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Las semanas estaban corriendo de forma lenta y tortuosa para Alfa, quien se encontraba peleando constantemente lo que Todoroki denominaba como su "lado humano". Tuvo que aprender a convivir con sus pensamientos y su raciocinio que había estado dormido y helado dentro suyo por más de una década en lo que lidiaba con su cuerpo, que no dejaba de tener reacciones animales. 

A veces su cabeza se movía sola y su dolorida espalda de erguía al escuchar ruidos lejanos, los cabellos de su cuerpo de erizaban ante ciertos olores; y de forma incontrolable enseñaba los dientes cuando alguien cerca suyo se paraba en una posición dominante o lo miraba de forma lasciva. Constantemente peleaba contra sí mismo, batallas que continuamente perdía contra esa parte salvaje y desarrollada que llevaba trabajando por varios años para poder sobrevivir en un mundo hostil. Fue con el pasar de las semanas en el cual comenzó a ser cada vez más humano y a dominarse a sí mismo. 

Sin embargo, ese cambio molestaba a Bakugou. Desde el momento en que Alfa había comenzado una batalla con sí mismo la relación que tenían se había tensado fuertemente los primeros días. Katsuki adoraba la parte salvaje de él, queriendo tenerlo cerca todo el tiempo posible, pero Midoriya batallando para poder controlarse le desconcertaba.

Por esa misma razón es que su actitud había comenzado a cambiar. Con el pasar del tiempo se había vuelto más irritable y tendía a estar molesto cuando Midoriya tendía a tener los conflictos con sí mismo, buscando ser más correcto. Es por ello que se dedicaba constantemente a molestarlo. 

Colocaba comida cerca de él para que se inquietara, quebraba ramas en su espalda o le hacía cosquillas cuando estaba distraído solo por ver su mirada molesta y animal, la cual luego se tornaba en molestia y confusión al tener que batallar contra sí mismo para poder mantener una compostura aceptable. Amaba ver como Alfa se molestaba y buscaba alejarlo con su mano al no poder ponerse de pie, diciéndole improperios y mostrando sus dientes, los cuales permanecían constantemente limpios. 

Por muchas semanas llevaron esa constante relación de tira y afloja, donde estaban en tensión todo el día para que el momento en que cayera la noche se volvieran aliados íntimos, quienes se acurrucaban uno en el otro y dormían de forma tranquila en el mismo espacio, estando en un constante contacto. 

En ese mismo momento Jirou estaba mirando a Katsuki, quien estaba mirando a su lado de forma fija a Midoriya. El peliverde se encontraba sentado en la escalera de patio mientras un artesano se encontraba tratando de encajar una prótesis de madera que pidió Todoroki para el pecoso. El rizado gruñía con fuerza mientras Kaminari y Mina enrollaban en su muñón una venda que recorría desde su muslo hasta lo que quedaba de su rodilla para sostener una pieza de madera que haría de anclaje para la pieza de madera que reemplazaría la pierna. 

- ¿molesta mucho? -le dijo Todoroki en un murmuro. Estaba parado a su lado con los brazos cruzados por sobre su pecho, mirando con un ligero disgusto los gestos que hacía el salvaje, agarrando fuertemente la ropa de ambos chicos entre sus puños, tratando de no moverse lo suficiente.  

- nada que no pueda soportar -murmuró justo antes de que Kaminari terminara de ajustarla, arrancándole un grito de dolor y un fuerte movimiento de pierna hacia arriba, haciendo que todos se sobresaltaran un poco.

- con esto podrá caminar, ¿cierto? -dijo Jirou con intriga, viendo desde el lado de Bakugou como encajaban en la pieza la pata de madera, alejándose un poco cuando estuvo puesta.

- sí -confirmó el artesano con convicción, viendo como el pecoso movía de forma incómoda lo que quedaba de su rodilla, viendo como la pata de movía a la par de esta de manera firme- podrá caminar, aunque puede que necesite apoyo mientras camina, sin embargo deberá tener cuidado al escalar y cosas así, podría quebrarse -dijo mientras veía que ambos chicos ayudaban al rizado a ponerse de pie, quien gruñía y se tambaleaba en lo que se aferraba a ellos.

Todoroki le pagó al hombre las 5 monedas de oro que le prometió mientras Kaminari y Mina ayudaban a Deku a caminar por el patio, teniéndole paciencia mientras el chico practicaba como caminar. Katsuki permanecía de brazos cruzados mientras lo observaba en silencio y de forma fija.

No podía dejar de pensar en las marcas que había visto en su espalda. Se mordía internamente la mejilla mientras observaba como por debajo de la tela agarrada se alzaban los patrones ceremoniales, que estaban grabadas en su piel con finas cicatrices profundas y sanadas, marcando sobre su quemada y curtida piel las figuras que adornaban la piel de las doncellas de la chamana; las cuales había tenido la oportunidad de ver y tocar suavemente en todas las sesiones con la mujer cuando lo comunicó con sus antepasados en las estrellas. Pero lo que menos podía olvidar y más estremecía su cuerpo eran las marcas de mordidas, arañazos y quemaduras que poseía el chico por todo el cuerpo, en las cuales se unían y aliaban de forma inteligente para imprimir sobre su dermis figuras difusas, muy parecidas a la flor con la cual había soñado cuando fue guiado.

A su lado, Jirou miraba de forma sonrojada a Kaminari, quien se giraba de vez en cuando para sonreírle o guiñarle un ojo, haciéndola sonrojar. El chico llevaba ya varios días insistiéndole en que se quedara con él, viviendo juntos; le decía que dejara atrás su pueblo y se casaran si quería, que tuviesen varios hijos y él los mantendría trabajando para Todoroki. Aunque a Kyouka le agradaba de forma impresionante la idea, la sola idea de tener que decidir la agobiaba y ya no quería tener que decidir entre su pasado monótono o un futuro incierto.

- Alfa -le murmuró ella lo más bajo que pudo, lo suficiente como para que la escuchara el rubio- ¿cuántos nos iremos? Llevamos demasiado aquí, no podemos seguir tardándonos -susurró, alzando su vista para ver al hombre de la capa roja. Se asombró de ver como este tenía una media sonrisa y el pecho levemente hinchado de orgullo.

- solo me falta comprobar algo, en cuanto Alfa pueda andar solo en ese paso nos iremos -aseguró.

Perdonenme la tardanza, por favor. No tiene justificación alguna todos los meses que he tardado en actualizar, y entenderé si esta historia fracasa en lecturas porque ha sido algo que habré provocado yo sola con mi tardanza. Modificaré levemente el final de Alfa para no hacerlo tan largo y para recompensarles les daré un regalo: pondré fluff. Por ello recen que no queden más de 10 u 11 capítulo de historia.

Me comprometo a tratar de terminar esta historia lo antes posible, antes no podía porque tanto mi pc como mi celular tenía problemas, además de estar ocupada con la universidad, pero ahora que he cambiado los aparatos electrónicos y se manejar mejor mi tiempo me comprometo a terminar las dos novelas pendientes; y continuar así con otros proyectos que se que les gustarán mucho, tanto fanfics como originales.

AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora