O5;Olvidar

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Angel.

Tal como Alastor lo había dicho, estuvo a su lado justo hasta el amanecer.

Luego de eso, desapareció.

La primera noche, Angel había buscado desesperadamente su rostro entre el público, al no verlo regresó a la parte trasera del bar a esperar.

Pero no llegó, ni esa noche, ni la siguiente, ni la que le siguió a esa.

La ansiedad del albino aumentaba, su corazón le decía antes de salir al escenario "esta vez estará allí, correré a sus brazos una vez más y él se burlará de mí por mi inecesaria emoción al verlo", pero su mente le repetía que cada noche que pasaba habían menos oportunidades de verle.

Angel se encontraba con su cabeza recostada sobre sus brazos, mirando el jarrón que tenía las rosas que Alastor le había traído, las cuales ya se estaban oxidando y algunos petalos habían caído. Aquella noche se había negado a salir, y con insultos y una mala cara de parte de su jefe logró convencerlo de quedarse adentro.

— Te ves fatal... —dijo Vaggie, acercándose a él.

— ¿En serio lo crees? —preguntó algo sarcástico.

— Iba a ignorarlo por completo, pero llevas días enteros así, no has comido casi nada, no te has escapado, y hoy te negaste a bailar, algo que jamás había pasado —mencionó, sentándose a su lado— Husk cree que estás enfermo, si no te recuperas, te echará a patadas de aquí.

— Eso no estaría tan mal.

El suspiro que soltó mientras jugaba con un petalo marchito entre sus dedos hizo que la chica confirmara sus sospechas, Angel estaba deprimido.

— Escucha, realmente no me importa que tan mierda te sientas, pero si no vuelves al trabajo seré yo quien vuelva a bailar en ese escenario ¡y preferiría que me cortaran la cabeza a eso! Prefiero limpiar, llevar bebidas y cocinar antes que sentir esas asquerosas miradas de nuevo —se explicó con el ceño fruncido— así que, solo preguntaré una vez ¿es por que ese hombre de la radio no ha vuelto?

Angel no supo qué responder ¿acaso no era obvio? Guardó silencio, dándole a entender a Vaggie que estaba en lo correcto.

— Todo por ese payaso de corbatín y de alta sociedad, deberías saber desde el inicio que nada funcionaría.

— ¿Acaso tú sabes algo mejor que yo sobre el amor? —reprochó algo enojado.

— Por lo menos tengo claro que las palabras bonitas y los ramos de nueve rosas no significan más que mentiras, seguro cuando lo compró no pensaba en nada más que en engañarte.

— ¿Engañarme, con un ramo de flores?

— Sí, la historia de las nueve rosas —señaló las flores que lentamente estaban muriendo— significan "juntos por siempre", ¿realmente creíste que había algo como eso?

El corazón del albino se estrujó, no sabía del significado de ese número en específico de rosas.

Pero Alastor había dicho que "para siempre" era demasiado tiempo.

— Solo te diré una cosa más, entre más rápido lo olvides, todo será mejor —intentó animarlo, con una sonrisa que parecía más una mueca, para luego dejarlo solo de nuevo.

Cuando escuchó la puerta cerrarse detrás de la chica, sus ojos se llenaron de amargas lágrimas, dejándolas correr por su mejillas al saber que nadie lo observaba.

Maldito Alastor, con su cautivadora voz, su impecable ropa y su sonrisa burlona.

Al día siguiente, luego de haber bebido hasta quedarse dormido, Angel se despertó con un horrible dolor de cabeza.

Roxanne | RadioDust AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora