O2;Deseo

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Angel esperaba en la habitación, se encontraba en una amplia cama con sabanas de un color vino que resaltaba con el blanco de su pálida piel.

Su jefe, Husk, le había dicho que ese hombre pelirrojo al cual llamaban Alastor, había pagado una gran cantidad de dinero por él y debía demostrarle que había valido la pena, quizá podría convertirlo en un cliente habitual del lugar gracias a sus encantos. Se había arreglado al igual que para su presentación de aquella noche, con su peluca rubia bien peinada y su delicado rostro bien maquillado, pero su atuendo era un poco mas provocativo esta vez. Únicamente llevaba una ropa interior bastante provocativa, junto con una larga bata de color rosa.

El sonido de la puerta llamo de inmediato su atención, una figura alta y derecha se asomo por la puerta.

—¡Buenas noches, cariño! —saludo con su profunda y masculina voz, con aquella característica sonrisa suya.

— Buenas noches, señor Alastor... —saludo el menor con una voz coqueta.

— Parece que ya sabe quien soy ¿no es así?

El mayor cerro la puerta detrás de él con llave, para que nada interrumpiera tan deseado momento. Tenia admitir que ahora sin tantas luces y movimientos de un lado a otro el rostro del chico se veía aun mas hermoso, como si de verdad no fuese humano si no un ángel. Un ángel caído y con las alas rotas, sin poder volar, pero con su encanto natural que atrapaba a cualquier alma que se atreviera a observarlo.

Por otro lado, la mirada divertida y profunda de Alastor causaba una extraña sensación en el cuerpo del menor, le hacia sentir algo que ningún otro cliente había logrado antes: miedo. No sabia miedo a que, pero le aterrorizaba la idea de tener esos ardientes ojos sobre el toda la noche.

— He escuchado de usted, es muy conocido por toda la ciudad

El mayor se sentó en un lado de la cama, a lo que Angel se acercó lentamente gateando hasta estar lo suficientemente cerca como para ponerle las manos encima, jugueteando con el corbatín que traía puesto hasta quitárselo.

— Sin embargo, usted sabe quien soy yo... pero yo no se quien es usted

Esas palabras hicieron que los dedos hábiles de Angel se detuvieran, ¿a que se refería?

— Sabe lo que necesita para pasar una noche conmigo, mi nombre es Roxanne y haré que disfrute como nunca antes —respondió ocultando su inseguridad con una mirada traviesa.

— Tu nombre no es Roxanne, y tampoco eres un mujer ¿o me equivoco?

— Vaya, lo noto bastante rápido... de seguro es porque no esta ebrio, si le disgusta el hecho de acostarse con otro hombre puedo traerle algo de alcohol para-

— Angel

La sola mención de su verdadero nombre lo hizo sorprenderse, nadie lo había llamado así en años.

— Pareces un ángel, y apuesto a que lo sigues siendo sin todo ese ridículo disfraz...

Las manos del pelirrojo subieron hasta su cabeza, donde sujetaron la peluca con fuerza y la jalaron hasta retirarla por completo, dejando el desordenado cabello albino del chico a la vista. De su bolsillo el mayor saco un pañuelo, el cual paso con delicadeza por las mejillas del menor, por sus parpados también hasta finalmente terminar en sus labios, retirando todo el maquillaje cuidadosamente. El menor se encontraba confundido, y sus manos temblaban algo nerviosas ante el suave contacto de su acompañante ¿por que se sentía tan vulnerable? Jamas ningún cliente le había tratado así, era ridículo el solo pensar que ese hombre estaba siendo tan delicado. Parecía que realmente a quien deseaba no era a Roxanne, si no a el mismo.

Roxanne | RadioDust AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora