SECRETOS DE CUIDAD "Aleksey" II

Capitulo 13

POV Federika
-Entonces, según lo que hemos estudiado hasta aquí, la respuesta inmune puede ser categorizada en dos sistemas.- dijo cerrando uno de sus libros.
-Así es, la inmunidad innata y la adquirida.- sonrió en cuanto termine de completar lo que estaba diciendo.
-Es fácil repasar clases contigo.
-Trato de esforzarme en entender.
-Eres inteligente Fed, yo necesité muchos meses para entender inmunología básica.
-Si bueno, este no es todo el módulo, es solo una parte así que no cantemos victoria.- guardó sus cosas en su mochila y dimos por terminada la clase de repaso de hoy.- ¿Quieres comer algo?
-Está bien, ¿hay noticias de los chicos?- pregunto mientras me acompañaba a la cocina. No habíamos visto a Oliver y Dagna desde la mañana, ellos simplemente desaparecieron después de nuestro pequeño encuentro en la universidad. Ya se estaba haciendo de noche y ninguno de los dos había dado señales de vida. Revise nuevamente mi móvil para ver si mi amiga había respondido al menos el mensaje que le envié.
-No, no hay noticias de Dagna.- él también observo su móvil y después de varios segundos volvió a guardarlo en uno de los bolsillos de su pantalón.
-De Oliver tampoco se nada.
-Espero que estén bien.- abrí el refrigerador para ver qué había dentro.- hay mucha comida congelada que la madre de Dagna nos ha dejado, ¿te apetece?
-Tengo ganas de una pizza mejor...¿tienes el número de alguna pizzería?- asentí.
-Llama tu y ordena, iré al baño.- dije saliendo de la cocina, sentí su mirada sobre mi hasta que desaparecí del lugar. En el baño recordé que mi amiga había perdido su pulsera, después de hacer mis necesidades dedique unos minutos a buscarla por el lugar pero no obtuve resultados positivos. Tendría que buscarla en toda la casa pero a eso lo haría cuando estuviese más tranquila. Camine hacia la cocina nuevamente y pude ver cómo Leo observaba la cuidad a través de la ventana que allí había. Tenía las manos dentro de sus bolsillos y parecía relajado.
-¿Por esa casualidad no has visto una pulsera de plata por aquí anoche?- se me ocurrió preguntar. Ellos estuvieron aquí, tal vez la habían visto tirada por algún lugar. Se dio vuelta nervioso y me observo rápidamente antes de desviar la mirada a otro lado.
-No...creo que no.- dijo con un hilo de voz.
-Porque Dagna ha perdido la suya, era un regalo de su abuela, la señora falleció hace unos meses y esa pulsera es muy importante para ella.- Leo suspiró pesadamente.
-Si la llego a ver te avisaré, pero aún no he visto nada.
-Okey, no hay problema. ¿has pedido la pizza?- me senté en una de las sillas que allí había.
-Si, en veinte minutos estará aquí.- sonreí levemente. Él, dudoso, se sentó frente a mi en otra de las sillas. Conectamos nuestras miradas por eternos segundos y note mi rostro hervir.
-¿Quieres algo de beber?- pregunté, ahora la nerviosa era yo.
-No, estoy bien gracias.- movió sus brazos acomodándose mejor. Un silencio incómodo se instaló entre nosotros. Le observe sin saber que decir.
-Cuéntame algo de ti.
-¿de mi?
-Si..-cruce mis piernas y le preste atención.
-Bueno...no suelo hablar mucho de mi...-buscó inspiración observando a su alrededor.- tengo veintidós...estoy en el cuarto año de medicina...
-Dime cosas que no sepa Leo..-rodé mis ojos.
-Está bien...-pensó un poco más- vivo con Oliver...
-¿En serio?- sonreí levemente. Él también lo hizo y se relajó un poco.
-Vivía con mi padre antes de mudarme aquí, desde que mi madre murió él se volvió una persona oscura así que la mejor salida a eso fue venir a estudiar aquí.- suspiró pesadamente, como si le costara hablar de ese tema.- Oliver y sus padres han sido muy buenos conmigo, me permitieron vivir con mi amigo durante toda la carrera.- me observo, su mirada tenía un brillo particular.
-Si te sientes incómodo con esto... mejor hablemos de otra cosa ¿si?- el asintió lentamente con su cabeza.
-Cuéntame de ti...- recobro la compostura.
-¿Que hay que no sepas?- sonreí, realmente le había contado todo de mi. Me di cuenta que había hablado de muchas cosas con el.
-¿Por que has elegido medicina?
-Desde pequeñas soñábamos con ser medicas junto a Dagna. Nuestros padres han ayudado a las personas desde siempre y tomamos eso como ejemplo.
-¿Alguno es medico?
-No, todos son bomberos y mi madre a parte de ello es enfermera.
-Genial.- pronuncie interesado. El timbre sonó y ambos nos exaltamos.
-Debe ser la comida.- dijo él levantándose de su lugar.
-¿Tan pronto?- pregunte.
-Mejor, tengo hambre.- sonrió. Salió de la cocina y le seguí.
-Toma el dinero.- le ofrecí. Se volteó de golpe y nuestros cuerpos chocaron. Su rostro estaba muy cerca del mío, tanto que podía sentir su respiración.
-Hoy invito yo.- dijo algo agitado. Se volteó rápidamente y salió del departamento, le observe irse algo extrañada, los nervios volvían a mi estómago de nuevo.
Minutos después volvió con una caja entre sus manos.
-Ya me dio hambre.- camine hacia la mesa y me senté. No me había dado cuenta de que estuve todo el tiempo parada en el mismo lugar.
-¿Huele bien no?- asentí. Abrió la caja luego de dejarla sobre la mesa y se sentó a mi lado.- bien, ataca.- dada la orden ambos nos pusimos a comer. Cruzamos miradas varias veces pero ninguno de los dos se atrevió a hablar.
Cuando terminamos me levante de mi lugar y tire la caja vacía a la basura. Me senté en el sillón y lo invité a hacer lo mismo, nos pusimos a mirar una película después de varios minutos de discusión para elegir cuál. Me aburrí, claro que me aburrí si a la película la eligió el. Me acomode mejor en el sillón y suspiré, él se volteó para observarme y se apoyó en mi cuerpo divertido. Sonreí levemente.
-¿Te aburres?- Se acercó más y comenzó a hacerme cosquillas.
-Ya...-dije entre risas- ya...Leo...- él también sonrió divertido, me dio un descanso de unos segundos.- ponte a mirar tu película aburrida.- me observo y reguló su respiración.
-Tengo algo más interesante aquí.- y en un acto rápido atrapó mis labios en los suyos. Me deje llevar, claro que me deje llevar, el sabor de sus labios era fascinante.