Me engañé por años creyendo que todo estaba bien, que mamá volvería amarme y Evelyn regresaría.El dolor siempre estuvo. Mi subconsciencia en vez de despertarme hacia el mismo trabajo que yo.
Siempre lo supe, pero no quería enfrentarlo.
Siempre lo supe, pero no quería aceptarlo.
Siempre lo supe, pero no quería.
Le doy una profunda calada al cigarrillo tratando de que llene el vacío que me carcome por dentro.
Las lágrimas descienden por mis mejillas y me apoyo en el marco de la ventana viendo el cielo estrellado. Otra pesadilla y otro día en el que las madrugadas son solitarias.
Soy patética al pensar que, un cigarrillo puede llenar mi vacío cuando en realidad solo es una autodestrucción.
La única persona que puede salvarme soy yo misma.
Tiro el cigarrillo al suelo y lo aplasto con mis pantuflas. Limpio mis mejillas y cojo el teléfono de la mesita y marco su número.
—¿Eres consciente de que son las 03:15 de la madrugada, verdad? —dice con voz ronca, Elois.
No logro articular ninguna palabra, porque un sollozo se me escapa.
—¿Qué sucede?
Respiro hondo— N-no estoy bien —desciendo por el suelo—, Elois, no estoy bien —repito.
No lo estoy.
—Voy enseguida —cuelga.
Veo en la pantalla de fondo la foto que salgo con Evelyn sonriendo, aún recuerdo aquel día.
*
Flashback
—¡Mira esa mariposa! —chilla Evelyn.
Dejo de pintar y veo donde señala con el dedo.
—Es hermosa —digo, viendo la mariposa volar enfrente nuestro, su color celeste es tan llamativo y único.
—Lo es —se acuesta en el césped.
Contemplo la escena viendo el atardecer, la mariposa y a mi hermana.
—Somos mariposas y aves, Hyde.
—¿Por qué?
—Descúbrelo, pero recuerda, nunca dejes de volar —su vista se fija en mí y veo lágrimas acumuladas en sus ojos.
Arrugo el entrecejo y voy a preguntarle pero me interrumpe.
—Tomémonos una foto —se reincorpora buscando el teléfono en su bolso.
Ruedo los ojos pero no protesto.
Evelyn se acerca al lado mío y estira el brazo con el teléfono en su mano. Lista para tomar la foto.
—¡Sonríe! —decimos al mismo tiempo.
Junto mi cabeza con la de ella y sonreímos ante la cámara.
Baja el brazo y Mira la mariposa una última vez antes de verme a mí.
—Tú eres mi ala y yo la tuya, y si algún día mi ala llega a faltarte crea la tuya propia y aprende a volar, Siempre volaremos.
*
Escucho el timbre de la casa y me incorporo acomodando mi blusa. Limpio mis lágrimas y bajo por las escaleras dándome cuenta de que mamá no está.
Cojo mi abrigo y abro la puerta viendo a Elois con una expresión preocupada.
No dice nada y se lo agradezco por dentro.
—Caminemos —murmuro y cierro la puerta detrás de mí.
Cruzo mis brazos sobre mi pecho por el frío de la noche.
Caminamos en silencio después de un tiempo y visualizo el parque.
—Sentémonos allí —señalo los bancos.
Tomamos asiento y miro el solitario parque. Viendo el agua caer en la fuente del centro, el césped y los juegos húmedos por el frío.
—¿Recuerdas cuando nos comunicamos por primera vez? —mantengo la vista al frente.
—Lo recuerdo, en el peor momento conocí a mi mejor amiga.
Fijo mi vista en ella, recordando lo deprimida que se veía, la palidez de su rostro, su problema alimenticio y sus ganas de darse por vencida. Elevo las comisuras de mis labios viendo ahora a alguien totalmente distinta. Es feliz, venció la anorexia y ahora está bien.
Se ama y vive.
—La extraño —susurro.
Arrugo el entrecejo.
—Evelyn.
Me mira aún más desconcertada.
—Era mi hermana —un nudo se forma en mi garganta—, y murió por mi culpa.
Elois no sabía que yo tenía una hermana. Nos conocimos en el peor momento de nuestras vidas.
Ella solo sabía por qué me uní al grupo de apoyo y era porque tres años atrás intenté suicidarme.
Esa noche fue una más en la que me rompía frente a alguien, una noche más en la que nombraba a Evelyn y una noche más en la que lo supo todo.
N/A:
¡Hola!
¿Cómo están?
Faltan cuatro capítulos para el final de esta historia.
*Llora*
¿Ustedes ya tienen alguna idea del final?
Los leo. :)
Que tengan un fin de semana bonito.
Buenas noches.
Abs.
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Aprendiendo a Volar (REESCRIBIENDO)
Short StoryHaydee se identifica con las mariposas, aquellas que están a punto de romperse, aquellas que quieren volar alto y aquellas que vuelan con las alas rotas. La desesperanza, el dolor y la culpa es lo que ocupa Haydee Clarkson en su día a día, convivien...