𝐗𝐈𝐗

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-Antes de decir algo deben prometer que Kayssa y Eiden no serán encerrados, enjuiciados ni castigados- La valentía de Este crecía a cada segundo. Todos voltearon a ver a Caspian pero él no parecía dispuesto a hacer otra cosa más que mirar fijamente al guardián. Einar tomo posición y asintió -Esta bien, no les pasará nada- Este ante esta respuesta pareció relajarse solo un poco -Antes de huyeran dimos inicios de un plan, Kay usaría el cuerno para traer a Eustace de vuelta y yo lo llevaría ante ella en cuanto pisara Narnia, solo debía enviar a uno de mis arboles- explicó -Bien, entonces solo envía el mensaje y vamos- dijo Peter tomando asiento -No, ella ya a de haber puesto vigilancia en todo su bosque- respondió Edmund aferrándose al collar que tenia en la bolsa de su pantalón -Entonces enviemos a Eustace y a Este y que la convenzan de regresar- sugirió Susan pero Este negó -Es demasiado peligroso que yo vaya a su lado del bosque- contestó -Entonces que voy yo solo- se ofreció el chico pero Caspian negó -No, si su intención era traerte para que formaras parte de su plan te llevará con ella sin importar que- explicó dejando su copa e incluyéndose a la conversación -Que uno de nosotros vaya en lugar de Eustace- opinó Lucy y todos voltearon a ver a Este -Si, eso, eso podría funcionar- animó -¿Pero quien?- preguntó Susan -Yo sugiero que vaya Lucy- apuró Einar y la mayoría asintieron complacidos -No creo que funcione- dijo Edmund -Piénsenlo, Kayssa espera a Eustace, y Lucy no se parece en nada a él. Estoy seguro de que pensará que es una trampa y se irá- dijo levantándose del sillón -¿Entonces sugieres ir tu?- lo cuestiono Sur y él se encogió de hombros -Podría convencerla- añadió apretando el cuarzo -No si está el príncipe ahí- dijo Einar -¿Por qué?- preguntó Susan y los guardianes junto a Caspian se voltearon a ver incómodos, ya que se les había olvidado mencionar ese pequeño detalle -Kayssa está saliendo con el príncipe Eiden- dijo Sur y todos empezaron a mirar lo más discreto posible a Edmund, quien había soltado el cuarzo de su bolsillo y se dirigía a la mesa donde estaba el vino, Caspian se ofreció a servirle una copa -¿Qué?- preguntó el chico tratando de sonar neutral -Nosotros terminamos para que ella pudiera hacer exactamente eso, buscar a alguien más ¿recuerdan?- contestó tratando de quitarle importancia pero la presión que ejercía sobre el metal de la copa no lo hacia ver muy convincente. Einar carraspeó un poco su garganta llamando la atención de los demás -Eso nos deja solo una opción- soltó mirando a Pet, el rey de antaño se enderezó y asintió -Yo iré-.

El tiempo que caminamos de regreso a la cueva lo ocupamos para afinar los detalles del plan que llevábamos semanas concretando, Eiden se veía mejor cada vez, su decaído semblante había pasado a algo mas vivo -Pero debo advertirte que Eustace no es la persona más extrovertida de la habitación- señalé juntándonos aun más -Bueno, habrá que sacarlo de su caparazón- bromeó y yo le di un pequeño empujón -No lo vas a presionar- reí -Eiden, si me llegan a atrapar...- no me dejo continuar -Eso no pasará, solo debes entretenerlos un par de horas y te conseguiremos un caballo ¿de acuerdo?- dijo a lo que yo solo asentí, seguimos caminando hasta que al llegar a la cueva vimos a uno de los terranos que tomaban guardia en la entrada caminar apresurado a hacia nosotros -Majestad, guardiana, recibimos esto departe de un espíritu de los arboles- dijo antes de entregarme un pedazo de papel, agradecí con la cabeza adelantándome a abrir el mensaje -Gracias Leiko- escuché decir al príncipe antes de alcanzarme -¿Es de tu hermano? ¿Qué dice?- preguntó impaciente. Temblorosa desdoble el papel dejando ver tres palabras "Mañana. El faro". Era la letra de Este -Esta aquí- susurré -El faro ¿Qué faro?- Aquel pedazo de metal había sido cubierto por maleza y el paso de los años asi que no me sorprendía que Eiden no lo ubicara -Mañana lo sabrás- sonreí antes de entrar a la cueva.

Sentí que las horas siguientes pasaban demasiado lento y de la emoción le volví a contar nuestras aventuras en el viajero del alba, desde lo histérico que se puso al subir al barco hasta que se convirtió en un gran dragón y como le contaba acerca de la geografía de Narnia en su lomo mientras él nos llevaba a Reepicheep y a mí por los aires y Eiden me escuchó tan atento como la primera vez. Me desperté más temprano que de costumbre y subí al pino, la nevisca se había vuelto más intensa y casi resbalo un par de veces pero cuando al fin logré llegar a mi rama, me acomodé y con algo de nervios lleve mi mano al fondo del bolso para tomar el cuarzo, lo saqué y admire a la tenue luz anaranjada que empezaba a asomar. El frio de la piedra me pareció demasiado familiar y el verlo sin color me encogió el estómago; no pensaba ponérmelo, eso era seguro, pero con lo de Eustace no podía evitar extrañarlo y no solo me permití hacerlo si no que deje de reprimirlo. Aceptar. Aquello que Eiden me había ayudado a hacer, haciéndome sentir mas ligera. Así que eso seria lo que haría a partir de hoy, aceptaría. Aceptaría que extraño a Edmund, que traicione a Caspian y a mis hermanos, que le insistí a Este que hiciera lo mismo, aceptaría que los Pevensi ya no regresarían y que eso me quemaba por dentro pero continuaría. No solo para enmendar mis errores y estar más enfocada, si no porque el no aceptar las cosas me había traído hasta este punto en el que estaba hecha de los fragmentos de esos fragmentos que se habían roto, ya había perdido demasiado y todo por querer tratar de arreglar todo en vez de aceptarlo. -¡Kay!- el llamado de Eiden me saco de mis pensamientos. Amarré el collar a la correa del bolso y baje con él. Eiden ya me estaba esperando con mi capa en mano -La nevada, esta empeorando- señaló pasándome mi capa -Es lo mejor, asi estaremos más cubiertos- dije entrelazando nuestras manos, solté un largo suspiro, haciendo que una nube de vapor saliera de mi boca -Bueno, es hora- comenté -¿Estás lista?- me preguntó, no pude evitar quitarle la nieve que estaba cayendo en sus rojos cabellos -No lo se- confesé, él solo me sonrió para después besarme -Lo estarás-.

Todos estaban preocupados. Estaba cayendo tanta nieve que no podías ver mas allá de un par de metros -¿Seguro que no necesitas un mapa?- preguntó Einar a Peter mientras terminaba de ensillar el caballo -Aunque lo usara no serviría de mucho- le contestó el chico -Además no sabría leerlo- se burló Lucy acercándose a ellos, la chica estaba envuelta en una larga y gruesa capa de terciopelo rojo -No recordaba que Narnia era tan fría- agregó pasándole una capa igual de gruesa de color azul marino a su hermano -Han estado mucho tiempo lejos de casa- dijo Este -Enviaré a un ser de los arboles para que te guíe- agregó el guardian mientras los demás observaban como Peter subia al caballo -¿Estas nervioso?- le preguntó su hermana una vez se hubo asegurado de que ya llevara todo -Un poco, mas emocionado que otra cosa supongo- contestó mientras jugaba inquieto con uno de los pedazos del cuerno que le habian dado -No tenemos el cuerno asi que si llega a haber algún problema estaras solo- le aviso Este y el rey de antaño asintió, un hueco en la boca de su estomago estaba haciendo su aparición. Einar tomo las riendas del caballo y lo acerco a la salida, Peter le echo una ultima mirada a Lucy antes de perderla entre los establos. Una vez estuvieron en la entrada Einar detuvo el caballo y sin dejar de ver la entrada cubierta de nieve y la nevisca cayendo frente a ellos le pidio una ultima cosa al chico -Peter, traela a casa-

La nieve nos cubria los pies. Nos faltaba muy poco de camino y no queria dejar a Eustace esperando bajo la nieve. Andaba a paso animado y de vez en cuando dejaba a Eiden un poco resagado, el solo se apresuraba a llegar a mi lado y sujetaba mi mano, ninguno de los dos tenia guantes asi que nuestras manos estaban heladas.
Una vez llegamos decidi quitar las ramas viejas y secas para dejar en descubierto lo mas posible de la farola, Eiden se apresuro a ayudarme y una vez hicimos lo mas que pudimos me aleje un par de pasos para admirar la llama que, tenuemente, seguia alumbrando -Bueno, supongo que nos queda esperar- dijo Eiden llegando a mi lado y pasando parte de su capa por mi hombro, abrigandome. Yo asenti y decidimos esperar en la copa de un arbol.

Pasaron las horas, Eiden y yo estabamos acomodados en la rama de un pino, el principe estaba cabeceando mientras yo acariciaba su cabello hasta que escuche el relinchar de un caballo -Eiden- le susurre terminando de despertarlo -Ya llego- comente observando detalles de una capa color azul -Vamos- Animó mientras se estiraba -No, dejame ir primero- lo detuve y baje del arbol. La figura cubierta bajo del caballo de tal forma que la farola lo cubría, estaba más alto que la ultima vez -¿Eustace?- me acerque un poco mas -Soy Kayssa- agregué acercandome un poco mas, lo suficiente para ver su rostro y darme cuenta de que no era Eustace.

𝗟𝗔𝗭𝗢𝗦/ La silla de plata, el terrano y las coronas de antaño (LCDN #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora