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Alastor.

El plan de la pequeña detective había iniciado. Se habían visto un par de veces en una cafetería cercana a su lugar de trabajo, para charlar sobre lo que podrían hacer respecto al albino.

Cuando hablaban y reían juntos, ambos parecían olvidar por completo la verdadera razón que los había llevado. Era como un gato y un ratón, intentando atraparse el uno al otro sin resultado alguno, decidiendo dejar sus batallas para unirse a un fin común.

— No puedo imaginar la cantidad de hombres que lo han usado, maltratado, herido... —habló la rubia con tristeza— por ello debes dejarle claro que eres diferente a los demás.

— Es lo que llevo intentando durante meses, creo que su corazón se ha ablandado un poco, pero aún así tiene miedo —declaró el pelirojo.

— ¿Hay algo que le guste hacer? Si pueden compartir un pasatiempo, eso podría unirlos más, compartir las cosas que amas con la persona que amas es una de las cosas más hermosas que puedes hacer.

— Tengo entendido que le gustan mucho los acuarios, también le gusta cocinar... Podríamos... Tener una... ¿Cómo se llamaba eso? —preguntó el elegante hombre con dificultad.

— ¿Una cita?

— ¡Sí, exacto! —exclamó con una amplia sonrisa, que se extendía de oreja a oreja, para luego soltar una carcajada— ¡Una cita con el hermoso Angel! Puedo preparar algo increíble que lo sorprenda, apuesto a que ningún hombre con el que ha estado ha sido tan amable y atento como para tomarse el trabajo de organizar algo así para él.

— ¡Es una increíble idea! Cuenta con mi ayuda para lo que necesites —respondió Charlie notablemente emocionada, con sus pálidas mejillas sonrojadas— Si le gusta la vida marina, tengo entendido que al norte de la ciudad hay un hermoso acuario, y para terminar el día, podrían preparar algo juntos, si ambos disfrutan cocinar, eso es un punto a favor.

El castaño asintió con una expresión llena de orgullo, haría que todo saliera a la perfección. Luego de acordar algunos detalles en los que la menor ayudaría y decidir un lugar, se despidieron como siempre, yendo cada uno por su lado.

El mayor miraba las calles con fascinación, admirando cada pequeño detalle mientras su mente vagaba en un espacio lleno de color. Un escenario en donde solo eran él y su amante.

Lo único que faltaba era invitarlo, y que el contrario aceptara.

Angel.

Jugaba con la piedra que había en su cuello mientras se miraba al espejo, suspirando distraído. Pensaba en los acontecimientos de los últimos días, en cada palabra que había salido de la boca del extraño hombre de la radio. Cada vez parecían menos palabras vacías, y más acciones.

Mientras otros hombres usaban su cuerpo para su íntimo placer, Alastor se había dedicado en los últimos días a escucharlo y a hacerlo reír, se había centrado en derribar poco a poco los muros que cubrían su oscuro y lastimado corazón, con poco menos que un par de besos, tiernas caricias y amables palabras. Nada de sexo, nada de placer.

El menor extrañaba sentir su calor, la sensación de tenerlo dentro y de sus manos recorriendo su cuerpo desnudo. Lo deseaba.

Pero ambos sabían que en esos momentos, ninguno quería realmente algo plenamente carnal. Querían conocerse, querían hablar, como si fuesen personas normales, como si la desafortunada situación en la que se encontraban no fuese real.

— Ese collar es realmente precioso, ¿Te lo dió alguno de los clientes? —preguntó una chica de bonitos cabellos azabaches.

Casi había olvidado la presencia de otras mujeres en el lugar. No estaba en su habitación, se encontraba en otro cuarto que compartían la mayoría de mujeres que venían a trabajar allí únicamente el tiempo que fuese necesario. Mujeres que no tenían suficiente para pagar sus arriendos, o su comida, incluso que no tenían otra solución para mantener a sus pequeños hijos, y claro, algunas pocas que solo disfrutaban aquella clase de vida. Al fin y al cabo todos los que llegaban al bar de Husker eran personas desafortunadas con historias oscuras de fondo, pero él tenía la ventaja de poder vivir en el lugar.

Roxanne | RadioDust AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora