𝗟𝗔𝗭𝗢𝗦/ La silla de plata, el terrano y las coronas de antaño (LCDN #4)

𝐗𝐗𝐕𝐈𝐈

Cuando las curanderas me despertaron para revisar las heridas de Ed él aún seguía durmiendo. Recorrí el camino hasta mi cuarto con pesadez en los pies, me sentía agotada tanto física como mentalmente. Abrí la puerta y no dude en tumbarme, pero no había pasado ni medio segundo cuando Eustace llego corriendo

- ¡Kay! ¡Llegaron!- anunció entre jadeos, me levante con cada uno de mis músculos totalmente entumidos, atravesé el pasillo hasta el salón del trono a donde apenas estaban entrando los demás, mi corazón dio un vuelco al ver aquella cabellera pelirroja caminando perfectamente, corrí a abrazarlo hundiendo mi rostro en su cuello helado -Pensé que te perdía- susurré, sus brazos me rodearon al instante como si quisiera que nos fusionáramos, después de un momento dirigí la vista a los demás y abrace a cada uno, Lucy tenía una cortada en su mejilla y el borde de su falda destrozado, Peter tenía varios moretones por el cuerpo mientras que Caspian tenía el brazo vendado -Esto fue un fracaso- dijo Cas, nos quedamos ahí parados en silencio, se nos estaba acabando todo, el tiempo, las opciones, las fuerzas y las esperanzas

- ¿Y qué sigue? - preguntó Eustace, quien se sentía con la responsabilidad de hacer más en esta situación, pero nadie respondió

-Las comunidades ya está lo mejor protegidas posible, podríamos esperar, tal vez cuando pase el invierno- Peter no dejo continuar a Sur, la simple idea le parecía absurda - ¿Sugieres abandonar a los terranos a su suerte? -

-No, solo estoy sugiriendo reponer fuerzas hasta poder tener unas circunstancias más favorables- añadió la guardia quien había repasado la idea varias veces en su cabeza y la había soltado aun sabiendo aquello que podía desencadenar, pero el hecho era que le parecía la solución más decente dadas las circunstancias

- ¿Y cuándo será eso? A cada segundo que pasa mi gente muere y mi hermana continua bajo el control de esa bruja- saltó Eiden, el príncipe no estaba en sus cuatro sentidos, el peso de su responsabilidad sobre su reino los nublaba. El calor subía por el enorme cuarto a cada mirada molesta o comentario por más malintencionado que pareciera.

-Pero ¿con cuales guardias planeas salvarlos? Ya masacraron a la mitad de nuestras tropas- dijo Este, este tampoco era un comportamiento típico del guardián, pero no podía dejar que acusaran a su hermana de esa forma

- ¿Y qué creen que hará cuando termine con el Reino Profundo? ¿Creen que se quedara ahí? Subirá a Narnia y también arrasara con todo, si cae uno caen los dos- Kayssa se acercó a Eiden al ver la tensión en su cuello, la guardiana apenas prestaba atención a las palabras que surcaban el aire, estaba demasiado centrada en idear el siguiente plan, aunque ya estaba agotada de que aquello que planeaba parecía salírsele de las manos de una forma u otra

-Eiden tiene razón, la paz en Narnia siempre ha sido respaldada por el Reino Profundo- defendió Peter sintiendo de nuevo el peso de la corona que extrañaba portar

-Peter, agradezco que estén aquí para ayudar, pero no se metan en esto ahora- dijo Sur tratando de mantener a los Pevensie apartados del circulo

-Perdón, pero ya es demasiado tarde para eso, mis hermanos y yo estamos en esto desde que Lucy cruzo el bendito ropero por primera vez, hemos gobernado estas tierras y estamos aquí por una razón- dijo Susan ofendida acercándose a su hermano

-Si gobernaron un buen tiempo, pero después se marcharon, agradecemos lo que han hecho pero esta conversación la debemos tener los habitantes de Narnia- replicó Sur

El salón del trono empequeñecía a cada palabra haciendo que la tensión y el calor de la situación se acumulara creando una bomba de tiempo, Peter, Susan, Lucy, Kayssa y Eiden se encontraban frente a Este y Sur mientras que Eustace y Caspian trataban de mantenerse neutrales a los lados, el rey sentía que ya había metido demasiado la pata y Eustace analizaba las palabras de todos, tratando de sacar conclusiones