Mi mundo se derrumbo, sentí mis manos mas frias que nunca -Eiden, necesitamos que nos cuentes a detalle que ocurrio- Baco bajo de mi hombro para acercarse al príncipe -No se cuando comenzó todo, solo se que un dia Tala, o eso creía, me mando a llamar, se veía diferente, estaba descuidada, ojerosa y casi calaverica, su cabello blanco se veía opaco y sus ojos...- un escalofrio parecio recorrer su espalda -Sus ojos eran rojos y parecían de reptil, me empezó a dar un discurso acerca de la grandeza de la magia y de como necesitábamos mas, mas magia, mas poder y que sabia como obtenerlo, me dijo que solo necesitaba la esencia mas pura de Narnia, le dije que estaba loca y me envio a los calabozos, pude ver que había mas de mi gente ahí abajo. Cada dia se escuchaban gritos nuevos, gritos tan desgarradores que estaba apunto de quebrarme hasta que logramos escapar, no todos, perdimos a demasiados en el camino. Ella también controla a nuestros guardias. Iba a pedirles ayuda pero me llego la noticia de que eramos indeseables. No sabia que hacer hasta que recibi tu carta y volvi a tener esperanza- al terminar su relato se puso de pie -Eiden...- no sabia que podría decir ¿Qué le dice a alguien que esta a punto de perderlo todo? -Encontraremos la forma de ayudarte ¿Verdad Kay?- Baco había subido hasta el hombro del príncipe, este sonrio y asintió levemente. Mire el cielo, el pequeño destello del sol que se alcanzaba a asomar anunciaba el medio dia -Me tengo que ir, pero te prometo que mañana volveré y pensaremos en una forma de resolverlo todo, lo prometo- me ubique al lado de Eiden, tome su mano y una sensación de calidez me invadio recorriendo todo mi cuerpo -Te extrañe, en serio lo hice- dijo mirándome a los ojos y por un momento también estuve a punto de quebrarme. No pude hacer nada mas que brindarle una pequeña sonrisa antes de regresar.
Volvi a correr, no quería toparme con los guardias terranos o arriesgarme a que Caspian o alguno de nuestros guardias me encontrara por ahí. Aslan se puso de mi lado haciéndome lograr mi cometido llegando al castillo sin que nadie hubiera notado mi ausencia, subi de nuevo hasta mi habitación, me di un baño para eliminar la tierra y el sudor de mi piel y cambiarme a una ropa que no estuviera llena de hojas secas que pudieran delatarme. Me mire en el espejo, volvia a tener unas pronunciadas ojeras debajo de mis ojos debido a las pesadillas y a estar en las altas horas de la noche envuelta en mis pensamientos pero de ahí en fuera me veía bien si es que no te fijabas en la rara nostalgia que emanaba de mis ojos o en la falta de brillo de mi cabello que me había vuelto a crecer hasta casi llegar a la cintura; tome aire y me dispuse a subir a la torre fingiendo con todas mis fuerzas que no había pasado nada, que no había encontrado al príncipe cuya cabeza podría rodar en el momento en que lo encontraran junto a las cabezas de los pocos de su pueblo que lo acompañaban o que no sabia acerca del oscuro peligro que habitaba justo debajo de nuestros pies en este preciso momento.
La sala estaba totalmente vacia y el único sonido que reinaba era el crujir de la leña en la chimenea que intentaba proporcionarnos todo el calor que podía, tome un bonche de cartas que no se habían contestado debido a las prisas de la mañana y me dispuse a responderlas, cartas de negocios, tratados e invitaciones. Debía relajarme. -¿Pero que mierda estas haciendo? el mundo esta a punto de irse de cabeza y solo estas aquí respondiendo tontas cartas- decía mi mente en un molesto susurro cada que rompía el sello de un nuevo sobre
-Kay ¿Todo esta bien?- La voz de Este detuvo el susurro. Cerró la puerta con urgencia y se acerco a mi para poder hablar bajo -Si- titubeé ¿Seria buena idea decirle? ¿contarle lo que paso? -¿Segura?- su rostro se miraba agitado y nervioso, este secreto le estaba afectando y no podía ser, su corazón no debía cargar con mas peso, su corazón no debía de volver a latir como lo hacia el mío -Si, solo que en serio estoy muy cansada- eso no era del todo mentira, en verdad lo estaba. Él suspiró aliviado -Es que pensé... el pájaro, pensé que era el petirrojo mensajero de ya sabes quien-. Hice mi mayor esfuerzo por no tensarme -Ya, yo también lo creí por un instante pero no, solo fue una coincidencia-
La puerta se abrió con fuerza, Caspian hizo su cabello húmedo por el sudor que recorría su frente hacia atrás, estaba enojado -¡Se escapo! Kayssa ¿Hay noticias del bosque? el viento le dijo a Einar que se fue hacia el oeste- Eso no sonaba a una pregunta. Lo sabia, Caspian lo sabia, sabia que lo estaba ocultando, pero quería creer que no lo haría, que no lo "traicionaría" -No Cas, yo acabo de despertar, pero si alguno de mis arboles me dice algo te lo diré- Le dije mirándole a los ojos, mintiéndole a los ojos. Él solo asintió pero no pude saber si me creía o no -Mejor ve a descansar un poco más, tus ojeras se podrían ver a leguas- bromeó y una parte de mi se rompió. Me había creído y yo le había mentido a los ojos "Perdón, perdóname pero tengo que hacerlo, estoy segura de que lo entenderás" intentaba decirle todo eso mientras le dirigía una leve y cansada sonrisa -Como ordene su majestad- "En serio perdóname". Sali del cuarto. No tenia tiempo para descansar, me desvié hacia la pequeña biblioteca que teníamos, tome cada libro que pudiera tener información relacionada con la Saya Verde o Jadis y los subí a mi habitación. Leí hasta que la flama de mi vela se extinguió dejándome a oscuras.
Al día siguiente desperté sintiéndome pesada, como si estuviera llena de piedras. Subí de nuevo. escuche sellos rompiéndose y plumas recorriendo pedazos de pergamino, leves quejas de Este ante la sonora planeación que Einar y Caspian hacían para rodear y buscar los valles y partes boscosas del norte, ya que si yo les decía la verdad, no podían estar en otra parte o al menos no lejos de esos alrededores, de igual manera pude sentir la tensión, era tan intensa que casi podía estrujarla en mis manos. Estaba ansiosa, buscando la mínima oportunidad para correr hacia Eiden y fue un alivio cunado al fin llegó -Otra vez tuviste esas pesadillas- Einar se sentó a mi lado -Si, se están volviendo muy recurrentes- le mostré una pequeña sonrisa, no estaba mintiendo esta vez -Tus pesadillas me preocupan Kay, no tenemos muy buenas experiencias cuando las tienes- bromeó intentando ocultar su preocupación -Los Pevensi aparecen, asi que es imposible que sean visiones, relájate- dije normal terminando de contestar una carta para Archenland -Ve y descansa- me ordenó Caspian mientras veía detalladamente el mapa, como si pudiera ver al príncipe huyendo en el. No reproché y me levante de inmediato -Gracias- suspire antes de salir y mirar agradecida a mis hermanos.
El gran roble se estaba quedando sin hojas, anunciando la pronta llegada del invierno y sus heladas, seguí caminando con la capucha puesta hasta llegar a la boca de la cueva -¿Eiden?- pregunté adentrándome y saludando a los terranos, repartiendo entre ellos las pocas cosas que pude robar de la cocina. Sentí unos brazos rodear mi cintura y un calor tan familiar como el mío, al voltear, me sorprendí con el sabor de sus labios y cuanto los había extrañado -Hola a ti también- suspiré algo mas relajada, él intento darme la mas normal de sus sonrisas pero no se veía igual, se veía como la fisura que le queda a una taza después de romperla e intentar repararla. Salimos de la cueva y nos fuimos a sentar al mismo sitio de ayer -Baco no tardara en llegar- advirtió sujetando mi mano y fue al ver nuestras manos entrelazadas que supe que si ambos estábamos juntos en esto, podríamos lograrlo.
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𝗟𝗔𝗭𝗢𝗦/ La silla de plata, el terrano y las coronas de antaño (LCDN #4)
Fanfiction🅻︎🅸︎🅱︎🆁︎🅾︎ 🅸︎🆅︎ ۞ "... "𝗩𝘂𝗲𝗹𝘃𝗲 𝗮 𝗺𝗶" 𝗽𝘂𝗱𝗲 𝘃𝗲𝗿 𝗺𝗲𝗱𝗶𝗼 𝗰𝘂𝗲𝗿𝗽𝗼 𝗱𝗲 𝗘𝗱𝗺𝘂𝗻𝗱 𝗮𝘀𝗼𝗺𝗮𝗿𝘀𝗲 𝗽𝗼𝗿 𝘂𝗻𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗽𝗶𝗹𝗮𝗿𝗲𝘀, 𝗰𝗼𝗿𝗿𝗶́ 𝗵𝗮𝗰𝗶𝗮 𝗲́𝗹, 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗲𝗹 𝗵𝗶𝗲𝗹𝗼 𝗺𝗲 𝗶𝗺𝗽𝗶𝗱𝗶𝗼́ 𝗹�...