-Si te consuela yo tampoco iré- comentó Caspian sentándose a mi lado mientras ambos observábamos como Susan y Eiden entrenaban con el arco - ¿Cómo va Liliandi? - pregunté evadiendo el tema, Cas solo suspiro -Va bien, aun no se siente nada, pero su vientre está empezando a notarse- sonrió y yo hice lo mismo ante la imagen -Tendrás que confiar en ellos- agregó. Susan atinó cerca del centro de la diana, podía ver que le frustraba pero supuse que en su mundo no tendría mucha oportunidad de practicar, Eiden la felicitó tratando de animarla, repitiéndole que ese había sido un buen tiro; era bastante más alto que ella y su cabello había crecido por debajo de las orejas hasta casi llegarle a los hombros -Lo hago, sé que todos son capaces- dije sin dejar de ver a Eiden mientras preparaba su disparo, tensó el arco como si fuera una extensión de su cuerpo y sin dudarlo disparo dando en el centro -Pero eso no evita que me muera de miedo al pensar en las posibilidades- completé -Entonces no pienses, ven, ambos necesitamos concentrarnos en algo- dijo y nos dirigimos por las espadas.
Había pasado una hora, o tal vez más, los músculos me ardían y el sudor caía a chorros de mi frente -Estas siendo suave- dije mientras lanzaba otro golpe, Caspian también lucia algo cansado, pero no era solo el entrenamiento, tenía ojeras y su piel se veía pálida haciendo notar las varias pequeñas cicatrices de su rostro, él solo sonrió mientras lo esquivaba. El cielo empezaba a tornarse con colores anaranjados y unos pequeños copos advertían una nevada; pronto seria hora, los chicos se irían dejándonos a la espera con una súplica silenciosa en nuestros labios, pidiendo que todo saliera bien. Caspian lanzó una estocada tras otra, mis brazos empezaban a tambalear y mis pies a retroceder, me agaché huyendo por la izquierda a la vez que golpeaba sus tobillos, esa era la ventaja de usar espadas sin filo, los golpes eran fuertes, pero no causarían más que grandes moretones o pequeñas cortadas superficiales en el peor de los casos. Cas tambaleó, pero no tardo en volver a escucharse el sonido del metal chocando, en todo este tiempo nadie nos había venido a molestar, no éramos necesarios para esto. Otro golpe, esta vez dio en mi costado derecho, tambalee y mi respiración empezó a volverse cortada, cuando intenté lanzar la espada hacia su pierna izquierda, este arremetió con fuerza antes de siquiera poder preparar el golpe haciendo que mi espada cayera al piso y haciéndome soltar una maldición -Tenias razón, estaba siendo suave- sonrió, solo voltee los ojos y mostré una pequeña sonrisa. Nunca me había sentido asi de débil y cansada.
-Será mejor que vayamos, aunque sea a desearles suerte, después podremos hacer más, ya lo verás- dijo emprendiendo el camino. Fuimos repasando nuestros errores, le comenté que solía descuidar las piernas por lo que las volvía un punto débil y él mencionó mi tendencia a atacar por la izquierda lo que me volvía predecible. Llegamos directamente a la sala de armas donde ya estaban preparándose, fui directamente con Eiden para ayudarle a colocarse el peto de la armadura -Insisto en que esto solo podría entorpecerme- murmuró mientras ajustaba la correa dejándonos realmente cerca -Si tu no usas esto, yo me pondré la armadura y seré la guía- en realidad solo bromeaba ya que justo en ese momento había sido consciente de mi estado y lo frágil que podía aparentar, pero el príncipe no pareció notar el sarcasmo en mi voz asi que dejó de quejarse y una vez que estuvo listo me acerque a Edmund, ya se había terminado de colocar su armadura asi que solo le di su espada -Pensé que estábamos molestos- dijo mientras la colocaba en la derecha de su cadera -Lamentablemente sigo siendo tu protectora- bromee y el ahogó una risa airosa para después quedar en unos cinco segundos de silencio -Solo no trates de hacerte el héroe, si pasa algo recuerda que solo debes de correr- indique mirándolo seria, Edmund solo asintió y otra vez silencio, un silencio que era como si algo nos cubriera y en el que ambos parecíamos cómodos, la cicatriz de su labio ya casi cerraba del todo, y pude sentir que el también parecía ver los míos creando una tensión invisible para los demás pero que nosotros parecíamos poder palpar con facilidad -¡Hey! Estaba pensando, ustedes dos podrían volver a usar sus collares, ya sabe, por si acaso- dijo Einar acercándose y quebrando aquel espacio, voltee de nuevo hacia Edmund - ¿Aun lo tienes? - pregunte y el pareció descolocarse -Si ¿tú no? - sonó indignado, me apresure a asentir -Si, si, está en mi cuarto, iré por él, los veo en los establos- salí de ahí lo más rápido posible sintiendo mis mejillas arder a pesar del frio que emanaba de las paredes.
ESTÁS LEYENDO
𝗟𝗔𝗭𝗢𝗦/ La silla de plata, el terrano y las coronas de antaño (LCDN #4)
Fanfic🅻︎🅸︎🅱︎🆁︎🅾︎ 🅸︎🆅︎ ۞ "... "𝗩𝘂𝗲𝗹𝘃𝗲 𝗮 𝗺𝗶" 𝗽𝘂𝗱𝗲 𝘃𝗲𝗿 𝗺𝗲𝗱𝗶𝗼 𝗰𝘂𝗲𝗿𝗽𝗼 𝗱𝗲 𝗘𝗱𝗺𝘂𝗻𝗱 𝗮𝘀𝗼𝗺𝗮𝗿𝘀𝗲 𝗽𝗼𝗿 𝘂𝗻𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗽𝗶𝗹𝗮𝗿𝗲𝘀, 𝗰𝗼𝗿𝗿𝗶́ 𝗵𝗮𝗰𝗶𝗮 𝗲́𝗹, 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗲𝗹 𝗵𝗶𝗲𝗹𝗼 𝗺𝗲 𝗶𝗺𝗽𝗶𝗱𝗶𝗼́ 𝗹�...