🦋 Epílogo

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Cuatro años después...

6 de junio de 2020.

El dolor por más que lo evitemos, vendrá e irrumpirá en nuestra felicidad, haciéndonos cuestionar de quienes somos, de nuestra existencia y que es lo que queremos en realidad. Sin embargo, la peor pregunta es cuestionarte a ti mismo de porque estás aquí.

Tuve miedo de mi misma, miedo de rendirme, miedo de no ser capaz. Los demonios que estaban en mi cabeza decían «hazte daño» por otro lado, mi corazón decía «oye, estoy latiendo, vive» pero la mente a veces es más poderosa y dañosa. Mi alma gritaba, gritaba tanto que no me daba cuenta del daño que me hacía a mi misma.

Era como estar flotando en el aire y sentir que no estaba viviendo, era como caer al vacío oscuro y este nunca tocaba el suelo.

Cuando la lucha es contra uno mismo y ese está roto y cansado de luchar es duro, pero no imposible. Era como estar cargando una enorme piedra en la espalda. Pesaba y dolía, pero tenía que levantarme y luchar. Tenía que gritar la gloria y gritar eufóricamente que Gané.

Muchos pierden.

Muchos ganan.

Muchos callan.

Muchos lloran.

Muchos gritan en silencio.

Esta guerra no es una victoria asegurada, pero gané.

El pasado dejo de pesar sobre mi espalda, el cigarrillo que consumía dejo de existir, la culpa que existía en mi alma se esfumó y las pesadillas se transformaron en sueños.

No fue mi culpa que Evelyn haya muerto ni que mama se haya ido.

No fue mi culpa por hacer justicia.

Nada de lo que sucedió lo fue.

Perdí a toda mi familia, se desmoronó en un abrir y cerrar los ojos, pero aprendí a vivir por mí.

Aprendí que a veces no hay una respuesta para todo.

Aprendí a estar bien.

Aprendí a volar.

Aprendí a dejar de ser mi enemiga.

Me perdí y me encontré.

Caí y me levanté.

Hola, soy Haydee.

Hace dos meses cree mi propia galería de arte. Deje de esconderme y mi arte es mostrado ante el mundo. Se convirtió en la galería más conocida de Sídney, no soy la única que hace su muestra. Personas que me seguían a través de mi página web también se animaron a mostrarlo junto a mí.

Jamás pensé que con veintitrés años lograría esto y mucho menos sentir la felicidad.

Soy una mariposa que fortaleció sus alas y no deja de volar. 

Soy fuerte, valiente y me amo.

El dolor a través del arte dejó de existir. Ahora solo existe las emociones a través del arte porque está bien estar bien y está bien estar mal, solo no dejes que esté último te consuma. 

La oscuridad no impidió que el sol volviera a brillar ni que algunas mariposas dejen de volar.







Aprendiendo a Volar (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora