Habían pasado dos meses, Rubén y yo acabamos saliendo juntos. Intente alejarme de él, pero me fue imposible, y tuve que aceptar que si él mismo se quería meter en este lío yo no se lo iba a impedir. Ya tengo tres meses de embarazo y debo ir a la revisión, Rubén me acompañaría.
Estábamos en la sala de espera, había muchas mujeres esperando, la mayoría embarazadas. El tío de Rubén nos llamó para entrar. Nos saludo y me tumbé en la silla. Me levanté la camiseta y deje mi tripita de embarazada al aire. Rubén me expandió un gel frío sobre ella.
-Estás guapísima así - me susurró mientras se sentaba a mi lado.
Pude ver por primera vez a mi bebe, mi pequeño angelito.
-Isabel, hay un problema con el bebé- en ese instante me tensé.
- ¿Qué? ¿Qué sucede?
-Tienes un embarazo de riesgo, y hay muchas posibilidades de aborto natural, deberé analizar unos datos para detallar la causa, debes guardar reposo y quizá debas plantearte dejar las clases.
Asentí ligeramente, no podía creer que después de todo, podría perderlo, no podía, lo quería desde el momento que supe que existía y creo que no me habia dado cuenta hasta ahora.
-Lo hará y yo me encargaré de ello- respondió Rubén.
Cuando salimos de allí tenía ganas de gritar, de llorar, con solo imaginarme que mi pequeño podría no existir, que jamás le conocería...Con solo tres meses de convivencia en un mismo cuerpo, le quería más que a nada. Él era parte de mi.
También sabía que Rubén le quería como si fuese suyo, solo por el hecho de quereme a mi.
Tenía que aguantar seis meses con la angustia de poder perderlo, y de que algo vaya mal. Aunque no podía describir las ganas que tenía de tenerlo entre mis brazos.
Rubén al verme soltar alguna lagrimilla me abrazo y me dijo que todo iría bien y yo esperaba que tuviera toda la razón del mundo.
Esa noche dormiría en su casa, después de una tarde de compras para distraernos. Acabamos con unos bodys amarillos, un peluche de una rana que Rubén se empeñó en comprar y un carrito encargado a elección del color cuando supieramos el sexo.
Una vez en su apartamento picamos algo y nos tumbamos en el sofá a ver una peli, cosa que fue en vano ya que ninguno de los dos le hizó ningún caso a la puñetera película. Cada beso acababa con un gemido y continuaba cn un respiro de aliento. Cada mordida y cada beso me hacía querer más y más de él. Cuando hundi mis manos es un abdomen decidida a arrancarle la camiseta, se aparto de mi y me miro extrañado.
-¿Estás segura?
-Más que nunca en mi vida.
-¿No temes hacerle daño al bebé?
-Se que si hubiera un mínimo de posibilidades de haerle daño no me dejarías hacer esto.
-Dios cuanto te quiero- mordió el lobulo de mi oreja miemtras me cogia en brazos llevándome al dormirorio.
La luna y las estrellas saben que desde ese día nos amamos más que nunca, que nos entregamos en cuerpo y alma. Que siempre recordaré cada caricia y que serán testigos de nuestro, espero, eterno amor.
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Todos tenemos una historia que contar
Teen FictionTodo empezó, cuando Isabel se entera de que esta embarazada con apenas 16 años, tendrá q madurar y aprender a tomar decisiones sobre el bebe, mientras el amor llamará a su puerta...