12;Rechazo

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Alastor.

La noche que había acudido al bar, algo se sentía diferente. La mirada rosácea de Angel no estaba fijada en él , ni brillaba con su típica picardía. Simplemente parecía perdido en su propia mente. En medio del escenario, sus movimientos se veían distantes, nadie había de notarlo, pues ninguno de los hombres presentes lo conocía tan bien como él.

Dejó a un lado su bebida en cuanto Roxanne bajó del escenario, y corrió hasta su habitación para buscarlo.

— Buenas noches, mi amado ángel –saludó el castaño al entrar.

— Hey, Al —respondió el menor con una delgada sonrisa, bastante forzada, mientras retocaba su maquillaje.

El mayor no tardó en acercarse a él, rodeandolo con sus brazos y hundiendo su rostro en el pálido cuello de Angel. Su aroma era una de las cosas que más adictivas le parecían, era tan dulce y suave que lo hacía creer que estaba en un lugar perfecto, donde no habían más preocupaciones ni molestias.

— No te ves bien ¿ocurrió algo? —preguntó finalmente.

— No creí que vendrías hoy —explicó en voz baja, ignorando los brazos de su amante rodeándolo y continuando con su maquillaje— tengo un cliente esperándome hoy, así que tendré que irme dentro de un rato.

Aquella respuesta tomó por sorpresa a Alastor, el cual abrió sus ojos con sorpresa mientras intentaba procesar las palabras que habían salido de los labios de su amado.

Un cliente. Eso había dicho.

Lo iba a dejar por otro hombre, un hombre que de seguro no veía en él más que una figura perfecta, buena cara linda y una buena noche de sexo. Nada más.

— No tienes que ir con él, Angel, quédate conmigo esta noche y...

— Alastor —lo interrumpió mirándolo a los ojos finalmente, dejando a un lado sus cosas— es mi trabajo, no todos podemos tener una vida de comodidades con una carrera en ascenso como la tuya.

Esas palabras salieron de sus labios con cierto rencor, y una seriedad que jamás había escuchado en él antes.

— Así que, si no te molesta... —se liberó de sus brazos para levantarse y ponerse un abrigo de piel sobre su rojizo vestido— saldré ahora mismo.

— Angel, Angel ¿qué ocurrió con eso de estar juntos siempre? ¿Has perdido la cabeza? ¡Te pagaré el doble de lo que ese hombre te pagará!

— No tiene que ver con el dinero, Al, es mi reputación... mis clientes... debo mantenerlos, si los pierdo, me quedaré en la calle.

" Quédate conmigo entonces. Quédate conmigo, vámonos lejos donde nadie nos encuentre jamás. Olvídate de esta horrible vida y escapa conmigo " quería gritar Alastor, pero las palabras estaban atascadas en medio de un sonrisa forzada.

— Tú lo sabías, desde que me conociste, la clase de vida que llevo —tomó el picaporte de la puerta y lo giró— te amo, Al, pero no voy a perder mi vida por alguien que realmente no conozco...

Dicho aquello, sin ni quiera darle una última mirada, despareció por aquella puerta, dejando al castaño con una mueca indescifrable en su rostro. Las palabras se repetían una y otra vez en su cabeza.

Alguien que realmente no conozco...

Sus encuentros por lo general habían sido meramente pasionales, y algo románticos. Ni más, ni menos.

Y estaba más que seguro que la molesta detective había hablado algo por aquí, despertando dudas en el corazón del albino.

Sintió un horrible ardor en el pecho y un nudo en su garganta, no tenía idea del dolor que podían producir palabras como esas. Jamás había apreciado a alguien como lo hacía con Angel, y que él lo rechazara de esa manera tan directa le hacía sentir vacío y desconcertado.


Roxanne | RadioDust AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora