Alastor.
Aquella noche había llegado como un galante príncipe a visitar a su amado. Incluso en dichos momentos mientras bailaba en el escenario, sentía que la conexión entre ambos era inquebrantable. Aún así en su interior recorrían los celos de ver a otros hombres disfrutando de su cuerpo e imaginando todo tipo de cosas con él, pero claramente esto se quedaría únicamente en fantasías, pues esa noche el delicado ángel le pertenecía al castaño.
Acomodando sus lentes mientras bebía una cerveza, un escalofrío recorrió su cuerpo. Volteó su mirada de inmediato, pero no notó nada fuera de lo normal. Había comenzado a sentirse observado con el tiempo, sin entender el porqué de la situación puesto que se había deshecho de las sospechas de la rubia.
Quizá solo era paranoia, o quizá sus instintos estaban en lo correcto.
Cualquiera de las dos opciones, debía mantenerse alerta ante algún problema que pudiese llevarlo a ser descubierto.
Dejó a un lado sus preocupaciones cuando el show terminó y se dispuso a ir a la habitación de su amante para saludarlo como de costumbre, en esos momentos más que nunca deseaba sentir sus labios y su piel, deseaba olvidarse de todo aquello que lo perturbaba y entregarse en cuerpo y alma a dicho prostituto que había robado su corazón.
— ¿Puedo pasar? —preguntó antes de entrar al lugar, y en cuanto obtuvo una respuesta positiva este abrió la puerta— ¿cómo es posible que cada noche te veas más hermoso, eh?
Las mejillas del chico se sonrojaron al escuchar esas palabras, y antes de cualquier cosa se levantó de su lugar para juntar sus labios con los del locutor. La sed que ambos sentían el uno por el otro era insaciable, y solo empeoraba cuando estaban juntos, necesitándose el uno al otro más que nunca.
— ¿Y cómo es posible que cada vez que te veo, más te deseo? —respondió con otra pregunta el albino luego de separar sus labios.
Tomando las caderas de su amado, Alastor elevó su cuerpo por el aire para darle una vuelta y apegarlo a él una vez más. En aquel momento las delgadas manos de Angel fueron a su boca para limpiar con sus dedos los restos de labial que había dejado en los labios del castaño.
— ¿Qué haremos esta noche? ¿A dónde nos escaparemos juntos? —preguntó el menor con un tono de emoción, debido a que las noches que pasaba junto a su amante eran las mejores que su desgraciada vida podía experimentar.
— Tengo un lugar que vas a amar, pero si te lo digo arruinaría la sorpresa.
Como siempre el caballero intentaba mantener el misterio y entusiasmo al máximo, un sentimiento adictivo para Angel, quien en su rutinaria vida había perdido poco a poco el interés en averiguar qué pasaría mañana. Sin embargo, había recuperado parte de ese espíritu curioso que alguna vez tuvo cuando niño.
Y así, ambos se fueron a su destino, dejando atrás el oscuro bar donde se habían conocido.
Vox.
El castaño parecía no ser tan idiota como esperaba, claramente había comenzado a percibir cómo sus ojos lo seguían de un lado a otro, en especial en esta noche, la cual sería clave para su trabajo.
Habían pasado dos semanas desde que decidido a atrapar a dicho criminal, se propuso a seguir a cada sospechoso que tenía en mente, pero claramente había uno en cuyas pistas se centraban.
Alastor.
Un conductor de radio popular y amado por todos, tan enérgico y cínico que parecía tener el porte de un psicópata en potencia. Solo necesitaba jalar los hilos hasta sacarlo de su cueva y poder atraparlo, completando finalmente su venganza.
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Roxanne | RadioDust AU
FanfictionRoxanne, no tienes que ponerte bajo esa luz roja. Roxanne, no tienes que vender tu cuerpo a la noche. Créeme cuando te digo que te amo... •----------------|•°🌙°•|----------------• 1913, Estados Unidos, Nueva Orleans. Alastor es un exitoso conducto...