𝐗𝐗𝐕𝐈

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- ¡Lucy! ¡Kayssa! ¡Esperen! Sería más seguro que se quedarán aquí, Este y yo iremos con un grupo de guardias- dijo Caspian mientras nos seguía, Lucy frenó de golpe y encaró al rey - ¡Mis hermanos están allá afuera y corren peligro, no me voy a quedar aquí sin hacer nada! - exclamó para después tomar mi mano y apresurarse -Lu y yo nos adelantaremos, tú y Esten reúnan a los guardias- ordené siguiéndole el paso. Ambas corrimos hasta la sala de armas, Lu tomó un caraj lleno de flechas y una pequeña daga mientras yo tomé la primera espada que vi, no había tiempo de ensillar a los caballos asi que cada una montó uno de los más cercanos a la salida -Sígueme- le ordené antes de salir cabalgando lo más rápido que el caballo lo permitía, no había pensado en siquiera ponerme mi capa pero supongo que debido a la adrenalina que hacía correr mi sangre y que mi único pensamiento era llegar a donde estuvieran y ponerlos a salvo no sentía del todo el frio, presionaba cada vez más a mi caballo cuando escuché muchos más detrás de nosotras, por un momento pensé que serían guardias terranos listos para atacarnos, pero al distinguir el rojo de nuestras armaduras entre la nieve me tranquilizó.

Seguimos cabalgando, sentía pequeños golpes de aquellas ramitas que no me molestaba en esquivar, debía llegar lo más pronto posible y por más que avanzábamos sentía que no llegaríamos a tiempo, hasta que escuchamos las voces de los chicos sumergidas en un estallido de choques de espadas, nos acercamos más y alcanzamos a ver un grupo de guardias terranos formados en circulo -¡Retrocedan!- nos gritó Caspian para advertirnos del ataque de nuestros guardias, lo terranos, al notar nuestro ataque, rompieron su formación dejándonos espacio a Lucy y a mí para entrar a donde estaban los chicos; pude sentir como mi corazón se detenía por un instante -¡Edmund!- grité al verlo en el piso mientras Eiden y Peter trataban de cubrirlo. Bajé del caballo y corrí hacia él, sostenía sus manos en su abdomen y al llevar mi mano hasta las suyas pude sentir la calidez de la sangre -Intente ir por ayuda, pero no fui demasiado rápido- me contó entre jadeos -No hables- ordené mientras arrancaba un pedazo de mi falda para hacer presión en su herida maldiciendo, llevé mi mano libre a su mejilla para acariciarla e intentar confortarlo -Estas helada- susurró, el frio empezaba a afectarme, sentía mis músculos temblando con el fin de producir calor -Kay, debemos salir de aquí- dijo Eiden tratando de hacerse escuchar encima de los golpes del metal; nuestros guardias se habían unido a la lucha y él junto a Peter seguían formando una especie de barrera entre nosotros y los guardias terranos. Edmund se veía más pálido y cansado -Vamos Ed, resiste- supliqué a la vez que lo animaba a levantarse, Eiden tenía razón, debíamos salir de aquí, estar tan cerca de la entrada a Reino Profundo era demasiado riesgoso -Por favor Ed, tienes que levantarte- acaricie su mejilla mientras lo ayudaba a enderezarse, él solo soltaba quejas por el dolor -¡Kay!- gritó Eiden mientras bloqueaba un ataque -Los buscan a ustedes, Este y tu deben salir de aquí ¡Ahora!- volvió a insistir, pero no podía irme sin Ed. Intenté volver a levantarlo pero mis energías no se habían recuperado del todo; Eiden pareció murmurar algo y se agachó para ayudarme a levantar a Edmund, este soltó un grito de dolor -Tranquilo- murmuré quitándole cuidadosamente un mechón de cabello del rostro. Ed estaba con un brazo apoyado en mí y el otro en el príncipe -¡Pet, cúbrenos!- le pidió a Peter, este al ver el verdadero estado de su hermano se acercó ayudándonos a hacernos un camino hasta el caballo más cercano, subí primero y después entré los tres logramos subir a Edmund en la parte de enfrente -¿Y Este?- pregunté volteando alrededor, tratando de ver a mi hermano, pero la tormenta había empeorado y los guardias terranos empezaban a prestarme más atención -¡Lo enviaremos al castillo, pero ahora vete por favor!- grito Eiden pasándome su capa para cubrirme del frio -Pero tu si uno de los dos cae el otro también ¿recuerdas?-

-No pienso caer, no esta noche- dijo y sin dejarme despedirme, le dio un empujón al caballo que lo interpretó como una orden para avanzar, con un brazo sujete a Ed, mientras con el otro tomaba las riendas del caballo, no sabía a donde iba, solo sabía que no podía detenerme ya que podía escuchar a varios guardias terranos detrás de nosotros -Kay- suspiró Ed -Shh- trataba de concentrarme y él no podía desperdiciar energías -Kay- volvió a decir con dificultad -¿Qué?- pregunté sabiendo que no se rendiría. El caballo seguía cabalgando, esquivando los troncos de los árboles tratando de perderlos, pero estaba en el lado este de Narnia, en mi lado contrario, asi que podían detectarme mejor. -Lo lamento- continuo Ed, me sentí confundida -¿Qué?- volví a preguntar mientras trataba de ubicarme, estaba alterada y no podía sentir mi parte del bosque -Yo yo no debí irme- dijo, escuchaba cada vez más pasos unirse a nuestra caza, debía concentrarme -Debí quedarme- continuó balbuceando, estaba perdiendo mucha sangre -Ed, no es buen momento- dije deteniéndome de golpe, solo necesitaba un segundo, un segundo para poder sentirlo -Debí quedarme- repitió pero no hice caso, respire un par de veces, los pasos se iban acercando, cerré los ojos, la nieve hacía que el crujir de las hojas se disipara haciendo difícil poder calcular cuantos venían y que tan cerca estaban en realidad, volví a respirar profundo hasta que lo sentí; una pequeña brisa me envolvió indicándome por donde ir; agité las riendas del caballo y salió galopando, poco a poco los fui perdiendo hasta llegar un punto en el que estábamos solos -Ed- susurre deteniendo el caballo y con la preocupación latente de que Edmund estuviera vivo, no hubo respuesta -Ed- insistí agitándolo un poco, el contesto con un quejido y yo suspiré aliviada -Resiste, el castillo no debe estar muy lejos- pedí mientras volvía a poner el caballo en marcha.

Para cuando llegamos, Este, Sur y Susan estaban esperándonos en la entrada -¡Necesita ayuda!- grité mientras varios soldados se acercaban y se llevaban Edmund con las curanderas, fui con él, sujetando su mano a cada paso pero no me dejaron entrar al llegar a la sala, los demás venían detrás de mí -¿Qué paso?¿Y los demás?- preguntó Susan pero no pude responderle, no sabía que decir -Eran demasiados- dijo Este abrazándome -Créeme, irnos fue lo mejor- añadió -¿Y Eustace?- pregunte secándome un par de lágrimas -Arriba, no ha parado de ayudar al profesor y Liliandi, ¿Dónde está Lucy?- Trumpkin apareció por el pasillo, la edad empezaba a pasar por el dejando ver unas canas en su barba y arrugas en su frente -No lo sé, no lo sé, yo Eiden y Pet me ayudaron a subir a Edmund al caballo y ya no sé qué paso con ella, con nadie- contesté aun tratando de asimilar todo lo que había ocurrido -Fue lo mejor- confirmo Sur -¿Y Einar?- pregunte separándome de Este al vernos a los tres reunidos, mis hermanos se quedaron quietos por un momento -No creerán que- Trumpkin ni siquiera se atrevió a terminar la oración, los tres salimos rápidamente al patio y antes de poder decir algo, un espíritu de los árboles formado por ramas se apareció ante nosotros -Guardianes, fui enviado por su hermano, él está bien, se encuentra a salvo en una comuna de enanos regresará a la primera oportunidad que tenga- y al decir eso se desvaneció en la helada brisa, una preocupación menos se evaporaba de mi espalda haciendo que el gélido aire entraba en mi columna -Mejor vamos adentro, veremos en que podemos ayudar- dijo Sur

-Es inútil, si no somos carnada entonces nuestra utilidad es nula- dije sin moverme

-Kayssa por favor no empieces- Sur regreso a mi lado

- ¡Es que ¿Qué planeas Sur?! ¡No podemos hacer nada! Es inútil, Edmund esta herido mientras que los demás podrían estar capturados o peor y nosotros no podemos hacer nada- sentía una impotencia hervir dentro de mi

-Bueno, quedarse aquí a lamentarse tampoco es de mucha ayuda- fue lo ultimo que dijo antes de entrar al castillo

-Sur tiene razón Kay, ven, entremos- Este tomo mi muñeca, pero yo no me moví

-De acuerdo ¿Qué planeas hacer? ¿volver y arriesgarte a ser capturada y darle a la Saya lo que quiere? -

-Entonces no hay nada que podamos hacer, tu misma dijiste, es inútil, ahora entremos al castillo- cuando volvió a tomar mi brazo no puse resistencia y me deje llevar, estaba en un trance, incapaz de lograr crear una idea decente, voltee a ver mi collar, tanto este como el peso de la capa de Eiden sobre mi me daban una falsa sensación de compañía, la piedra estaba azul - ¡Kay! ¡Es Edmund!- la pequeña figura de Eustace se asomaba por la puerta, salí corriendo en su dirección dejando a mi hermano tras de mí, corrí tan rápido como mi corazón palpitaba hasta la enfermería a la que entre casi de golpe para ver a Edmund recostado en una pequeña calma profundamente dormido -¿Esta bien?- pregunté mientras me acercaba a él -Logramos controlar la hemorragia a tiempo, aunque la herida era pequeña fue algo grave, tuvo suerte- contesto una de las enfermeras -Los dejaré a solas- agrego mientras se retiraba. Me senté en la orilla de la cama y acaricié su pálida mejilla con toda la ternura que pude, el subir y bajar constante de su pecho hacia que todo luciera un poco más esperanzador, retiré uno de sus mechones azabaches antes de levantarme para irme -Kay- gire al escuchar el balbuceo, estaba con los ojos entrecerrados -Shh, necesitas descansar- indique regresando a él -Quédate- se escuchaba sin aliento -Vuelve a dormir- insistí pero él se aferró débilmente a mi mano causándome un cosquilleo en la punta de los dedos -Quédate- repitió y al ver sus ojos no pude negarme, me volví a sentar en la orilla recargando mi espalda en la pared, Ed acomodó su cabeza en mi regazo mientras yo acariciaba su cabello y sin darnos cuenta ambos sucumbimos al cansancio quedándonos dormidos.

𝗟𝗔𝗭𝗢𝗦/ La silla de plata, el terrano y las coronas de antaño (LCDN #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora