Bakugou comenzó a caminar sin pensarlo mucho por el camino marcado en la ladera de la montaña, sintiendo como el frío aún de la mañana sin el sol repercutía sobre los poros de su pálida piel, erizándola a pesar de la cantidad de ropa que llevaba. Caminaba en silencio, concentrándose en su respiración mientras pensaba en que hacer.
Sabía que debía guiarse con las estrellas y solo con ellas, y así llegaría a su destino, pero nunca nadie le había dicho cuanto tenía que moverse en esa dirección, solo sabía que tenía que encontrar lo que le había dicho la chamana y volver. Mientras pensaba en ello, escuchando las aves cantar para anunciar el amanecer, notó como desde los pies de a montaña estaba Alfa sentado, mirándole desde el piso.
- ¿cómo llegaste tan rápido? -le dijo mientras apuraba un poco el paso, viendo desde la distancia el pecoso le sonreía antes de levantarse, estirándose un poco. Una vez llegó abajo, el rizado le sonrió antes de que Katsuki comenzaba a caminar, devolviéndose lentamente hacia el rumbo original que había tomado, sintiendo como Alfa caminaba a su lado.
Le tomó unos cientos de metros notar que le costaría mucho llevar el ritmo de Alfa, ya que le había pasado en varias ocasiones ya y tenía que hacer pausas para esperar que Katsuki llegara hacia él antes de seguir caminando. Y así había sido todo el día hasta que pararon para poder comer y tomar un poco de agua. Cuando estaban sentados, Katsuki en entregó de su comida, viendo como el pecoso arrugaba la nariz al notar que solo le había pasado un fruta y un trozo de carne. Alfa comía de forma distraída mientras que Bakugou pensaba en que ir con Alfa iba a ser más difícil de lo que pensaba, pero sabía que así al menos no perdería el ritmo.
Mientras caminaban por la tarde, Alfa iba ya un poco lejos, revisando entre la hierba alta del camino aledaño, de vez en cuando perseguía una que otra cosa, o pegaba saltos en medio de la hierba, mientras que Katsuki aún caminando rápido.
Sus pies y sus piernas dolían, además de dolerle los hombros también por el peso, pero ese dolor no le hacía pensar en él, sino en Alfa y el resto de sus grupo, quienes habían caminado por semanas estando heridos y sin comida, todo por tratar de tener una oportunidad de sobrevivir.
Aún lo recordaba, más delgado y algo barbudo, con su cuerpo cortado y con contusiones, sangre congelada en su mandíbula y su pecho, como apenas respiraba, la forma en que sus ojos le miraban antes de que se desmayara.
Agitó un poco su cabeza, queriendo disipar el recuerdo, pero solo logró tener en mente lo que le había contado Momo, sobre porqué ellos habían tenido que huir de forma tan abrupta.
- explosionó una montaña -murmuró ella mientras apretaba sus labios esa vez que se encontraron de casualidad en la playa y habían terminado charlando, sentados en una roca grande en medio de la arena- ni siquiera se como pasó, recuerdo que yo estaba con Shouta y Toshinori un poco lejos, cerca de la tumba de nuestras padres, cuando la tierra crujió muy fuerte, como si... no se como más compararlo, fue muy extraño, pero parecía que se iba a romper cuando la montaña en la que estábamos comenzó a salir fuego disparado a todos lados, todo el mundo dormía y el sueño que voló comenzó a quemar muchas tiendas y también empezó a bajar por el pie de la montaña de forma muy rápida -dijo ella mientras cubría su rostro- muchos no lograron ni salir de sus tiendas, para cuando corrimos al pie de la montaña vimos como Alfa venía arrastrando a los padres de Eri, que eran los jefes y por lo tanto Alfa debía dormir en la tienda de ellos y con Eri, pero...
- ¿ellos estaban bien? -le murmuró Katsuki al notar como Momo se quedaba en silencio, frunciendo sus labios un poco antes de negar con su cabeza, mordiendo de forma notoria el interior de su mejilla.
- venían quemados, Alfa logró sacar a Eri intacta, pero ellos ya venían quemados, y solo su madre fue capaz de ponerse de pie. Sabíamos que teníamos que movernos, pero muy pocos lograron bajar y tuvimos que irnos los que habíamos, no sabíamos donde corríamos, solo lo hicimos lejos de la montaña, y con el pasar de las horas y los días fue muriendo gente, fue horrible, teníamos que ir enterrándolos por el camino -le dijo ella antes de que se quedara en silencio unos segundos. Movió una mano a su coleta de caballo, tomando un mechón entre sus manos y comenzando a acariciarlo de forma nerviosa.
- me imagino que debe ser terrible -dijo Bakugou al no querer parecer idiota al quedarse en silencio, pero en cuanto tuvo en cuenta lo que dijo se dio con la mano en la cara, tratando de reprenderse al notar que lo que había dicho era el doble de estúpido, pero se relajó cuando notó la mano de Momo sobre su hombro, dejando unas cortas palmadas.
- lo fue, pero Alfa cuidó mucho de nosotros, luego de que murió la mamá de Eri y quedamos los 8 que llegamos con ustedes, te juro que pensé que moriríamos todos, pero sus lobos cazaban para nosotros y él nos guió, más de una vez tuvo que pelear con animales, e incluso con personas que nos querían atacar -murmuró ella- tú nunca prestas atención cuando te decimos que no le provoques, pero nosotros le vimos matar a más de una persona con sus propias manos, Katsu-chan, Alfa es un arma -susurró ella mientras dejaba su mechón de pelo tranquilo- nunca lo olvides -le dijo ella mientras se levantaba- Alfa
- es un animal salvaje -susurró Bakugou desde sus labios, mientras miraba las estrellas por el hueco que la pequeña cueva que habían encontrado luego de varias horas de caminar en la oscuridad, para que lograra orientarse con la marca de las estrellas. Se giró a ver como a su lado Alfa estaba masticando los huesos de la liebre que había capturado entre la hierba, todo mientras le miraba de forma fija.
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Alfa
FanfictionDebido a las lluvias, terremotos, ciclones y el mismo hombre, desde hace cientos de años el ser humano había sido dispersado por la tierra, mezclándose entre los distintos grupo que cubrían el planeta tierra. El pequeño clan donde vivía Bakugou Kat...