3.Palabras de agradecimiento

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Me levanto de mi silla para ir a la mini cocina donde hay una máquina para hacer café, todos están muy concentrados en sus trabajos que corren de un lado hacia otro por las peticiones exigentes de nuestros clientes

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Me levanto de mi silla para ir a la mini cocina donde hay una máquina para hacer café, todos están muy concentrados en sus trabajos que corren de un lado hacia otro por las peticiones exigentes de nuestros clientes.

A veces pueden ser días de locos y, bueno, otros pueden ser tranquilos que nos dan tiempo de no hacer nada. Es muy raro, porque a veces parece que aún estamos en la universidad donde todo es una algarabía y otros días podemos sentirnos verdaderos adultos con compromisos. Un balance, tal vez.

Pongo el café en la máquina junto con el agua y espero que este se comience a procesar, agarro mi taza color nude de las repisas y repiqueteo mis dedos en la cerámica de esta. Pienso.

Siempre he sido una persona que observa mucho las cosas, tal vez intuitiva. Repaso las personalidades de mis compañeros, no les digo amigos porque es mejor a veces mantenerse al margen.

Nunca sabemos quién realmente nos puede estar apuñalando por la espalda.

Nathaly siempre ha sido una persona impulsiva y por ello a veces se hacen peleas entre algunos, aparte que a veces se encuentra a la defensiva. Aunque siempre tratará de subirte el ánimo con cualquier cosa. Es alta de cabello negro ondulado que le llega por encima de los hombros, utiliza lentes o lentillas la mayoría de las veces. Su piel es blanca aunque tiene unos cuantos lunares en ella. Sus ojos color café oscuro que hacen contraste con su cabello, su nariz recta y de labios finos pero muy rosados.

Diego, otro compañero, es perfeccionista hasta llegar al extremo que sus carpetas tienen que estar ordenadas por colores, número de cliente, etc. Aunque a veces es quien se altera por todo. Siempre lleva su cabello color miel despeinado, es un hombre atractivo a la vista. También de nariz recta y su rostro con facciones marcadas, unas cejas finas y no tan espesas. De piel trigueña, es muy alto y delgado, pero no a ser huesudo, tiene unos buenos músculos.

Sigo repasando a mis compañeros hasta detenerme en Calix, a él no lo conozco mucho, pero puedo deducir con solo verlo que es frío, reservado. Sigo perdiéndome en su heterocromía, admiro a aquellas personas que lo poseen porque de alguna u otra forma son especiales.

Siento el olor al café y me doy la vuelta, agarro la cafetera y vierto el líquido en mi taza, agrego leche y azúcar. Estoy a punto de llevarme la taza a los labios para poder degustar del amargo y dulce sabor de este, pero un pequeño toque en mi hombro hace que baje la taza y me dé la vuelta.

-¿Queda café? -pregunta el espécimen con heterocromía-. Veo que aquí todos son unas cafeteras, se la pasan todo el día tomando café.

-Es un placer de la vida -me encojo de hombros dispuesta a irme-. A todos nos gusta el café, nos mantiene despiertos.

-¿Me das café? -señala con su cabeza la cafetera y yo embobada me quedo viendo su rostro perfectamente detallado, es increíble. -Adara.

Nunca pensé que mi nombre se escucharía tan bien pronunciado por él, su voz ronca y rasposa acaricia cada silaba de mi nombre dándole un toque sensual a ello.

CELESTIALS [Mer]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora