Podía sentir cómo alguien me llamaba de fondo con premeditada calma. El pitido de las máquinas era insistente y a mí me costaba horrores abrir los ojos. Me pesaban hasta las pestañas, pero algo en mi interior me decía que necesitaba despertar. De repente, varias imágenes sacudieron mi cabeza de golpe. Ari soltándose de mi mano, saliendo disparada hacia la carretera, el sonido de un coche, cómo la protegía con mi cuerpo y luego... Luego todo lo demás se volvió negro. Llegué a escuchar una voz que gritaba mi nombre, como un llanto desgarrador, las ganas de salvarnos de aquello, pero nada más. Todo oscureció y ahora... ahora solo era capaz de pensar en Ari, en mi niña, tan pequeñita.
Conseguí abrir los ojos y mis pulsaciones se aceleraron haciendo que la máquina empezara a pitar con mayor frecuencia. Una mujer vestida entera de blanco se acercó enseguida a mí para intentar tranquilizarme. Me susurró que respirara junto a ella, que no me podía permitir esa ansiedad en mi estado. Poco a poco fui calmándome, pero el pensamiento de qué habría pasado con mi hija no desaparecía de mi cabeza. La mujer me ofreció un poco de agua, pautada por la doctora, que, según pude enterarme, me había ya operado
- Con cuidado – me recomendó la enfermera
- ¿Mi hija? – conseguí pronunciar con algo de esfuerzo
- ¿Cómo? – preguntó acercándose más para escucharme mejor
- ¿Mi hija?
- Tu niña está bien, no te preocupes por eso ahora – respondió con amabilidad – está con una chica en uno de los boxes. Tiene que pasar veinticuatro horas en observación por si acaso, pero está bien
- Gracias – dije intentando sonreír. En aquel momento me acordé de Amelia, ¿sería ella la chica que estaba con Ari? ¿o sería mi hermana que ya se habría enterado de todo lo ocurrido?
Intenté incorporarme, pero un dolor en mi costado me lo impidió enseguida. Me llevé las manos hacia el lugar, pero enseguida vi cómo alguien se levantaba de una silla que había a mi lado y me lo impedía.
- No, hija, no. Incorpórate un poco si quieres – comentó llevando una de sus manos a mi espalda para ayudarme – pero no te toques
- ¿Papá? – pregunté
- Sí, hija, estoy aquí, no te preocupes
- ¿Qué ha pasado, papá? – vi su cara justo enfrente de mí y cómo me miraba con algo de preocupación
- ¿No te acuerdas?
- Un poco
- Os atropelló un coche. Según Amelia, Ari salió disparada y tú evitaste que le pasara nada, a cambio de llevarte el peor golpe. Ari solo tiene algún golpe, nada grave, le han tenido que dar puntos en la barbilla y en la ceja, pero se ha portado muy bien y tu novia no se ha separado de ella en ningún momento. Y a ti... Ay, hija, menudo susto que nos has dado. Te has roto dos costillas que te han producido un neumotórax, por eso el dolor, te han tenido que introducir un tubo. Y también han avisado de que sufrirás dolores fuertes de cabeza por uno de los golpes que recibiste ahí, pero te han hecho un TAC y no hay nada afectado, así que me temo que tu cabezonería va a seguir intacta – bromeó un poco viendo mi cara de preocupación – cuando recibimos la llamada, hija... - negó con la cabeza
- ¿Y mamá? – pregunté
- Está en la cafetería con tu hermana. Estaba muy nerviosa y María se la llevó a tomarse una tila para que se relajara. Está muy arrepentida de todo lo que ha pasado, Luisita – asentí sin querer decir más
La enfermera volvió a entrar para cambiarme el suero y yo lo agradecí. Me indicó que en un par de horas pasaría la doctora para ver cómo estaba y que debería descansar después de lo que había ocurrido.
![](https://img.wattpad.com/cover/253485761-288-k581812.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Más de lo que ves - Luimelia
FanfictionHay veces que la vida te hace plantearte todo de nuevo, convertirte en rutina o dar un salto al vacío sin dejar de pensar cuál es tu punto de referencia