𝙿𝚛𝚎𝚐𝚞𝚗𝚝𝚊𝚜 | 𝟷𝟼

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Faltaba relativamente poco para navidad.

El clima helado congelaba mis manos descubiertas. El fuerte viento empeoraba cada minuto que pasaba y el cielo nublado bloqueaba los cálidos rayos del Sol.

Esperando encontrar un taxi, estaba parada con tres bolsas de plástico no precisamente ligeras en mis manos.

— Debí comprar unos guantes... — Pensé en voz baja. Había olvidado los míos al salir de mi apartamento pero no pensé que serían muy necesarios — Y haber revisado el clima — Tampoco había pensado que me tomaría tanto tiempo en el supermercado, no consideré que a pesar de faltar un par de semanas, todos ya estaban vueltos locos comprando comida para seguramente las posadas y fiestas.

Seguí esperando un par de minutos, los minutos más lentos de mi vida. No pasaba ningún taxi y no paraba de temblar, también debí haber traído una bufanda o algo para curbir mi cuello.

Sin avisar, una helada ráfaga de viento sopló y con ello se llevó mi gorro. Al tener ambas manos ocupadas no pude más que sólo mirae como era llevado por la brisa.

Mi sorpresa fue grande al ver como una mano lograba atraparlo sin mucho esfuerzo.

— ¿Zen? — Pregunté dudosa al joven, pues tenía algunos rasgos parecidos, pero como siempre en lugares públicos, tenía su rostro cubierto.

—  ¡Oh _____! ¿Es tuyo? — Preguntó entregándome al gorro.

Yo asentí y dejé en el suelo una de las bolsas que llevaba para poder tomarlo y colocármelo.

— Gracias — Volví a tomar la bolsa — ¿Qué haces por aquí? — No esperaba encontrarme a un conocido en la calle.

— Paseando... — Soltó un pesado suspiro — Mi casa no está muy lejos de aquí y más adelante hay un parque, supongo que lo has visto.

— Sí, es bastante agradable — Respondí.

— ¿Y tú?

— Esperaba a que pasara un taxi, pero los que han pasado están ocupados, había olvidado que en estas fechas hay más demanda.

Otra fuerte brisa sopló, no tan fuerte como la anterior, pero sí lo suficiente para que se me erizara la piel.

— Déjame ayudarte — Dijo y extendió sus dos manos para que yo le diera una bolsa en cada una. Yo agradecida obedecí.

— Gracias, pero no sé cuánto tiempo estaré aquí parada y no quiero retenerte.

— No hay problema pero — Subió sus manos hasta su rostro y en un intento por calentarlas dejó salir aliento caliente sobre ellas — Hace mucho frío ¿No quieres ir a mi casa un rato? Podemos pedir un taxi por teléfono.

Sonreí ligeramente — Eres muy amable Zen, pero no quiero molestar.

— No es molestia, de verdad. Creo que tengo para hacer un chocolate caliente — Insistió.

Dejé de negarme y ambos comenzamos a caminar hacia el lado contrario de a donde Zen se dirigía.

Nos quedamos en silencio un par de minutos. No era incómodo, ambos estábamos pensativos.

— No falta mucho, pero si te cansas podemos detenernos — Dijo amablemente, yo negué con la cabeza y continuamos caminando.

Seguimos nuestro caminos unos minutos más, y finalmente se detuvo frente al portón de una linda casa.

"𝑀𝑎́𝑠 𝑏𝑟𝑖𝑙𝑙𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑢𝑛𝑎 𝑒𝑠𝑡𝑟𝑒𝑙𝑙𝑎"【𝟕𝟎𝟕 𝐅𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora