, sentándose en el regazo del chico, quitando la mordaza de su boca.

- Momo...qué..qué haces? -  sus pupilas se contrajeron

- No te preocupes, cuidaré bien de ti, por el momento estarás aquí unas horas, pero serán días, semanas y así sucesivamente -  sonrió con tristeza.

- Pero...¿Por qué? -

- Es que, necesito a alguien con quien disculparme al pasar el tiempo -  contestó, algo frustrada

Izuku no contestó, su confusión creció más de lo que quería. Estaba secuestrado y lo peor era que no sabía en que lugar estaba. Tal vez era la casa de Momo pero, y si no?

Su angustia crecía, qué haría cuando esas horas se convirtieran en días? No lo sabía, y eso le asustaba bastante.

- Pero..Momo, no puede ser así, yo...entreno con All Might, lo olvidas? No puedo estar aquí todo el tiempo, las clases... -

- Bien, con las clases no tendremos problemas, pero con los entrenamientos, te acompañaré, sin importar nada -  amenazó, mientras su mirada cambiaba a una más amenazante.

- La única condición que pongo es que no debes decir nada o acercarte a otra chica, en especial de Ochaco, porque te irá mal - 

Su cuerpo comenzaba a sudar frío, iba en serio?

- O tú dime, ¿Qué prefieres? ¿Que lastime a las personas que quieres o que te lastime a ti? -   su semblante cambiaba mucho a cada instante

- ¿Serías...capaz? -   su miedo aumentaba

- Sí, dime, ¿Alguna vez has sentido el dolor de un hueso roto? -  acarició su rostro, las pupilas de Izuku eran diminutas, demostraban todo el terror que sentía. Sintió sus manos libres, Momo había quitado la soga de sus manos.

Se levantó de sus piernas para quitar el amarre de sus pies y por último, el que rodeaba su abdomen.

- Ven, vamos a tu entrenamiento -  lo ayudó a levantarse para después vendarle los ojos y salir de la casa.

Al estar frente a las puertas de la Academia, quitó la venda, ambos entraron, ya no había casi nadie.

- Buena suerte -  dijo y besó su mejilla para dejarlo entrar solo.

Ésta vez solo estaba All Might, mediante el entrenamiento su ánimo y entusiasmo volvió. Soñaba con un quirk muy bueno que recompensara su esfuerzo.

Sin embargo, ya casi para terminar, la presencia de Momo en una de las grandes butacas opaco su alegría. Tenía miedo.

Esos pocos minutos que sobraban los sintió eternos pero pronto terminaron.

- Muy bien joven Midoriya, si sigues así en unos dos o tres días veremos cuál es tu quirk -  dijo y palmeó la espalda del chico, felicitando su progreso.

Izuku sonrió, pero no del todo feliz, le alegraba tener ese logro para obtener su Don pero simplemente sentirse amenazado no era nada bueno. Su mente se llenaba con la pregunta del : ¿Qué parará mañana?  Por el momento...sólo debía mantenerse alerta.