Capitulo 32

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POV Aleksey 

Trataba de observar lo mejor posible a mi alrededor pero el humo estaba peor que cuando llegué. Era imposible que no cayeran lagrimas de mis ojos, no iba a limpiarlas, la desesperación hacia que solo moviera mis manos para separar escombros de cosas. 

-El equipo de la unidad dos está listo, ingresaremos en breve.- sentí como Ancel me hablaba por radio.- ¿Estas bien, Aleksey?- preguntó.

-Si te refieres a lo físico, si.- respondí ignorando las quemaduras de mis piernas. Cada minuto que pasaba aquí me quitaba un poco de esperanza. No había ni rastro de Leyna y supongo que ya se habría quedado sin oxigeno. Seguí caminando entre el desastroso lugar, pude observar como una de las paredes cayó pero seguí adelante, supongo que en cuestión de una hora estaría todo derrumbado aquí así que no tenía sentido mover nada del lugar. 

-Alek...-escuché un pequeño susurro y me detuve. Traté de escuchar mejor a la radio pero había mucha interferencia. Casi por instinto, di un paso hacia atrás.- Cariño...- escuché su voz y me quedé perplejo. Pestañee un par de veces asegurándome de que mi cerebro no me jugaba ninguna mala pasada. 

-Leyna, dime que eres tu, haz algún sonido, no hables por favor, tu oxigeno.- hablé desesperadamente. Avance dos pasos hacía adelante y trate de buscar con mi vista alguna reflexión de luz en su traje. Otra vez volvió la interferencia a la radio entonces entendí que lo que buscaba no estaba hacia adelante, sino que estaba detrás de mi. Me voltee rápidamente y camine tres pasos mas hacia adelante.- haz un sonido, dame una pista bebé.- rogué. 

-La...par...ed...-la escuché claramente, ella estaba racionando su aire. Traté de pensar, la pared ¿Qué pared? estaba al lado de alguna pared. Observe en todos los lugares posibles, pero las paredes estaban vacías y a punto de caer. Debí detenerme para poder respirar sin ahogarme, la ansiedad me estaba matando y mis piernas también, la tela de jean ya estaba casi quemada. 

Seguí buscando la puta pared pero no había nada que me de pistas de ella.

-No puedo verte cariño, trata de darme una señal, ¿puedes moverte?- pregunte y luego me arrepentí, ella no debía hablar. 

-N..o..-respondió y me faltó el aire automáticamente. Algo le sucedía si ella no podía moverse. Traté de apresurarme aún mas. 

-La unidad dos ha ingresado al lugar.- Ancel interrumpió la comunicación- Alek, confírmame tu ubicación.- respiré profundo, por algún motivo que interrumpieran la comunicación me hacia enojar. 

-A la derecha, solo camina por la derecha.- pude decir. No tenía mas instrucciones que decir, este lugar era una mierda destruida. Seguí buscando alguna señal de Leyna, estaba por rendirme pero ahora que se que ella vive la seguiré buscando. 

Me detuve en donde había empezado, si tenía señal y podíamos conectarnos entre nuestras radios significaba que estaba cerca. Busque con la vista nuevamente y traté de concentrarme, la pared había dicho, la pared...ella no podía moverse...todas las pistas que tenía me llevaban a un solo lugar. Observe la montaña de escombro a mi lado y enfoqué mejor, en el apuro no traje ninguna linterna así que tenía que hacer doble esfuerzo. 

-Leyna, se que posiblemente estés herida, pero cariño, si has llegado al botón de la radio sé que puedes llegar hasta tu linterna.- dije esperanzado.- sólo ayúdame con eso, creo que sé donde estas.- Observe mi tanque, el oxigeno se estaba agotando también en el mío así que trate de controlar mi respiración, ellos habían trabajado aquí durante horas así que era obvio que los tanques se habían descargado. Espere impaciente y me acerque al montículo que ahora se encontraba frente a mi. Observe cuidadosamente cada detalle, los minutos pasaban y me puse nervioso. 

Rogué mentalmente que ella no estuviera inconsciente y comencé a mover cuidadosamente los escombros. Ahora, aparte de humo había polvo por doquier. Camine dos pasos hacia atrás y volví a observar. Respiré aliviado cuando pude ver que una pequeña luz se asomaba entre las rocas y me apresuré, la había encontrado. 

Mis piernas estaban quemadas y lastimadas pero eso no me detuvo, utilicé toda la fuerza que me quedaba para quitar los escombros que se encontraban sobre su cuerpo. Cuando quité la que estaba arriba de su mascarilla de oxigeno pude observar su rostro. Sonreí levemente cuando ella abrió los ojos. La maldita mascarilla había protegido su rostro. 

-Estoy aquí y te sacaré, trata de no moverte.- dije mientras seguía quitando escombros. La emoción ahora inundaba mi cuerpo y tenía mas energías que nunca. Saqué las piedras que rodeaban su cabeza y me acerqué. Las piedras estaban calientes y no tenía guantes pero era lo que menos me importaba. Me quité la mascarilla y también la suya.- Tranquila.- dije al ver que comenzaba a desesperarse por respirar, no iba a dejar que inhale humo así que le coloqué mi mascarilla.- Respira, estas bien es aire fresco, respira.- dije acomodando el objeto sobre su rostro. El humo comenzó a adentrarse en mis pulmones así que me apresuré. Traté de quitar cosas de arriba suyo lo mas que pude, sobre todo quité las piedras sobre sus brazos. Ella se quitó la mascarilla y trató de alcanzármela.

-Pon..tela, ta..mbien necesitas a..ire.- dijo débil. Le dedique una pequeña sonrisa y respiré profundo del oxigeno del tanque. Volví a ponerle la mascarilla y hablé por radio.

-Ancel, la he encontrado, estamos en la única pared que ha caído.- pronuncié previo a comenzar a toser.- apresúrense.- ordené antes de seguir quitando escombros. Saqué una gran piedra que se encontraba sobre sus costillas y entonces pude escuchar como gritó de dolor.- joder, lo siento.- dije deteniéndome. Aseguré su mascarilla nuevamente y seguí, necesitaba liberarla y que la revisara un medico urgentemente, ese grito no era un buen augurio.

 Seguí hasta que mi cuerpo se detuvo involuntariamente, la observé y ella abrió los ojos. Trate de respirar pero lo único que conseguí fue inhalar mas humo del que había entrado ya en mi. Al toser mis pulmones ardían, traté de acercarme, tan solo acariciar su rostro era lo único que quería hacer ya que sabía lo que estaba sucediendo conmigo. Ella estiró un brazo débilmente con la mascarilla en su mano, trataba de ponérmela en el rostro pero no llegaba y yo ya no podía moverme mas. Traté de respirar desesperadamente, mi pecho dolía como el infierno. 

De todos los años que trabaje como bombero jamás hubiese imaginado que podría morir por ahogamiento, se supone que un buen bombero jamás olvida los detalles de su equipo de trabajo y yo, debido a la desesperación, me he olvidado de todos, así que aquí tenia las consecuencias. 

SECRETOS DE CUIDAD "Aleksey" IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora