𝐗𝐗𝐈

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Los guardias se apresuraron a acercarse. Todos estabamos confundidos, Einar y Este corrieron a ponerse frente, por un momento pensé que sus intenciones eran atraparnos pero al ubicarse en un posición que nos cubría entendí que era para protegernos, en ese momento yo ubiqué al principe en medio de los tres, esquive a un guardia y logre golpearlo de tal forma que soltara la espada -¡Caspian ¿Que carajo?!- exclamó Einar. Las dos hileras nos iban rodeando. Peter y Susan intentaban acercarse a nosotros pero unos guardias se los impedian. -¡Lo prometiste!- le grito Este; Caspian lucia consternado pero no parecia querer cambiar de opinion. Nosotros seguiamos cubriendo a Eiden, a quien, a base de empujones y patadas, le insistia que se quedara en el centro.
Había llegado un punto en el que empezaba a pensar que era mejor rendirnos, tenia a tres guardias y empezaba a cansarme; no habia dormido bien y mi alimentacion estuvo basada en su mayoria por un par de frutos secos y agua mas tiempo del que me hubiera gustado.
Apenas paso un segundo entre ver la empuñadura de uno de los guardias ir directamente hacia mi y encogerme a esperar un golpe que nunca llego. Al abrir los ojos vi la espalda de quien se habia interpuesto, distinguí su cabello color azabache, cuando volteó a verme me brindo una de sus medias sonrisas, el golpe le dio en el labio haciendole un corte y mi primer instinto fue acercame a limpiar la sangre que daba indicios de salir pero me interrumpio -Cuidado- me advirtió Edmund y rapidamente gire mi cabeza justo a tiempo para esquivar. No sabia si la piel se me habia erizado por la adrenalina o por escuchar su voz ronca después de tanto tiempo. Empezamos a chocar espadas a la par, nos pasabamos a los guardias, yo los cansaba y el les daba el golpe final. Mi energia iba subiendo hasta que senti como jalaba solo un poco de mi capa tratando de aferrarse a algo -Kayssa- voltee de inmediato al escuchar la voz de Eiden e intente aferrarme a la mano que estaba estirada en mi direccion; los guardias aprovecharon mi distraccion para atraparme y arrastrarme lejos de el príncipe -¡Eiden!- grite tratando con todas mis ya escasas fuerzas de zafarme de los guardias -¡Eiden!- volvi a gritar sin dejar de verlo, él tambien estaba tratando de zafarse pero nuestras fuerzas no eran suficientes. Mientras mas distancia habia entre nosotros, el miedo aumentaba. En mi desesperación busque un ultimo rastro de ayuda en Caspian, seguia abrumado, como si no esperara este resultado -¡Caspian!¡me lo debes traidor!¡Yo te ayude a que te escucharan, yo te apoye cuando nadie apoyo!- le grité al borde de las lagrimas. Quien no conociera a Caspian, habría dicho que estaba furioso, que el enojo se mostraba en su ceño fruncido, pero nosotros nos conocíamos mas de lo que nos gustaría en estos momentos. Yo podía ver la herida y conmoción que le había causado mi reclamo. El rey se abrió paso entre los guardias para quedar en frente mia, le sostuve la mirada un par de segundos -Después de esto estamos a mano- dijo antes de hacerle una seña a los guardias para que nos soltaran.

Me acerque corriendo a Eiden, el cual me acogio entre sus brazos, tome su cara entre mis manos y se quejo un poco cuando roce su pomulo, tenia un fuerte golpe -No importa ¿tu estas bien?- me pregunto quitando mi mano de su mejilla, yo asentí -Vamos- me animo sin dejar de soltar mi mano. Mientras los dos nos acercábamos a Caspian, quien estaba en la puerta que nos guiaba a la torre, voltee a ver de reojo a Edmund y su labio ya con la sangre de su labio seca, en cuanto nuestras miradas se encontraron, ambos las retiramos rápidamente.

Caspian encabezaba la marcha, Eiden y yo lo seguíamos con un pequeño grupo de guardias detrás nuestra, todos íbamos en silencio y por primera vez en lo que habíamos llegado empecé a sentir el frio subir por mis brazos, mire por los inmensos ventanales, la nevisca empezaba a parar y solo un par de copos eran los que chocaban contra el vidrio. Durante el pequeño trayecto iba repasando lo que diría, había un perdón que dudaba en salir de mi boca pero no sabia si mi orgullo me dejaría decirlo. Llegamos a la pequeña torre con aquellas angostas escaleras que nos llevarían al salón; Caspian les hizo una seña a los guardias para que esperaran, empezamos a subir hasta que el calor de la chimenea siempre ardiendo nos acuno. El rey cerro la puerta con seguro y se apresuro a acercarse en la cabecera de la mesa con intención de sentarse, mientras que Eiden y yo nos ubicamos en el extremo contrario y mas cercano al fuego, de pie, esperando a que su majestad nos diera la palabra

-Falta uno ¿Dónde esta Baco?- pregunto el rey, mientras se asomaba a su alrededor como si esperara ver su rojizo pelaje en el hombro del príncipe -Murió, fue una de nuestras flechas- dije cortante, su expresión paso de una firme a una con sorpresa y de nuevo a la misma expresión de tenia cuando lo encaré en el salón del trono, como si todo se le estuviera saliendo de las manos. -Lamento mucho oír eso, que Aslan lo reciba en su reino- ablando su voz a un tono de pena que se escuchaba sincero -Gracias su majestad, no dudo que asi fuera- respondió Eiden con una voz distante pero manteniendo ese tono de amabilidad. No entendía porque el príncipe no había perdido la cabeza ¿como podía actuar tan educadamente?. Ante la actitud serena pero firme de Eiden, el rey pareció abandonar la idea de sentarse ahí y en su lugar se acerco a los pequeños sillones ubicados frente a la chimenea, lleno tres copas de vino a la mitad -¿Quien de ustedes me dirá que mierda esta pasando?-

-Asi que él era el príncipe- observo Lucy mientras curaba la herida del labio de Edmund -Arde- se quejó el chico retirando instintivamente su rostro -Cálmate Edmund- Lucy agarro fuertemente su barbilla para evitar que lo hiciera -Estoy seguro de que no se quejaría si fuera Kayssa la que lo estuviera curando- se burló Einar mientras se terminaba de limpiar una leve cortada en la mano -Él no lo hizo- dijo Peter llamando la atención de todos en la sala -¿Cómo?- le cuestiono Susan -Estoy seguro que el príncipe Eiden no ordenó nada de esto- repitió -Pero si no fue él ¿quién?- fue Eustace el que preguntó, Peter negó -No lo sé, pero también estoy seguro de que Este sabe mas de lo que nos dijo- añadió caminando a la ventana. Einar, quien era el único guardian que se encontraba en el cuarto , se sintió con la responsabilidad de defender a su hermano -Puede que si, lo mas seguro es que si, pero debe tener buenos motivos para no habernos dicho todo- saltó -Einar tiene razón, Kay debio pedirle guardar el secreto- apoyó Lucy -¿Pero tu que crees Einar?¿Crees que el príncipe es inocente?- Susan se levanto del sillón y se acercó a su hermano en la ventana, el guardian se encogio de hombros -¿Eso que importa? Kay esta hablando con Caspian ahora y resolveran las cosas- Einar estaba convencido de que su hermana no defenderia a alguien que pusiera en riesgo su amada Narnia -Pero si Peter la hizo volver y ya todo se esta "resolviendo" ¿Por que volvimos?- preguntó Eustace algo tímido, nunca había convivido tanto con Peter y Susan, se sentía mas cómodo con la presencia de Kayssa que la de su hermano y lo único que le transmitió la suficiente confianza para soltar aquella pregunta eran Edmund y Lucy -El que tu hayas vuelto no es sorpresa, Kayssa te llamó, la verdadera pregunta es ¿que hacen ellos aquí?- dijo Einar señalando a los hermanos pero antes de que alguien más pudiera decir algo, Sur y Este abrieron la puerta -Han terminado, nos necesitan a todos arriba- ordenó Sur, se notaba seria y algo disgustada mientras que Este se veía aliviado. Todos se voltearon a ver antes de salir de la habitación.

𝗟𝗔𝗭𝗢𝗦/ La silla de plata, el terrano y las coronas de antaño (LCDN #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora