La depresión no tiene edad ni rostro, aparece sin avisar y se impregna de tu luz, la apaga y todo lo que logras ver es la oscuridad en un pozo sin salida, hasta que tocas fondo y es ahí cuando logras ver la última luz de esperanza. Esa luz de esperanza, es mi madre. Es lo único que tengo y no voy a perderla a ella también.
Contengo reír ante lo último, el sentimiento no es mutuo, pero está bien. Dicen que el amor de una madre hacia su hija nunca se termina ¿verdad?
Me cruzo de pies sobre la cama con la laptop en esta, entro a mi página web mi identidad la oculto bajo un anonimato, es el logo de cada entrega que hago; mariposa. Hago clic en el sector de calificaciones y reseñas, en donde puedo ver las opiniones que las personas tienen acerca de las pinturas que realizo y entrego.
"Acaba de llegarme el paquete, simplemente lo amo"
"Eres arte y haces arte"
"¡Por Dios, chica! Admiro la manera en la que llegas a transmitir tanto en un lienzo"
"Anónima, eres la definición del arte"
Mi corazón se encoge a leer los comentarios, estoy a punto de responderles, pero la puerta de mi habitación se abre de golpe haciendo que pegue un brinco. Al darme cuenta de que es mi madre, dejo la laptop en la mesita de noche que tengo al costado mío y la miro, esperando a que diga lo que tenga que decir.
—¿Mi comida? —pregunta aburrida, apoyándose en el marco de la puerta. Su melena pelirroja está atado en un rodete desordenado, su vestido negro que se ciñe a su cuerpo, notándose arrugado y su labial rojo está corrido sobre su tez blanca.
Mira a través de la ventana de mi habitación. Evita verme. Ignoro la punzada de dolor que aparece en mi pecho y me levanto con una sonrisa, acercándome a ella.
—Hola, mamá. —Cruzo los brazos sobre mi pecho apretando fuerte mi blusa azul—. Tu comida se encuentra en el microondas, prepare lasaña —digo animada.
Suelta un bufido de fastidio haciendo que apriete más mi blusa y la piel empiece a dolerme.
—Sabes que no me gusta la lasaña.
Mi sonrisa decae y arrugo el entrecejo.
—Es tu comida favorita —menciono, recordando cuando comíamos lasaña todos los domingos.
—Ya no lo es. —Torció los ojos aun con la vista en la ventana—. Me sorprende que aun siga esperando a que hagas algo bien.
No hice caso a lo que decía, de todos modos, mi cuerpo si lo hacía. Solté un quejido al darme cuenta de lo fuerte que apretaba mis antebrazos. Mi madre no se inmutó y se marchó sin siquiera mirarme una sola vez.
Me sobe las partes afectadas, no me inmute en ver cómo estaban mis antebrazos. Hace dos semanas he descubierto que me los aprieto fuerte sin darme cuenta, en ocasiones las marcas de mis uñas quedan allí. Detesto ver que me hago daño sin darme cuenta y detesto no ser suficiente para mi madre.
Mis ojos pican y me froto los ojos. No, ya basta de llorar, ya no quiero llorar, ya no quiero limpiar mis lágrimas. Estoy cansada de esto.
Cierro la puerta y me acerco al lienzo que está apoyado al caballete junto a la mesa de madera en donde se encuentran los pinceles, pinturas de todos los colores y algunas obras que tengo que envolver para ser entregadas.
Mi atención se dirige hacia la laptop, ha sonado avisando que tengo un mensaje nuevo en la web. Me acerco a paso lento tomando el aparato y me tumbo en la cama. Muevo mis dedos sobre el portátil, dirigiéndome al tablero en donde me había quedado y leo el nuevo mensaje en un audible susurro.
Buenas tardes, anónima.
He estado viendo tus obras y estoy fascinado con lo que haces, el arte está en tus manos definitivamente. No te aburriré más e iré al grano; estoy por realizar una campaña a través de muestras de arte y me encantaría contar contigo en este proyecto. Mi hermano pequeño es un gran admirador de ti, te sigue desde hace casi un año y admito que ya es un poco agobiador de lo mucho que habla de ti (literalmente).
Claro que esto tiene una razón muy especial para mí, si te interesa, contáctame a través de mi correo: @WidgetDiego.
Que estés teniendo un bonito día,
Diego Widget.
Cierro la laptop confundida. Su nombre me hace un pequeño ruido y lo primero que se me viene a la mente es un rotundo no.
N/A:
Hola, holaa.
¿Qué opinan de está versión?
¿Notaron que antes Haydee no era anónima en su página web?
Trataré de que las actualizaciones sean semanales. No olviden dejar su estrella (voto) y comentar que les pareció. Gracias por acompañarme nuevamente por acá. :)
La que les debe pañuelos,
Abril.
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Aprendiendo a Volar (REESCRIBIENDO)
Short StoryHaydee se identifica con las mariposas, aquellas que están a punto de romperse, aquellas que quieren volar alto y aquellas que vuelan con las alas rotas. La desesperanza, el dolor y la culpa es lo que ocupa Haydee Clarkson en su día a día, convivien...