- Hoy la profe nos ha enseñado a unir palabras – comentó Ari sin soltar mi mano, que balanceaba junto a la suya – lo hemos estado haciendo con nombres, pero los niños han dicho que el mío es muy difícil y que por eso no les gustaba
- Pero si tu nombre es muy bonito, mi vida
- Eso les he dicho yo – respondió encogiéndose de hombros – también han dicho que tú tienes nombre de persona mayor. Yo les he dicho que tenían envidia porque mi mami es más guapa que las suyas
- Pero Ari – contesté intentando evitar la risa que me salió al escuchar aquello – no puedes decirle eso a tus compañeros
- Empezaron ellos – soltó exculpándose – aunque Leire dijo que a ella le gustaba mucho mi nombre
- ¿Quién es Leire? – me interesé – ¿es una compañera nueva?
- Jo, mami, no te enteras de nada – soltó tirando de mi mano hacia abajo – Leire y yo somos novias, como tú con Melia
- Pero, ¿tú desde cuando tienes novia? – pregunté sorprendida - ¿y por qué no me lo habías contado?
- Es que era un poquito secreto
- Pero a las mamis hay que contarles los secretos también
- ¿La abuela se ha enfadado con nosotas porque ya no se los cuentas? – preguntó alzando su cabecita para poder mirarme bien
- Mi amor – paré nuestros pasos y me agaché para poder quedar a su altura – la abuela no está enfadada contigo, lo sabes ¿no? – dije colocando un mechón rubio de su pelo detrás de su oreja – y pase lo que pase no va a dejar de quererte nunca
- ¿Y a ti? – volvió a preguntar posando su manita en mi cara
- A mí tampoco – respondí con una pequeña mueca que imitaba una sonrisa triste – ni yo a ella, mi amor, ni yo a ella
Ari dejó un beso en mi mejilla y volví a tender mi mano para que se aferrara a ella para recorrer los últimos metros que nos quedaban para llegar hasta casa de mi hermana. Llamamos al interfono y María nos abrió enseguida la puerta. La pequeña subió lo más rápido que pudo, ante mis advertencias de que tuviera cuidado y no se cayera, y en cuanto vio a su tía asomada en la puerta se tiró corriendo a sus brazos disfrutando del abrazo que le daban.
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- ¿A que no sabes qué hay para comer? – escuché que le decía mi hermana a Ari mientras yo iba a nuestra nueva habitación para dejar las cosas del colegio de la pequeña
- ¡Tallarines! – gritó mi hija
- Pero bueno, ¿y tú cómo sabes eso?
- Me lo ha contado mami – respondió antes de echarse a reír, seguramente por las cosquillas que habría empezado a hacerle María
- Voy a tener que hablar con tu mami eh – soltó mientras seguía con las cosquillas
- Pero no te enfades con ella, porfi – le pidió – que está triste
Regresé al salón y las vi allí hablando bajito para que yo no me enterara de la conversación que estaban manteniendo en aquel momento. María mandó a Ari a lavarse las manos para empezar ya a comer y se sentó a mi lado en la mesa que tenía allí dedicándome una mirada compasiva
- ¿Cómo estás? – acarició la mano que tenía encima de la mesa y me dedicó una pequeña sonrisa
- Bueno, he pasado épocas mejores, es como si en mi cabeza por un lado estuviera pasando algo precioso, pero a la vez una de las peores cosas que he llegado a vivir. Y mira que he pasado...
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Más de lo que ves - Luimelia
FanficHay veces que la vida te hace plantearte todo de nuevo, convertirte en rutina o dar un salto al vacío sin dejar de pensar cuál es tu punto de referencia