Habían entrado a las 9 personas a una tienda, encendieron una hoguera al medio y con ayuda de las mujeres, fueron curados y los que estaban concientes fueron alimentados, quienes comieron cuales bestias debido a la cantidad de tiempo que llevaba sin comer. Solo unas horas después, cuando ya estaban más tranquilos fue que Bakugou fue enviado por su padre a la tienda para saber más de ellos.
Entró a la tienda levantando la solapa de cuero con una mano, mientras fijaba su vista en el interior. En torno a la hoguera estaba todos recostados o sentados, en silencio y con personas desmayadas a excepción de dos niñas, que hablaban mientras miraban al niño y a la niña que aún seguían inconcientes .
- ¿puedo sentarme? -dijo Bakugou una vez cruzó toda la tienda y llegó a la chica que había apelado por piedad en medio de la nieve. La pelinegra alzó su mirada y asintió con su cabeza, haciéndose a un lado sin apartar su mano del pecho desnudo del chico que había gruñido a los lobos. Katsuki se sentó a un lado y suspiró, mientras miraba a la chica sudar debido al calor del fuego- ¿están mejor?
- claro que sí, muchas gracias -dijo ella con una sonrisa antes de apartar su mano del peliverde y suspirar, recargando su espalda baja con las piernas del hombre inconsciente. Bakugou clavó su mirada en el hombre, observándolo con atención, llevaba su piel quemada por el sol y el frío, dejando un tono moreno sobre si mismo, sus rizos habían tomado forma nuevamente, dejando ver que su cabellera como sus cejas tenían un color verde intenso, casi como los árboles en pleno veranos.
- ¿él está bien? -murmuró el rubio cenizo mientras estiraba suavemente su mano al labio del hombre y luego bajando a su mentón, observando como sus delineadas facciones habían sido limpiadas de la sangre seca, y que en casi toda su piel además de verse cicatrices, se podía notar varias manchas pequeñas y oscuras. Con curiosidad dirigió sus filosas uñas a una de las manchas en su mejilla, picándola suavemente.
- sí, solo cansado y algo helado -dijo la mujer en un murmuro, viendo los movimientos del hombre con suma cautela- tenga un poco de cuidado, es algo agresivo con gente que no conoce -dijo la mujer, antes de apoyar su mano en el muslo del hombre dormido con cuidado. Bakugou alzó su mirada hacia la mujer mientras alzaba su ceja, quien miraba de forma preocupada como el hombre hundía su uña en la piel del hombre. La vio tomar aire de forma profunda cuando finalmente retiró su mano y la dejó sobre su propia rodilla, apretando sus labios unos segundos.
- ¿él es un humano? -dijo el rubio mientras sacaba su capa y la dejaba a un lado, viendo de soslayo como las niñas miraban desde el otro lado, interesadas en los collares brillantes que portaba y los adornos de su capa. Vio como la pelinegra asintió con su cabeza en total silencio- ¿y por qué se comunica con los lobos? -gruñó, haciendo así que la mujer le mirara de forma fija.
- no lo sabemos, lleva con nosotros solo un año, pero no puede separarse de los lobos -aseguró ella, mientras le miraba de forma fija- no lo permite, no lo acepta, huye si los alejamos -murmuró antes de que Bakugou volviese su mirada al peliverde, estirando su mano nuevamente para tocar las manchas- esas son pecas -aseguró ella, viendo como el rubio se había quedado entretenido mirando el rostro del hombre desmayado.
- ¿saben siquiera cual es su nombre? -dijo con curiosidad, apartando sus uñas de su rostro para deslizar suavemente las yemas de sus dedos, sintiendo como en el contacto con su piel sentía la áspera, seca y quemada piel del moreno.
- le llamamos Alfa, no sabemos como se llama y esa es la única forma en la que responde -le dijo la mujer antes de girar su vista al resto de la tienda- le decimos Alfa-Chan, yo soy Momo y él es Shouta, mi hermano -dijo señalando a un hombre de pelo largo y negro, completamente enredado debido al congelamiento quien solo les miraba de forma seria y molesta- y el otro hombre de allá es Toshinori, nosotros hemos sido los responsables de domesticar a Alfa -dijo en un murmuro suave junto con una dulce sonrisa, que se borró ante el comentario del ojirubí.
- no trabajan bien, sigue siendo un salvaje -susurró antes de levantarse y tomar su capa, saliendo de la tienda
Habían pasado las horas hasta que fueron días. Había dejado de nevar y por lo tanto se podía llevar una vida medianamente normal, esperaron lo mayor posible a ver quien viviría, donde en ese proceso fallecieron los dos niños inconcientes y un abuelo que iba con ellos que iba en malas condiciones. Se les enterró junto con sus muertos y se les aseguró cobijo a cambio de trabajo en lo que despertaba el pecoso.
Sin embargo, no era el hecho de que no despertara lo que tenía nervioso a todos, sino los lobos que permanecían en el horizonte de su territorio, mirando hacia la pequeña tribu de forma insistente. Varias veces había visto a la chica ir a verlos y dar unas palmadas en los lomos de algunas de las bestias junto con las niñas y los dos adultos que quedaban vivos.
Esa noche, Bakugou miraba inquieto como un lobo de pelaje gris caminaba en los límites de la tribu, a no más de veinte metros de la tienda más lejana. Permanecía de brazos cruzados mientras observaba como el lobo merodeaba por un par de metros, mirándole de forma directa y desafiante, mostrando sus dientes de vez en cuando.
- debes dejarle entrar a ver a Alfa -dijo una voz gruesa a su espalda, se giró y vio como el hombre que Momo había presentado de Shouta estaba a unos metros de él, portando ropas de cuero de venado, el cabello recogido y sus brazos cruzados- necesita saber que Alfa sigue vivo -aseguró, haciendo así que Bakugou se girara molesto.
- no dejaré que los lobos entren a mi tribu -dijo con decisión, haciendo así que el hombre asintiera con su cabeza suavemente mientras aún le miraba con los brazos cruzados, observando al lobo unos segundos.
- entonces ayúdame a mover a Alfa a donde ellos puedan olerlo y saber que vive, que sea mañana -dijo el hombre, antes de girarse y caminar a la tienda donde los tenían. Bakugou le siguió en silencio hacia la tienda, pensando en cuál sería el plan del hombre.
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Alfa
FanfictionDebido a las lluvias, terremotos, ciclones y el mismo hombre, desde hace cientos de años el ser humano había sido dispersado por la tierra, mezclándose entre los distintos grupo que cubrían el planeta tierra. El pequeño clan donde vivía Bakugou Kat...