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Cuando Bakugou volvió a abrir los ojos y fue consciente de su cuerpo, sintió como este reaccionó de la peor manera. Sintió todos sus músculos resentidos al solo hecho de respirar hondo y moverse un poco, palpando confundido a sus lados. 

- ¿Alfa? -dijo en un murmuro, mientras palpaba con sus temblorosas manos a los lados suyos, sintiendo nada más que el piso de tatami, perteneciente a la casa Todoroki. Bufó un poco mientras buscaba sentir la textura, palpando solo una capa húmeda y grasosa que envolvía sus manos. 

- Bakugou -escuchó una voz a su lado, haciendo así que girara su cabeza y viera a su lado a Jirou, quien estaba sentada a unos metros, con las manos y brazos envueltos en telas húmedas- despertaste, finalmente -murmuró ella, mientras sonreía suavemente. 

Katsuki volvió a enderezar su cabeza, antes de bajar su vista hacia su cuerpo y notar como gran parte de este se encontraba envuelto de igual forma. Podía ver como los vendajes provenían desde el cuello, pasando por los hombros y envolviendo todo su torso, cubriendo también sus brazos por separado. Suspiró fuertemente al notar como toda su piel envuelta ardía, antes de girarse a ver al lado contrario, y ver como el piso estaba vacío, sin otra presencia. 

- ¿y Alfa? -susurró Bakugou, sintiendo como la angustia comenzaba a acumularse en su pecho al comenzar a pensar lo peor. Su menté comenzó a recordar todas las imágenes en cuestión de segundos, hasta que recordó como había quedado Alfa: además de exhausto y quemado, una de sus piernas había quedado destrozada. Giró su cabeza para ver a Jirou, quien le miraba en silencio. 

- Alfa... -murmuró ella, antes de negar con su cabeza y hacer una mueca de incomodidad- está en otro cuarto, y no está bien, están haciendo lo posible -murmuró, antes de arrugar su nariz- Todoroki incluso trajo a alguien de la ciudad, pero no está para nada bien -le dijo, diciendo las palabras justas para que Katsuki a pesar del dolor de su cuerpo se incorporara, apoyándose en sus brazos. 

- Necesito verlo, ven conmigo -murmuró, mientras lograba incorporarse apenas en sus pies. Independiente del ardor que sintió en la mayoría de su cuerpo se encaminó hacia la salida, para ver como ya se encontraba atardeciendo. Se paró por unos minutos en la orilla de la casa, viendo como la montaña que había estado en llamas ya se encontraba en paz, resaltando su negra fachada en el anaranjado cielo- ¿cuánto tiempo ha pasado? -murmuró él, viendo con confusión el que solía ser un verde paisaje. 

- Dos días, después de que nos desmayamos llovió de forma torrencial y el fuego se apagó -aseguró la chica, mientras suspiraba de forma pesada- Tal vez tus ancestros sí nos ayudaron, porque nunca vi a gente salir viva del fuego -le dijo, antes de ella comenzar a caminar hacia donde se encontraba Alfa. Pasaron un par de paredes hasta dar con la puerta, la cual descorrieron para así dejar ver al salvaje tendido en el piso. 

Katsuki permaneció inmóvil en la entrada, viendo como sobre la cama de sábanas se encontraba Alfa, cubierto completo por un ungüento blanco y espeso, dejando apenas afuera los rizos y su nariz. El ojirubí bajó su vista desde su cabello, que se encontraba completamente apelmazado hacia tu cuerpo, viendo como gran parte se encontraba en un rojo intenso o zonas negras debido a las quemaduras, pero sus ojos se detuvieron en sus piernas, a la altura de sus piernas. 

- Su... pierna -murmuró confundido, al notar como en su pierna que estaba quebrada no había nada desde la rodilla hacia abajo- no está -concluyó, frunciendo levemente su entrecejo. Se quedaron unos minutos en silencio antes de que Bakugou caminara hacia él, arrodillándose a su lado. 

- Todoroki me dijo que debían quitársela para que viviera, tú y yo seguíamos insconscientes -le murmuró ella, apretando sus labios mientras observaba al rubio, quien estaba quieto y en silencio. 

Permanecieron callados por varios minutos, Kyouka preocupada de que el chico no dijera nada, mientras que el ojirubí pensaba en que haría ahora que Alfa estaba malherido. Katsuki suspiró antes de volver a apoyarse en sus brazos, recostándose suavemente junto a Alfa. Se acostó boca arriba, girando su cabeza para ver como el pecho del salvaje ascendía y descendía suavemente con su débil respiración, mientras expedía un olor a humo que le daban ganas a Bakugou de limpiarlo. 

- no te dejaré aquí, Alfa -susurró suavemente, queriendo estirarse para poder besarle o mostrarle alguna señal de afecto. Con mucho cuidado acercó su propia nariz hacia la mejilla embadurnada del chico, dejándola a solo unos milímetros de su piel antes de inhalar hondo, sintiendo el olor a grasa- y te juro que te ayudaré, ¿sí? me recuperaré y te ayudaré, y ambos volveremos al clan -le susurró con cariño, antes de sonreír suavemente. 

Jirou luego de un rato procedió a recostarse junto a Alfa, dejando así  que las horas pasaran hasta que estuvo oscuro y se escucharon los pasos de Todoroki y otras personas hacia el cuarto, hablando de cosas que Katsuki no puso atención sino hasta que entraron y escuchó un "¿ya despertó?" desde la boca del bicolor, mientras portaba en su mano una luz. Cuando vio al semialbino llegar se incorporó y levantó con cuidado, caminando hasta estar al frente de él. 

- Cuando yo me sane me haré cargo de las heridas de Alfa, buscaré la flor y me iré -murmuró, y a pesar de lo que todos esperaban que hiciera, Bakugou se movió suavemente hacia él, apoyando su frente contra la del príncipe- Gracias por haber salvado la vida de Alfa, te lo recompensaré -murmuró, mientras dejaba las pieles apoyadas. Luego de unos segundos así se separó, para caminar con toda la simplicidad del mundo a recostarse a su lugar, cayendo dormido mientras pensaba en que quería sanar pronto, para poder cuidar del salvaje. 

AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora