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Llevaban cerca de 5 días de camino, y Bakugou había descubierto que aunque Jirou era sumamente vergonzosa, era una chica genial. Le había mostrado como era capaz de tocar un instrumento de madera que llevaba y producir sonidos con la naturaleza, pero lo que más le había gustado era que ella sabía llamar animales.

- es muy divertido! -dijo ella esa mañana, mientras Bakugou se reía escéptico de su capacidad- mira, deja te lo demuestro, dime algo que quieras que llame -dijo ella mientras se paraba en medio del bosque que cruzaban. Bakugou llevó una mano a su mentón, acariciando este de forma suave antes de asentir con su cabeza, señalando los árboles lejanos.

- llama a alguna liebre o roedor -dijo él, haciendo así que la chica sacara de su espalda los cueros y lo dejara contra Bakugou, quien permaneció de pie mientras a veía acostarse de estómago al piso, comenzando a hacer suaves sonidos con su boca, ayudada de sus dientes. Esperó cerca de dos minutos, viendo como ella hacía el sonido de forma insistente, y justo en el momento en que él le iba a decir que se detuviera para reírse en su cara, vio como de forma muy tímida se inclinó un pequeño ratón, quien salió corriendo al instante cuando ella saltó feliz, al ver que el animal había llegado. Esperó a que ella se pusiera de pie antes de entregarle de vuelta los cueros y que siguieran caminando por el bosque, mientras que veían como Alfa iba más adelante, caminando tranquilo- ¿sabes? incluso creo que podrías buscar una forma mejor de llamar a Alfa -aseguró ella mientras le sonreía amplio, captando así la atención de Bakugou. 

- ¿de verdad? -le dijo mientras se giraba a mirarle de forma impresionada, viendo como ella asentía con su cabeza de forma eufórica y alegre 

- puedo enseñarte si quieres, solo salgamos de este bosque y te puedo mostrar como -dijo ella, para así aumentar su paso y obligar a Bakugou a seguirle, quieren siguieron en línea recta por casi una hora hasta salir finalmente a una zona menos boscosa. Una vez estuvieron allí se detuvieron para descansar un momento, viendo Alfa se fue a un río que estaba cerca de allí.- ¿tú sabes silbar? -le dijo mientras se sentaba en el pasto, viendo como Katsuki se sentaba frente a ella, como a dos metros de distancia.

- ¿sil-qué? -dijo el confundido mientra fruncía sus labios y soplaba entre ellos, produciendo así un leve sonido.

- eso es silbar -dijo ella con simpleza, viendo como el rubio trataba de hacerlo, frunciendo su entrecejo al notar como de sus labios no salían más que gotas de saliva. Estuvieron ambos en silencio por varios minutos, escuchando como la molestia de Bakugou aumentaba mientras traba de silbar, en vano- Mira, lame tus labios y relaja tu mandíbula, si practicas ya saldrá -dijo ella mientras volvía a levantarse, señalando a Alfa que ya volvía a ellos.

Se fueron todo el camino en silencio, cruzando la pradera mientras Bakugou trataba de silbar. Ya cuando llevaba casi 2 horas tratando, sentía su mandíbula dolorida y pesada, mientras que Jirou le miraba entretenida. 

- ven aquí -le dijo mientras se frenaba y caminaba hacia él, alzando su mano para tomar entre esta el mentón un tanto áspero debido a la creciente barba, apretando las mejillas y haciendo así que se fruncieran sus labios de Katsuki- has la forma de "u" y sopla suave -le dijo, observando como el rubio le miraba mal antes de hacer lo que le decía y soplar, notando como de sus labios salió por primera vez un silbido decente. Bakugou alzó sus cejas asombrado, antes de separarse y sonreírle- practica hasta que puedas llevarlo mejor y comienza a probar como llamar a Alfa, si es tan animal como dices en algún momento debería girarse al oírte. 

Cuando decidieron instalarse esa tarde y encontraron la cueva, mientras que Jirou dijo que dormiría un rato, Alfa y Katsuki fueron a un río cercano. Estaban sentados en la orilla, Alfa quieto y en silencio mientras Bakugou le afeitaba con cuidado, ayudado de su cuchillo.

- oye, Alfa -dijo el rubio sin perder la concentración, trazando el último corte antes de bajar el cuchillo, viendo como el pecoso le miraba con una sonrisa- estoy trabajando en un silbido para llamarte -le comentó de forma dulce, antes de que el rizado se estirara a dejar un pequeño beso sobre sus labios. 

Ya estaba oscuro, seguramente pasado medianoche, y se encontraban los tres refugiados en una pequeña cueva que encontraron. Mientras que Bakugou y Jirou trataban de dormir en vano, sentían como Alfa se daba vueltas por toda la cueva, bufando suavemente. Bakugou suspiró frustrado antes de sentarse y ver como Alfa estaba sentado en la entrada de la cueva, mirando al cielo con cierta melancolía.

- Alfa, ¿ocurre algo? -Dijo Katsuki mientras se sentaba y luego ponía de pie, caminando hacia él. Se sentó a su lado antes de mirar al cielo y asentir un poco con su cabeza- ya veo, la luna te tiene inquieto -murmuró antes de sentir como Jirou se sentaba a su lado, con rostro de cansancio.

- pero aún no es luna llena -comentó ella, un poco confundida al notar como en el cielo la luna estaba brillante, casi completa- ¿no se supone que los animales se alocan con la luna completa? -le dijo mientras suspiraba un poco, girándose a ver como Katsuki le alzaba los hombros, sin saber bien. 

Llevaban unos minutos en silencio antes de que de la garganta de Alfa comenzaran a emitir pequeños gruñidos, que con los segundos se tornó en unos pequeños lloriqueos antes de que el pecoso se tirara sobre en piso, recargando su cabeza sobre el regazo de Bakugou, gimiendo aún muy suave. 

- ¿crees que extrañe su hogar? -le dijo la chica mientras veía al peliverde mirar de forma melancólica hacia el cielo. El ojirubí bajó con mucho cuidado su mano hacia los rizos, acariciando esos suavemente.

- puede que sí, pero yo estoy con él -sonrió, viendo como el pecoso se acurrucaba más. 

AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora