Capítulo 12

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Me desperté entre los brazos de mi chico y al instante sonreí. Él bajo la mirada, esa que tanto amaba y que estaba realmente adormilada. Me besó suavemente y me destapó, dejándome desnuda sobre la cama. Bajó a mi tripa levemente aumentada y acercó la cabeza a ella.

-Miel, no sabes lo afortunados que somos por tener a tu mamá, ¿ qué guapa es verdad? En realidad solo la quiero por su cuerpo.- le golpeé en el brazo, mientras se me escapa una sonrisa, era muy tierno verle así con mi hijo y que le quiera tanto sabiendo que no es suyo.- que agresiva.

-¿Miel?

-Sí, es su nuevo apodo hasta que le encuentres un nombre.

-Y me encanta- dije antes de besarlo.- Y ahora vamos a vestirnos.

-Por mi podrías desayunar desnuda.- eché la cabeza hacía atrás mientras se me escapaba una pequeña risita.

Cuando llegue a mi casa, Bianca y Elena me estaban esperando, quedamos hoy en casa, necesito ponerlas al día.

Después de un rato de risas y bromas por lo de anoche:

-Y cuéntanos Bianca, ¿hay alguien en tu vida?

-¿Em?- dijo haciéndose la loca mientras se ruborizaba, y eso fue la respuesta.

-¡Oh dios mío! ¡Hay alguien! ¿le conocemos? Cuéntanos.- dijo Elena entusiasmada, se la veía más apagada, la enfermedad se empezaba a reflejar en ella.

-Pues si que le conocéis, va a nuestro instituto, pero es imposible, es un repetidor y tal ya sabéis como es Daniel.- Elena y yo nos miramos cómplices soltando una risita.- Oh mierda, no soy mas tonta porque no soy mas grande...- Mientras nosotras dos reíamos a carcajadas.

-Nada es imposible, intenta hablarle o al menos mándale un mensaje.- dije intentando animarla

-Sí, sí , captado, ahora cambiemos de tema.- Mira que era cabezota, Bianca odiaba hablar de estos temas cuando se trataba de ella.

Pedimos un par de pizzas y se fueron a sus respectivas casas. Era impresionante que aun no ingresaran a Elena, ella seguía mas o menos bien, aunque la dijeron que en menos de dos meses la ingresarían, ya se habían pasado y ella estaba en casa haciendo rutina, incluso iba al instituto al menos todas las semanas.

Rubén me llamó para ver como estaba, se preocupa por mi, cosa que era buena señal. En cuanto colgué vino mi padre a darme las buenas noches y desearme dulces sueños que no fueron tan dulces.

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Siento haber tardado tanto en publicar y como recompensa os traigo un maratón :)





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