Alastor.
Sus manos acariciaban firmemente los suaves cabellos del menor, mirándolo con fascinación. Era una criatura hermosa, a la luz que entraba por entre las cortinas del lugar se podía observar su pacifico rostro al dormir.
Sus delicados labios estaban entreabiertos, en sus mejillas se podían notar pequeñas pecas con la ausencia del maquillaje y sus largas pestañas reposaban sobre el sonrojo de estas. Quería guardarlo allí, para siempre. Hacer que se olvidara de ese desagradable trabajo que tenia, llevarlo lejos donde solo fuesen ellos dos.
— Alastor... —susurro medio dormido, abrazándose a su brazo.
— ¡Buenos días, cariño! —saludo sonriente.
— No tienes una maldita idea de lo mucho que extrañe despertarme así
Ambos sonrieron, el mayor se levanto un poco para acomodar a Angel sobre su pecho mientras disfrutaban de las primeras horas en la mañana. La noche anterior había sido agitada, pero ambos se sentían completamente recuperados luego de estar junto al otro.
— Que bueno que despertaste, creí que tendría que faltar al trabajo hoy —murmuro divertido— mis amados oyentes se decepcionaran si no estoy por lo menos un par de horas al aire
— Es cierto, eres un famoso conductor de radio... me enorgullece que esa voz que todos escuchan a diario y que tanto les agrada en el día, en las noches jadee de placer para mi —dijo de forma traviesa, acariciando el pecho del pelirrojo con sus delgados dedos.
Alastor soltó una pequeña carcajada, los comentarios juguetones nunca estaban de mas.
" Necesito comprar una radio, así sea una vieja y pequeña, mientras estoy encerrado en el bar quiero escuchar su voz " pensó Angel al escuchar la risa del mayor.
— Vamos, no quiero regresar tarde —hablo el mayor levantándose de la cama— te acompañare hasta el bar
El motel donde habían estado no quedaba muy lejos, así que luego de vestirse decidieron caminar juntos hasta allí.
Ninguno de los dos ocultaba la sonrisa, y hablaban de temas triviales hasta que llego la hora de despedirse. Angel beso al mas alto en los labios con pasión, le guiño el ojo y desapareció por la puerta del bar moviendo sus caderas al caminar.
En cuanto el chico desapareció, la sonrisa de Alastor se hizo mas grande, incluso tenia un aspecto espeluznante.
— ¡Hora de trabajar! —exclamo con alegria.
Camino hacia la parte de atrás del bar, había un coche de color negro estacionado en la esquina. Se subió a este y condujo hasta llegar a su hogar.
Una hermosa casa le esperaba, era bastante grande y cómoda, ubicada en un buen sector alejado del ruido de la ciudad. Al entrar saludo a su pequeña ama de llaves.
— ¡Buen día, Niffty!
— ¡Señor Alastor! Lo esperaba mas temprano, limpie la casa por completo en su ausencia, espero no le moleste pero cambie las sabanas de su cama ¡estaba echa un desastre! —exclamo la pequeña mujer corriendo de un lado a otro.
— Niffty, necesito ayuda con algo
El mayor se acomodo los lentes, haciendo que estos brillaran por encima de sus ojos traviesos y que su delgada sonrisa se alargara, la pelirroja lo miraba atentamente con los ojo bien abiertos.
— La cena esta en la parte trasera del auto, sera mejor sacarla antes de que se eche a perder —menciono tranquilamente.
— ¡Ahora mismo! ¿Qué ha traído, quizá un ciervo o un cordero? ¿O un platillo mas exótico?
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Roxanne | RadioDust AU
FanfictionRoxanne, no tienes que ponerte bajo esa luz roja. Roxanne, no tienes que vender tu cuerpo a la noche. Créeme cuando te digo que te amo... •----------------|•°🌙°•|----------------• 1913, Estados Unidos, Nueva Orleans. Alastor es un exitoso conducto...