—Las mariposas y las aves —le respondo al niño que se encuentra frente a mí.
Entrecierra los ojos analizándome.
—¿Por qué?
—Muchas personas creen que son débiles, ¿No crees?
—¿Por qué? —se lleva la mano al mentón.
Suelto una risa acomodándome mejor en la silla y hablo:
—Daniel, ¿Tú crees que un Ave puede sobrevivir a una tormenta?
Se queda con la vista perdida, pensando. Chasquea los dedos de repente como si adivinara un acertijo.
Diego entra con dos tazas de café y me entrega una. Le agradezco y se sienta en la esquina de la camilla de Daniel.
—Respóndeme una pregunta —me dice Daniel mientras soba su mentón.
Se ve como un detective a punto de interrogar a su víctima.
—Dispara —bebo un sorbo de mi café.
—¿Cuándo las mariposas se le rompen la mitad sus alas, ¿tú crees que pueden seguir volando? —me mira fijamente—. Respóndeme está y tú antigua pregunta, por favor —enarco una ceja por el papel de Detective que tomo.
Diego aprieta los labios y bebe su café ocultando su sonrisa.
Me inclino hacia delante y apoyo mis codos sobre mis rodillas y paso el vaso de mi café de una mano a la otra.
—No todas las aves logran sobrevivir a la tormenta —detengo lo que estoy haciendo y lo miro—, a veces es tan grande y aterradora que... Simplemente termina por vencerlos. Muchos logran escapar de ella y otros no pueden hacerlo —miro a ambos hermanos que me miran serios y atentos—. Con respecto a la mariposa, sí, puede seguir volando aunque sus alas estén rotas —ladeo la cabeza—, pero todo tiene su límite, Daniel. Las aves y las mariposas vuelan hasta donde pueden.
La habitación se queda en silencio por unos segundos, hasta que Daniel lo rompe.
—Tú eres un ave y una mariposa, por eso te gustan, te identificas con ellas —Daniel muestra una sonrisa dulce y asiente orgulloso por lo que dijo.
—Eres un niño muy inteligente, Dani —le sonrío a medias.
—Ven —abre sus brazos en par.
Me levanto abriendo mis brazos correspondiendo a su abrazo y siento como Diego se nos une.
—No huyas de la tormenta, si es posible, enfréntala. Pero no dejes que sea un tornado lo que termine rompiendo tus alas —me susurra dándome un beso en la frente y se lo devuelvo.
Le hago señas para que se aparte, me mira confundido y le indico moviendo mis manos en forma de cosquillas. Asiente y le indico uno, dos... tres.
—¡Guerra de cosquillas! —grita.
Daniel se separa abruptamente de mí al ver qué ambos le empezamos hacer cosquillas.
Carcajea y de repente siento como ambos se miran cómplices para luego mirarme a mí.
—Oh, no, no —niego con la cabeza.
Daniel asiente varias veces con una sonrisa maliciosa.
Y así, empecé a corretear por toda la habitación siendo atrapada por Diego y Daniel en sus cosquillas.
Fue así como la tarde transcurrió en risas y charlas.
Reí, reí tanto que disfrute cada momento y recordaría para siempre ese día, sabiendo que reí como no lo hacía hace tiempo.
Holita.
Amé escribir el capítulo. ❤️
¿Cómo se encuentran?
Nos leemos en el próximo capítulo.
Abs.
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Aprendiendo a Volar (REESCRIBIENDO)
Short StoryHaydee se identifica con las mariposas, aquellas que están a punto de romperse, aquellas que quieren volar alto y aquellas que vuelan con las alas rotas. La desesperanza, el dolor y la culpa es lo que ocupa Haydee Clarkson en su día a día, convivien...