Capítulo 5 : tirando el muro

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Cuándo me desperté no me encontraba nada bien, fui al baño a lavarme la cara y me entraron ganas de devolver, y eso hice. Presiento que no va a ser un buen día con la nueva casa, mi mal estar y la bonita chala que me espera con Mario. Baje a la cocina para beber agua y quizás desayunar algo, Mario estaba allí sin camiseta con una taza de café en las manos.

-Buenos días Isa- me saludo con una sonrisa de oreja a oreja. ¿ Ya había olvidado lo de anoche? Porque yo desde luego que no, o peor aún, ¿pensaba que así lo olvidaría yo? Estaba muy equivocado.

- Buenos días... creo que tenemos una conversación pendiente, ¿no?- le cambio por completo la expresión de la cara, dejo de sonreír casi de inmediato, ¿Quién ríe último ríe mejor no?

-Si, bueno es que... yo... no tengo escusa, pensé q te despertarías y que te gustaría y me seguírias el rollo, debi suponerlo, te conozco lo suficiente para saber que no lo harías- tenia la mirada triste y veía arrepentimiento en sus ojos, ¿quizás solo quería empezar una vida en pareja normal?, no iba a ser tan sencillo, las cosas con migo nunca son sencillas.

-Bueno, no vuelvas a hacerlo, no quiero que tengamos problemas, sabes que no aguantaré esta relación solo por un niño, no me des mas problemas de los q ya tenemos, ¿vale?

- Lo sé, lo sé, ¿todo va a estar bien si?- dijo mientras me abrazaba, me sentía tampien es sus brazos, me sentía segura, sabía que Mario nunca me abandonaría en esto, ahora el bebé esta por encima de todo, por encima de él, de mi, y de nosotros.

-Tengo miedo Mario.

- No nos va a pasar malo, no os pasará nada malo, sabes que os cuidaré, quiero que sepas algo, estemos o no juntos como pareja, siempre estaré ahí pare ese niño, para cuidarlo y espero que por mucho daño que nos hagamos entre nosotros siempre me dejes verle y quererle, quiero estar ahí cuando crezca, quiero formar parte de su vida, quiero ser su padre Isabel.- no pude evitar que una lagrima se me escapara y sin pensarlo dos veces le besé, le besé como nunca lo había hecho y como nunca pensé que lo haría.

-Ejem, ejem- dijo alguien a nuestras espaldas, me giré y ahí estaba el tio de Mario.

-Ups.. lo siento Valentino.- dije sonrojándome y bastante sonrojada, escuche como Mario soltaba una pequeña carcajada.

-Buenos días tío, te dejamos desayunar, Isabel y yo iremos a su casa a comer con su familia.- los domingo Alejandro venía a casa a comer con Lorena y Raquel, Coraline cocinaba paella, o algo del estilo, Coraline era nuestra cocinera, la iba a echar de menos.

- Me iré a vestir entonces.- Dije y salí de la cocina.

Media hora más tarde ya estamos en mi casa, bueno en la casa de mis padres o como quieras decirlo, la primera que vino a a saludarme fue Lorena, que como cualquier niña lo único que quería era peinarme el pelo. Mi hermano me dio un confortable abrazo y su preciosa mujer también. Ella si que tenía suerte, tiene una niña preciosa con la persona que realmente quiere, y no fue un simple error, fue fruto de un amor, un bebé bien deseado. Aunque fueran bastante jóvenes ellos querían tener hijos apenas cumplían 26 años y Lorena ya tenía 3 años, se conocieron bastante jóvenes diré en su defensa. Conozco a Raquel desde que tengo uso de razón, y era cosa de tiempo que acabara casándose con mi hermano, algún día os contare su alocada historia de amor.

Ya todos sentados en la mesa mi padre sacó el tema del que tanto quería huir:

-Isabel, ¿qué harás a la vuelta de vacaciones?.- ni siquiera lo había pensado, quería seguir estudiando, pero no se si era buena idea, quería estudiar medicina, pero es una carera muy larga y dura como para hacerla mientras crías un bebe, ¿no? Siempre me quedará la psicología, una de mis alternativas.

-Pues no se papá, intentaré seguir hasta que mi estado no me deje, creo que el segundo trimestre podré llevarlo sin problemas.- respondí algo nerviosa.

-Oh no, hija, eso no va a pasar vas a dejar el instituto, te buscaremos profesores particulares o repetirás el curso que viene, no puedes arriesgarte, además de que te verán todos tus compañeros y no queremos saber que pensarán de ti.-me presionó mi madre bastante alterada.

-Mamá, no me importan mis compañeron, les conozco desde que tengo uso de razon y tu lo sabes mejor que nadie, me importa una mierda lo que piense la gente.- esta vez iba a defenderme, si era mayor para tener un bebe, criarlo e independizarme también lo era para decidir sobre mi futuro.

-¡He dicho que no y punto! ¡No vuelvas a reprocharme en público! ¡Harás lo que te diga! Y cuida ese vocabulario, a mi no me hables así-esta vez estaba gritándome.

- Por favor yo no te estoy gritando, no me grites a mi.- todos en la mesa estaban callados atendiendo atentamente a nuestra discursión, Mario me había dado la mano por debajo de la mesa en forma de apoyo.

-Perdón , mejor voy a acostar a Lorena, tiene que dormir un poco.- dijo mi cuñada, se llevo a la niña a dormir, como había dicho. Nos quedamos en silencio hasta que mi hermano interrumpió.

-Mamá, creo que aunque Isabel no tenga edad suficiente para decidir sobre si misma en ciertos aspectos.- le mire con cara de asombro, sentí que mi hermano me traicionaba.- ella ba a tener un bebe.- sigió.- y eso la hace madurar de repente, todos sabemos que es mucho mas madura que las chicas de su edad y más ahora, asi que dejala decidir, sabes que no te apoyaremos en esto mamá.- esta vez me miró a mi.- Hermana, lucha por lo que quieres, lucha por tu futuro.- le dedique una mirada de agradecimiento, se levanto y se marcho al cuarto donde estaba su esposa.

-Dejaré de pagarlo.- dijo mi madre muy segura.

-¿Cómo?- pregunto mi padre, se le notaba algo enfadado.- No Virginia, no vas a hacer eso, deja de pensar sobre lo que diga la gente, vive tu vida por lo que es de una vez por todas, es lo que tus hijos te están enseñando.- después de esto tiro la servilleta a la mesa y se fue.

Mi madre se quedo callada y asombrada.

-Vámonos le susurré a Mario.

Todos tenemos una historia que contarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora