POV Leo
-Te estaba buscando.- dije sentándome a su lado. Ella estaba junto a la misma chica que en la primera clase de la mañana.
-No quiero verte ni tener contacto social contigo.- tomó un sorbo de café.
-Pues si es así será mucho mejor para ambos.- hable nervioso. Si ella le contaba a alguien sobre lo que sucedió en su casa aquella noche probablemente me sacarían la beca, el puntaje para mis honores y me llevarían a la cárcel.
-¡Ey tu! ¿Cómo estás?- lo que faltaba, rodé mis ojos y observe cómo Oliver se sentaba junto a nosotros. Ella también lo observo pero a él si le sonrió, no como a mi.
-Necesito saber quiénes son ustedes y de donde conocen a Federika.- dijo la chica rubia que hasta ahora se mantuvo totalmente al margen.
-¿Te llamas Federika? Que bello nombre.- Oliver volvió a abrir la boca. Ella asintió simpática, la verdad es que me gustaría concentrarme en su belleza, pero estaba aterrado por lo que saldría de su boca en lo que resta del año.- soy Oliver, un gusto.- dijo presentándose ante ambas chicas.
-No me habías dicho que estudiabas aquí- dijo Federika algo curiosa.
-Bueno, no tuvimos mucho tiempo para hablar.- él me observo algo incómodo.
-¿De donde se conocen?- pregunto de nuevo la rubia. Los tres cruzamos miradas sin saber que decir.
-Son los vecinos de abajo, los conocí en la mudanza.- hablo Federika segura. Quise soltar un suspiro de alivio pero lo disimulé. Por alguna razón ella me estaba cubriendo.
-Pero me has dicho que él robó en nuestra casa.- susurro lo suficientemente alto como para yo poder escucharla. Sentí calor inmediatamente, tal vez eran nervios.
-Me he equivocado de persona Dagna...él no era.- dijo segura. Oliver decidió mirar hacia otro lado, eso era mejor, si había alguien que no podía disimular absolutamente nada era el. Dagna observo a su amiga muy poco convencida pero al final, acepto las palabras de su amiga.
-¿Dagna?- dijo mi amigo observándola, la chica conectó su mirada con la suya.-¿Quieres ir a por un café? La cafetería está cerca de aquí..-a Oliver le temblaba la voz. Ella sonrió levemente, se tomó unos segundos para pensarlo y luego de eso, casi descaradamente puedo decir, acepto la invitación. Era casi irreal verlos a ambos irse a por un café.
Observe a la chica a mi lado, estaba concentrada en mirar a su alrededor con algo de desconfianza.
-Gracias por no decirlo...-dije sin vergüenza. Debía aceptar que se había portado bien conmigo.
-Que sepas que será la última vez que mentiré por ti.- se concentro en seguir mirando a su alrededor.
-Con eso me conformo...-le dedique una pequeña sonrisa, aunque no me viera.
-Bueno...¿no tienes nada más que hacer?- pregunto
-Tengo clases en media hora y la señora Gärtner no ha querido hablar conmigo.- pude notar como su cara cambiaba de repente, ahora parecía simpática.
-Esa mujer no te quiere.- acotó
-Pues claro que no, le he hecho la vida prácticamente imposible cuando curse primer año y cuando salí en el sorteo para acompañarla casi se desvanece.- sentí que una pequeña sonrisa salía de sus labios y después de varios minutos ella me miró.
-No pareces un chico estudioso
-No lo soy, solo hago lo que me gusta, aunque varias veces he ido en contra del sistema universitario.
-¿Eres un rebelde?- negué con la cabeza, sabía que si hacía algo en contra de la universidad me iban a echar enseguida y esa no era la idea. Solo me faltaban dos años para recibirme y no quería tirar todo por la borda, menos por alguna estupidez.-Pero fuera de la universidad si eres un rebelde...-afirmó para sí misma. Ladee la cabeza, podría ser.
-No hablaré del tema.- sentencie. Era de algo que no quería hablar por el momento.- La señora Gärtner es muy exigente a veces ¿como te has sentido en su primera clase?- pregunte cambiando de conversación.
-Presionada.- dijo inmediatamente, sonreí.
-Bienvenida a la universidad.- ella sonrió y se dedicó observar el entorno nuevamente. Por alguna razón le costaba mantener la mirada conmigo. Saco una libreta de su mochila y observo la lista de los libros que la profesora había pedido.- ella no utiliza ni siquiera la mitad de todo eso para sus clases, pero por las dudas ordena a leerlos todos, siempre quiere que sus alumnos estén preparados.
-He leído uno o dos de estos en mis ratos libres, no son muy entretenidos...-dijo algo preocupada.
-Ningún libro de aquí es entretenido, pero los necesitamos.- leí mejor la lista. Los había leído, claro que si. Me ha tocado hacer varios informes en base a esos libros, los recordaba perfectamente de mi primer año aquí, de hecho, uno de ellos me ha salvado de no repetir el año.
-Me pongo nerviosa de tan solo ver estos nombres tan importantes.- dijo golpeando levemente la lapicera entre sus dedos con la mesa de madera.
-Parecen personas inalcanzables, importantes y famosas, pero después de que los conoces a través de sus palabras plasmadas allí, te das cuenta de que ellos fueron como nosotros en algún momento de sus vidas.- ella suspiró. Sentía que algo le daba algún tipo de inseguridad.
-Tengo miedo de no poder pasar el año, mis padres han hecho muchos esfuerzos para que yo pudiera estar aquí ahora.- la observe. Como todo principiante, ella extrañaba a su familia. Nunca había tenido ese sentimiento, no podía ayudarla con palabras pero si podía entenderla.
-Si quieres puedo ayudarte con algunas clases.- dije casi sin pensar. Ella me observo por segunda vez en lo que vamos de la charla. Algo en su mirada había cambiado.
-¿Que te parece si hacemos un trato?- pregunto, un escalofrío corrió por mi espalda.
-Plantéalo y vemos...-dije ansioso.
-Tu me ayudas con la profesora Gärtner y a cambio te ofrezco mi silencio en lo que resta del año.- sabía a lo que se refería, entrecerré mis ojos, no tenia muy en claro si era un soborno o algo por el estilo.
-¿El resto del año?
-Se que aquí no quieren delincuentes...- acotó. Suspire, lo tenía claro, no era cualquier niña tonta. Un año me parecía demasiado poco, pero no me quedaba otra.
-Esta bien, te ayudaré con clases particulares. Espero que no rompas el trato...-la observe, ella puso una cara de satisfacción, creo que se había salido con la suya.
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SECRETOS DE CUIDAD "Aleksey" II
Romansa¿Que tan difícil puede ser irse a la cuidad de Heidelberg , Alemania a estudiar medicina? ¿Que tan difícil es sobrellevar el casi divorcio de tus padres? ¿Que tan difícil es mantener una relación a distancia con uno de los chicos mas queridos del pu...