—Haydee —su mirada destella sorpresa.
—Diego —murmuro, atónita.
Nos quedamos mirando por varios segundos, sorprendidos.
—¿Tú eres la anónima? —eleva las cejas.
Asiento aún sorprendida.
—Es un placer conocerte —dice relajado.
¿No mencionará nada sobre aquel ataque que tuve en el café?
¿Por qué actúa como si nada sucedió?
Llevo el vaso a mis labios y tomo un gran sorbo, antes de dejarlo en la mesa.
—El gusto es mío.
—Te ves pálida ¿estás bien?
—Estoy bien —respondo inmediata, pero puedo ver a través de la pantalla lo pálida que estoy.
Diego asiente sin decir nada.
—Bien. Iré al grano, me ha surgido algo en la noche y debo apresurarme —dice, agarrando un montón de papeles blancos de su mesa y acomodándolos dejando a un lado.
—Okay, te escucho —me crucé de piernas y cruce de brazos.
—La campaña es para una caridad. Junto con mi padre estamos creando una fundación contra el cáncer infantil. En honor a todos los niños que luchan contra esto —empieza, juntando sus manos y apoyando sus antebrazos sobre el escritorio—. La principal motivación aquí es, Daniel, mi hermano. Hace dos años le detectaron cáncer pulmonar —carraspea y se queda unos segundos en silencio antes de continuar—, las esperanzas de una cura es un 50%, al igual que el número restante de que no sobreviva. La campaña se realizará en una galería de arte, en donde irán muchos artistas. Tú eres anónima en tu página y si no quieres mostrar tu identidad, está todo bien. Respeto eso.
No dice más, pero algo me dice que quiere callar para que esté progresando toda la información. Sigo atenta escuchándolo y asiento, incitándolo a que continúe.
—Él tiene un sueño. —Sonríe, como si recordar aquello lo hiciera feliz.
—¿Cuál es? —pregunto, curiosa y me llevo el vaso de jugo a los labios.
—Conocerte.
Me atraganto con el jugo y empiezo a toser y a darme golpecitos en el pecho.
—¿Qué? —lo miro desorientada.
Veo que aprieta sus labios, conteniendo su risa.
—Conocerte —tose, pero me doy cuenta de que junto a ella suelta una risa disimulada.
—¿Por qué?
—Te sigue desde que empezaste con tu página. Él es un gran admirador de ti, lo motivas a pintar y a querer ser alguien como tú. Su sueño es conocerte, Haydee.
Aún con la mano en mi pecho, miro hacia otro lado y proceso lo que acaba de decir.
Jamás creí que, detrás de una página podría llegar a ser importante para alguien. Mi concepto siempre fue que, ellos miraban mis obras, pero no más allá de ella. Sin embargo, cuando más personas empezaron a reconocer la página, las reseñas y mensajes que dejaban me motivaban y me sacaron el estúpido concepto que tenía.
Ellos veían a través de mí en cada momento que me ponía a pintar y en cada momento que charlaba en línea con ellos.
—Quiere dejar su huella junto a ti —murmura, sacándome de mis pensamientos.
Siento mis ojos arder y suelto un largo suspiro.
—Esto es increíble —susurro.
—¿Qué dices? —Se rasca la nuca—. ¿Te sumas a esto o lo dejas?
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Aprendiendo a Volar (REESCRIBIENDO)
NouvellesHaydee se identifica con las mariposas, aquellas que están a punto de romperse, aquellas que quieren volar alto y aquellas que vuelan con las alas rotas. La desesperanza, el dolor y la culpa es lo que ocupa Haydee Clarkson en su día a día, convivien...