𝐗𝐗𝐈𝐈

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-¡Y si no hubieras sido tan necio, te lo habría dicho desde un principio!- le grité. Una vez Eiden hubo terminado de contarle todo lo ocurrido a Caspian, este le pidió a uno de los guardias que lo llevara a que lo curaran y en cuanto el príncipe salió, Caspian no perdió ni un segundo para empezar a reclamarme por no haberle dicho. -¡No se si notaste que no decidí atacar el reino profundo a la espera de tus explicaciones!- me gritó de vuelta -¡Si! ¡Pero cuando ya tenia la maldita información tu ya los habías declarado enemigos!- me senté de golpe en el sillón mientras el rey volvía a tomar asiento en el suyo -Pudiste convencerme a mi, pero ¿crees poder convencerlos a todos?- Caspian tenia las manos en sus sienes y notaba como intentaba volver a mantener la compostura -Lo haré, creo que Pet esta convencido de que es una buena persona por lo que pudieron hablar en el camino- asentí tomando un sorbo de vino -No estoy hablando de los Pevensie o de los otros guardianes, estoy hablando del pueblo, de nuestros guardias. De aquellos que han visto a sus seres queridos siendo arrastrados por personas que portan el escudo de su tierra-

-Deberán entenderlo, yo...-

-Quieren su cabeza Kayssa, quieren verlo enjuiciado y condenado ¿Por que crees que me vi obligado a montar todo ese espectáculo con los guardias y con la orden de su encarcelamiento?-

-Por que estabas convencido de que era culpable-

-Lo hice para evitar alguna especie de revuelta. Ordené mantener el secreto de lo que hiciste pero los rumores corren y no parecen estar felices-

-Ahora resulta que ordenaste que lo volvieran a meter en una celda como una especie ¿de que? ¿de protección?-

-Si no te hubieras alterado y hubieras dejado que los encerraran, los habría escuchado de todas formas y nadie tendría que haber salido herido-

-Ahora resulta que es mi culpa, ¡perdón por intentar proteger a mi pareja! ¡debí saber que no ibas a condenar a una ejecución como la vez pasada!-

-¡Solo estoy tratando de decidir que es lo mejor para mi reino!-

-¡Y yo igual! Y Eiden también lo hizo. Él ya te lo dijo, hubiera pedido nuestra ayuda antes pero también lo encerraron. Imagínate lo que tuvo que haber sentido cuando logró escapar y se dio cuenta de que él y a quienes ayudó a salir estaban siendo perseguidos también aquí- me acerqué hasta donde estaba -Pero no será tan difícil, porque te recuerdo que tu estabas en una situación parecida- Caspian evitaba mi mirada dirigiéndola a las llamas de la chimenea -No será fácil- susurró -Lo será si se los explicas- no hubo más que silencio como respuesta. Aquel perdón me seguía carcomiendo y por un instante pensé en enterrarlo en lo mas profundo de mis entrañas, pero el recuerdo de la plática que tuvo con Eiden en el árbol de Baco y el alivio y la paz que había sentido al aceptar esa culpa...

-Caspian... acepto que fui una imbécil de acuerdo, pero por el amor de Aslan...- suspiré un instante, intentando acomodar mis ideas -Lo lamento- al decir esas palabras Caspian me volteó a ver sorprendido -Lamento no habérselos dicho antes, lamento haber involucrado a Este, lamento que todo esto haya escalado tanto por mi estúpido orgullo. Durante todo este tiempo me he enfocado tanto en todo lo que hubiera hecho mejor que no me di cuenta que estaba volviendo a cometer los mismos errores, tienes razón, alejo a las personas pero ya no quiero hacerlo más porque me siento tan sola, tan malditamente aislada sin importar cuantas veces me digan que no lo estoy o la cantidad de personas me digan que están aquí para apoyarme- con cada palabra temblorosa que decía, me sentía mas liviana y el hablar, aunque cada vez estaba mas cerca de romperme a llorar, también era más fácil -Y de las cosas que mas lamento es haber roto nuestro trato, en serio lo siento Cas- En un rápido movimiento tallé mis ojos y aparte la vista del rey. Después de una eternidad de segundos tratando de recuperar la respiración y conteniendo las lagrimas a tal punto que mis ojos ardían, sentí una mano en mi hombro -Y yo lamento haber sido un imbécil-. Nos quedamos así hasta que tocaron la puerta. Dos pedazos rotos, tratando de unir algo que ya jamás quedaría igual que antes.

-Estableceremos un toque de queda y juntaremos a las aldeas mas pequeñas en una para que sean custodiadas por grupos de guardias- Einar dio el resumen de aquelllo en que habiamos tardado un par de horas en decidir -Y Eiden y yo nos iremos ya por los terranos, adaptaremos las habitaciones de invitados, tenemos que hospedar a al menos treina terranos de la mejor forma posible, ya han sufrido bastante- dije mientras marcaba la ubicacion de nuestra cueva -No, tu no saldras, es muy peligroso que cualquiera de nosotros salga- ordenó Este -No conocen el bosque como yo, yo iré- contesté lo mas tranquila y amable que pude, sentí como Eiden tomaba mi mano y me hacia voltear a verlo -Kay, cariño, sabes que adoro tu entusiasmo pero Este tiene razón. Ademas, estoy seguro de que tengo la capacidad suficiente para recordar la cueva a donde he llegado a dormir durante las ultimas semanas- trató de convencerme, al ver sus ojos suplicantes no me quedo mas que suspirar y asentir pesadamente -De acuerdo- me rendí, el sonrio satisfecho y me dio un rapido beso en la frente -¿Que necesitas para el traslado Eiden?- preguntó Peter. Me tranquilizaba que mis hermanos y los Pevensie no hubieran tardado en aceptar al principe o al menos que no hubieran puesto resistencia, mas Peter que se ve que habian congeniado bastante -Me gustaria una carreta, mi gente esta debil y no quiero hacerlos caminar demas, tambien ¿Podrian ir un par de guardias? solo por precaucion- Pidio amable pero firme -Me gustaria ir, como muestra de perdón- Caspian sonaba arrepentido, Einar sonrio y asintio -Seria un honor su majestad-.

Organizaron todo para la salida, Peter y Edmund tambien se habia incluido en la excursion y por mas que le habian insistido a Eustace el prefirio quedarse en el castillo. Los demás ayudarían a organizar la bienvenida de los terranos, Sur y Einar se estaban encargando del banquete mientras Kayssa, Eustace y Lucy se hacían cargo de las habitaciones y a su vez Susan y Este estaban arreglando de los cambios que se harian en el reino.

-Agradezco que la tormenta haya parado, no iba a aguantar otro recorrido bajo la nieve- comentó Peter mientras ensillaba su caballo a un lado del de el príncipe -dimelo a mi, eso de buscar comida bajo la nieve no era divertido y la nevada no lo volvia mas fácil- añadió Eiden -¿No tenían comida?- pregunto Edmund, estas eran las primeras palabras que ambos se dirigían. Eiden negó -Unas cuantas semilla y frutos secos, teníamos que racionar al limite, Kayssa y yo nos quedamos sin comer algunos dias-explicó no de una forma en la cual se lamentaba, mas bien de preocupación. Edmund miro disimuladamente al principe durante un segundo, estaba buscando alguna excusa mas alla de Kayssa para rechazarlo pero por mas que se esforzaba no podía, e incluso le resultaba agradable lo cual hacia eso mucho peor -Lo lamento. No nos han presentado formalmente, soy Edmund- se presento mientras terminaba de amarrar las ultimas correas y asegurarse de que estuvieran bien sujetas -Un honor su majestad, soy Eiden-se presento de vuelta. -Ya estamos listos para partir majestades- informo Ez y todos montaron sus caballos en dirección a la salida.

El camino era un poco silencioso, lo único que se escuchaba eran los resoplidos de los caballos y carraspear de algunas gargantas -¿Desde hace cuanto tiempo están en esa situación?- pregunto Peter rompiéndolo. Eiden parecio meditar un poco la respuesta -Mas de un mes, para ser honesto contar el tiempo se me ha vuelto un poco complicado- contesto mientras estiraba su mano para sentir la nieve y ramas de un arbusto, el príncipe trataba de distraerse de los pensamientos que surgían a raíz de la presencia del rey Edmund, esos sentimientos no eran enojo, ni siquiera eran celos, era algo mas parecido al miedo, había perdido ya tantas cosas que no quería perderla a ella -Pero de no ser por Kayssa, solo sabe Aslan cuanto hubiéramos sobrevivido- añadió. Edmund llevo su mano al bolsillo para sentir la seguridad del collar, haciéndolo sentir que aun había algo que lo ataba a ella, algo que Eiden no tenia.

𝗟𝗔𝗭𝗢𝗦/ La silla de plata, el terrano y las coronas de antaño (LCDN #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora