POV Federika
-¡No tengo tiempo para discutir contigo ahora Aleksey!- gritó mi madre mientras sacaba papeles de su maletín de forma frenética.
-¡Nunca tienes tiempo de nada desde que has aceptado ese puto puesto!- mi padre se acercó a ella totalmente furioso. Rodé los ojos, otra pelea.
-Pues me han elegido por ser más responsable y dedicada que tu, así que te aguantas.- el hombre soltó una sonrisa siniestra.
-Has llegado hasta aquí gracias a mi, deja de hablar idioteces.- respondió mi progenitor.
Me puse los auriculares con el volumen de la música al máximo. No iba a soportar otra pelea más. Salí de la casa tan rápido como mis pies lo permitieron y me adentré en mi vieja casita del árbol. Allí era el único lugar donde tenía paz.
"Están peleando otra vez, ¿puedes venir? Estoy donde siempre".
Escribí el mensaje y se lo envié a Dagna, mi mejor amiga y también considerada prima. Ella era la hija de mi tío postizo Herman, el mejor de todos.
"Estoy ahí en cinco minutos". Respondió rápidamente. Suspire y escuché la música, últimamente era mi único refugio.
Mis padres comenzaron a pelear de esa manera hace tres meses atrás, cuando el comandante general eligió a mi madre como capitana del destacamento de bomberos, dejando a mi padre de lado. Para ese entonces ambos eran oficiales y no importaba cuánta antigüedad hubiera entre los dos, a la decisión la tomaba el comandante y no había vuelta atrás.
Cuando Meyer estaba vivo todo era diferente, mis padres no tenían la presión constante de sacar adelante a todo el destacamento y podían, era realmente posible, separar el trabajo de los asuntos personales.
Por alguna razón mi padre esperaba heredar el puesto de Meyer, de hecho, creo que todo el mundo esperaba eso. Y que hayan elegido a mi madre en su lugar los ha desconcertado. Era ella contra todo el mundo, excepto mis tíos, Ancel y Herman que nos apoyaban en todo constantemente.
Tome una de las revistas que guardaba en un viejo cajón y comencé a leerla, ya me sabía de memoria cada una de las palabras que contenía, pero no tenía otra distracción, siempre era lo mismo. Las peleas duraban aproximadamente una hora y sorprendentemente ellos no se cansaban de gritarse el uno al otro.
-¿Que tal?- pregunto Dagna entrando al pequeño lugar. Me quite los auriculares y agudice mis oídos. Aún se escuchaban los gritos y me daba mucha vergüenza ajena.
-Son insoportables.- mi amiga se sentó a mi lado.
-Y eso que todavía no les has dicho que te vas a la cuidad de Heidelberg.
-Cuando el momento llegue espero tener todas mis valijas listas.- ambas sonreímos.
-Yo ya le he dicho a mis padres.- dijo tranquila. La observe con mis ojos abiertos de par en par.-¿Que? Si piensas que han hecho un escándalo te equivocas.- hablo sonriente.
-¿Y les has dicho sobre mi?- pregunte.
-Obvio.- me asuste- prometieron que no dirían nada, tranquila.- suspire, este era uno de los tantos temas que me tenía agotada mentalmente. Aunque tenga una beca del cincuenta por ciento que cubría todos mis estudios de medicina en la universidad de Heidelberg, aunque mis ahorros casi me ayudaban a pagar un diez por ciento de todo, aunque ya tuviéramos un apartamento en vista y un posible trabajo, me preocupaba muchísimo la opinión de mis padres y más en este momento tan delicado de su relación.
Ellos ya no eran los padres amorosos de antes, ahora casi no disponían de tiempo para pasársela aunque sea un momento conmigo, era más importante pelear.- papá me ha dicho que vayas a cenar con nosotros hoy, y te puedes quedar también.- hablo mi amiga con calma. Los gritos gracias a Dios, habían cesado un poco.
-No creo que mi padre me deje ir, ya es la tercera vez en la semana.
-Pues si no se da cuenta de que su hija huye de su propia casa por su culpa con esto, no creo que se dé cuenta con nada.
-¿Que dice el tío Herman?- pregunte. Él me entendió toda la vida, ha sido como un segundo padre para mi.
-Que algún día se cansarán y dejarán de molestar a todo el mundo.- sonrió levemente. Realmente esperaba que algún día todo esto terminara, quería a mis padres amándose otra vez, como antes.
Fui criada en un hermoso entorno, con una familia gigante, pero desde que a Meyer le dio un infarto fulminante todo ha cambiado, incluso las relaciones laborales de mis padres. Los festejos por los cumpleaños, las comidas a mitad de semana con todos y las pijamadas con Dagna, su hermana Heidi y los cuatro hijos de tío Ancel que también eran como mis primos, se habían terminado por completo. Todo se había acabado de repente. Ya no estábamos tan unidos, en realidad, mis padres ya no estaban unidos a los demás.
Y eso dolía muchísimo, este cambio dolía y lo único que me mantenía con esperanzas de algo bueno era mi viaje a Heidelberg, allí de seguro todo cambiaria.
-¿Cariño qué haces aquí?- pregunto mi padre asomándose a mi casita. Las dos dirigimos nuestras miradas hacia el, era físicamente imposible que lograra entrar por su musculatura y tamaño, así que se mantuvo allí afuera.- hola Dagna.- dijo con ternura.
-Hola tío Alek.- respondió mi amiga.
-Estamos charlando, cosas de chicas.- mi padre alzo una ceja confundido. Ambas sonreímos, éramos especialistas en disimular todo el desastre que había en nuestras cabezas.
-Iré con Jhonatan, me envías un mensaje si necesitas algo.- asentí con mi cabeza, siempre terminaba yendo al bar de Jhonatan- las quiero mucho.- termino de decir y se retiró. A veces me daba lástima, creo que él no esperaba que todo terminase así con mamá, solo esperaba que pudieran solucionarlo de una vez por todas ya que todos la pasábamos mal.
Estuvimos varios minutos más conversando de nuestra futura estadía en Heidelberg, estábamos más que ilusionadas.
-Federika, iré al destacamento porque debo hacer unos papeleos allí, ya he hablado con tu tío Herman por teléfono, puedes quedarte con Dagna, tu padre pasará por ti mañana, las vendrán a buscar en unos minutos.- hablo mi madre en la entrada de la casita. Sonaba angustiada, como siempre.
-Okey mamá.- dije guardando las pocas pertenencias que tenía allí en mis bolsillos. Se subió al coche y lo encendió para irse. La casa quedaba vacía otra vez, esto ya no se sentía como un hogar.
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SECRETOS DE CUIDAD "Aleksey" II
Romance¿Que tan difícil puede ser irse a la cuidad de Heidelberg , Alemania a estudiar medicina? ¿Que tan difícil es sobrellevar el casi divorcio de tus padres? ¿Que tan difícil es mantener una relación a distancia con uno de los chicos mas queridos del pu...