Todos tenemos una historia que contar

Capítulo 1: La cena

Aquella noche intente dormirme sin pensar en nada.

Esa mañana, cuando baje a la cocina para desayunar, me encontré a mi madre, suspire y le eche valor:

-Mamá...-susurré- verás, espero que lo que te voy a decir no te enfade, espero que si puedas apoyarme en todo esto...

-Isabel- me interrumpió. ¿cuándo te has enterado?

-¿Eh? ¿De que?- dije confundida.

- Soy tu madre Isabel, se que estas embarazada cariño.

-¿Cómo lo has adivinado?

-Tienes la misma expresión que tu tía Vittoria cuando le dijo a la abuela que estaba embarazada de tu primo Rafaelle- ella tuvo a mi primo con dieciocho años.

-Ah... Me enteré anoche ¿no estas enfadada?- Negó con la cabeza- ¿Puedes acompañarme al ginecólogo? No quiero ir sola.

-Claro hija, oye, una pregunta...¿quién es el padre?

-Mario Carlini.- Dije casi en un susurro.

-¡Excelente noticia! Pues vayámonos, esta noche organizare una cena con los Carlini.

-Perfecto...- susurre irónicamente.

El trayecto al ginecólogo se me hizo eterno, estaba bastante nerviosa. Cuando llegamos, nos atendieron bastante rápido, había dos ginecólogos. Uno mas mayor y otro joven.

- Bueno que la pasa Señora Marinelli- le dijo el hombre mayor a mi madre.

-Tutéame David, hace mucho que nos conocemos. Bueno, esta vez la consulta es para mi hija Isabel, parece que esta embarazada- mi madre me miro y le dedique una media sonrisa- y bueno hemos venido a que nos lo confirme.

-Perfecto Virginia, túmbate Isabel. Perdona que no os halla presentado, el es mi sobrino Rubén, esta estudiando ginecología y este verano estará aquí conmigo para aprender el oficio.

Después de que el Doctor Jimenéz me observara y le enseñara a su sobrino unas cuantas cosas, me informó de que efectivamente estaba embarazada de 2 meses, casi 8 semanas. Mi madre estaba feliz y yo, bueno yo no podía creerme todo esto.

Llego el momento , la cena había ido bien. Papá y mi hermano Alejandro no hablaron mucho, ni yo tampoco. Esto no nos hacía mucha ilusión, quizá solo teníamos que asimilarlo. No eramos una familia muy unida,después de perder a Lucas, las risas quedaron en el recuerdo. Alejandro hoy había venido solo, Raquel y mi pequeña sobrina Lorena se habían quedado en casa, no sabíamos como iban a reaccionar los Carlini.Mi madre dio la gran noticia, lo anunció como si la que esperara un niño fuera ella. Los padres de Mario se pusieron muy contentos, vaya panda de locos. Mario en cambio parecía haber visto un fantasma y me miro esperando que le negara todo, que le asegurara que era mentira. Pero en cambio de eso le di una mirada triste y asentí. Puse como excusa que me encontraba mal por el embarazo y me fui a la cama.Me puse el pijama y llame a Bianca, no dijo nada, se despidió y colgamos.

Me dormí entre sollozos.