14

3.8K 284 209
                                    

Tras nuestro encuentro en la biblioteca, Amelia y yo no habíamos podido tener nuestra segunda cita, tan solo algún momento íntimo en el que resarcirnos de nuestras ganas. Nuestra relación parecía avanzar, aunque a pasos pequeñitos puesto que yo no estaba muy dispuesta a que pasara demasiado tiempo con Ari y a que simplemente éramos en aquel momento dos amigas que se acostaban. Ni le habíamos puesto nombre a lo nuestro ni creíamos que fuera el momento. Sin embargo, la atracción estaba ahí y las ganas de pasar tiempo con ella, a solas, eran cada vez mayores.

Por otro lado, habíamos conseguido ser de las primeras en exponer el trabajo y, como predijo la morena, nuestra nota fue la mejor de la clase, aunque no por los motivos que ella pensaba, sino porque realmente había sido uno de los mejores.

La relación con mi madre se había ido calmando poco a poco. No llegamos a hablar del tema, pero sí que al menos me mostró su apoyo cada vez que tenía que ir a estudiar a la biblioteca para algunos de los exámenes que me habían adelantado a diciembre, y tanto ella como el resto de la familia estaban intentando distraer a Ari sabiendo que tenía mucho en juego puesto que eran ya mis últimos exámenes y si aprobaba podría empezar mis prácticas remuneradas en la radio y estar así un pasito más cerca de cumplir uno de mis sueños.

--------------------------------------

Aquel viernes, mi hermana me había obligado a ir antes de mi hora a trabajar sabiendo que iba a ser uno de los días que más lleno iba a estar el local, más aún teniendo en cuenta que teníamos concierto y que se estaban celebrando la mayoría de las cenas de empresa con motivo de la Navidad y que después, los más jóvenes, solían pasarse por allí para seguir con la celebración.

- Un poquito más de ánimo, Luisi, que mira la cola que se te está empezando a formar – soltó María saliendo de su despacho

- Quizás si contrataras a alguien más que me pudiera ayudar... Porque aquí cada vez hay más gente

- Deja de quejarte y sigue sirviendo, anda

- A sus órdenes jefa – le hice un saludo a modo militar y seguí sirviendo y cobrando a cada una de las personas que se acercaba hasta allí

Quedaban apenas cinco minutos para que la cantante que iba a tocar hoy en el bar empezara con su actuación y la gente parecía darse cada vez más prisa para poder tener su consumición y así no tener que moverse cuando empezara a cantar.

- Por fin nos toca – dijo Anna acercándose junto con Lara y dándome un beso rápido en la mejilla

- Es que hoy está esto...

- Es que tu hermana se ha sumado un puntazo con el concierto de Adriana Moragues

- Si tú lo dices – solté entregándoles las dos cervezas que pedían siempre para empezar la noche

- Por cierto, creo que tienes una sorpresita por ahí – me guiñó un ojo y ambas se perdieron entre la gente buscando un buen sitio

Yo seguí a lo mío, mientras veía cómo la chica se subía al escenario con su guitarra y comprobaba que todo estaba correcto justo antes de empezar a tocar los primeros acordes.

- Canta bien, ¿eh? – giré mi cabeza hacia donde procedía la voz y sonreí al ver a Amelia apoyada sobre la barra - ¿me pones una cerveza en cuanto estés más libre?

Asentí enseguida, sirviendo a los pocos que quedaban ya allí y saqué un botellín, de los que sabía que más le gustaban a ella, se lo pasé y me arrimé hacia su lado para poder disfrutar un poco de su presencia.

- Gracias – sonrió dando un primer sorbo y dedicándome una mirada antes de volver a perderla en el escenario

- Ya veo que la conocéis muy bien todos

Más de lo que ves - LuimeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora