𝚃𝚛𝚒𝚜𝚝𝚎𝚣𝚊𝚜 𝚢 𝚎𝚗𝚘𝚓𝚘 | 𝟷𝟾

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||Omnisciente||

— ¡Salud! — Gritaron todos los presentes con emoción al mismo tiempo que chocaban sus bebidas.

— ¡Por buena suerte a Passing Home, los niños y nosotros! — Gritó ahora Kwan animando aún más el lugar.

— ¡Por nosotros! — Repitieron y después de alzar sus bebidas una segunda vez, bebieron de ella.

Era ya de noche. Dos semanas habían pasado desde la plática con Hye. Por fin el día más ansiado por los niños del edificio había llegado; 24 de Diciembre.

El día había pasado increíblemente rápido para todos. A pesar de ser día festivo, todos los empleados habían tenido mucho qué hacer.

Al final todo salió bien. Las actividades preparadas para los niños parecieron haberles gustado, no faltó material para las manualidades y la cena fue muy amena.

En estos momentos los niños ya estaban en sus habitaciones, era turno de los adultos divertirse.

Cenaban, jugaban juegos de cartas, platicaban y cantaban.

_____ veía a todos muy animados, aunque ella no fuera tan extrovertida ni alocada como algunos de sus compañeros, la energía de estos era contagiosa y la peliazul no podía evitar dejarse llevar.

— Te estás divirtiendo mucho — Dijo su compañera rubia, frente a ella, viendo la enorme sonrisa de la peliazul. Era la misma chica que había estado en la reunión hace dos semanas, Ritsuko, o como Hye la llamaba; Ricitos de oro.

— ¿Cómo no lo voy a estar si siguien perdiendo? — Puso otra carta en el montón — ¡Uno!

— ¡¿Otra vez?! — Exclamó otro compañero.

— Dame un respiro... — Suspiró alguien más.

— ¡Hay que hacerla comer!

— Hagamos alianza — Propuso Ritsuko.

— ¡Sí!

— Que tramposos — _____ los miró.

— ¡Oigan! Ya van a traer el plato fuerte, ¿Van a cenar? — Una chica llegó a interrumpir el juego.

Nuestra protagonista negó enseguida.

— ¿Segura? Se ve que está delicioso — Dijo quien acababa de llegar, señalando como sus compañeros (a excepción de la rubia), se alejaban de ellos dejando el juego para ir directo a sentarse a cenar.

— Gracias, pero quedé de ver a mi abuela y mi hermano — Rechazó la oferta.

— Está bien, ¡Hasta luego! — La recién llegada se fue tan rápida cómo llegó.

— ¿Entonces ya te vas? — Preguntó Ritsuko y ella sólo asintió con la cabeza — Déjame ayudarte — Vió cómo _____ comenzaba a guardar el popular juego 'UNO' que ella había traído.

— ¿Tú te quedas?

— Sí. Y no soy la única — Dijo refiriéndose a sus otros compañeros — No tengo familia aquí — Cerraron la cajita del juego.

Por su trabajo, muchos no tenían una agenda flexible y las vacaciones eran muy escasas. La mayoría tenían a sus familias lejos, y sin poder viajar por falta de tiempo, no podían visitarlas en estas fechas.

— Es una lástima — Murmuró.

La rubia negó — Ni modo. Por lo menos dicen que la cena siempre está rica — Intentó restarle importancia.

"𝑀𝑎́𝑠 𝑏𝑟𝑖𝑙𝑙𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑢𝑛𝑎 𝑒𝑠𝑡𝑟𝑒𝑙𝑙𝑎"【𝟕𝟎𝟕 𝐅𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora