11. Cena para dioses

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Bajamos de su auto para poder hacia la entrada del restaurante. Pasquale, su nombre, al parecer será comida italiana, no es una mala idea, es mejor que comer Hot Dogs de un carrito en el parque de Madrid.

En todo el camino Calix sostuvo mi mano, se siente bien tener a quien es preso de tus sentimientos. Siento que me he ganado la lotería al poder decir que ahora él es mi novio.

Que bueno que no pasarás el 14 de febrero sola.

Exacto, es una ventaja que ahora ya a finales de enero tenga una pareja, pero lo mejor de todo esto es que estoy con la persona que realmente me gusta, con quien quiero compartir momentos especiales. No puedo decir que lo quiero con exactitud porque apenas nos estamos conociendo más.

Entramos en el restaurante siendo guiados por un mesero que tiene un traje pulcro, Calix me lleva de la cintura mientras deja un pequeño beso en mi hombro desnudo, todas las personas que se encuentran comiendo tranquilamente nos voltean a ver como si fuéramos unas celebridades, tal vez nuestras apariencias no pasan desapercibidas. Él al ser alto, musculoso y tener heterocromía y yo con ojos verdes y cabello rojizo natural.

Llegamos hasta nuestra mesa donde nos ubicamos uno frente al otro, hay una gran ventanal donde podemos apreciar toda la vista de la ciudad. Los autos van y vienen, las luces de la ciudad se ciernen desde la altura donde nosotros podemos apreciarlo, se ve tan increíble que parece irreal. Parece una pintura relista que ha logrado extraer toda la esencia de la realidad convirtiéndolo en algo irreal e impresionante.

Dejan un menú en la mesa frente a mí, lo tomo comenzando a ojear los platos que en la descripción se leen exquisitos. Normalmente este tipo de lugares coloca una pequeña descripción de la historia sobre la evolución del restaurante. Cuando ya tengo mi platillo elegido me voy a las primeras páginas donde efectivamente esta es pequeña historia de la evolución.

"Robert Whitaker, un hombre ingles de familia muy trabajador y dueño de uno de los mejores restaurantes italianos a nivel mundial sacrificó la mayor parte de su dinero comenzando Pasquale en una calle de la ciudad de Londres. Su familia era muy perseverante en cuanto a querer salir adelante y poder tener una mejor posición económica. Las circunstancias no le favorecieron ya que en un terrible accidente perdió parte de su amada familia dejándolo solo con su hija R...".

No alcanzo a terminar de leer la historia porque me veo interrumpida por el mesero que llega a tomar nuestro pedido. Agarra nuestros menús y se va, regresa con la botella de vino que Calix ordenó para nosotros, el mesero la muestra y en nuestras copas sirve el líquido.

Llevo el vino a mis labios deleitándome con el maravilloso sabor que desprende en mis papilas gustativas y sonrío.

—Quita tu sonrisa de boba que solo es un vino —bromea Calix—. ¿Te está gustando?

—Me está encantando, Calix —respondo con una gran sonrisa plasmada en mi rostro—. Realmente todo esto está hermoso, muchas gracias.

—Lo dije una vez, pero puedo volver a decirlo —me extiendo su mano por sobre la mesa incitándome a tomarla cosa que hago y entrelaza nuestros dedos—. No seré un romanticón del diablo que siempre se esté empalagos, pero puedo darte muchos momentos como estos.

—Y yo no me quejo, a veces resulta ser muy diabético ello —reímos un poco por mi comentario.

Traza caricias en mis nudillos dándome la primera sonrisa dulce y verdadera que hace que me derrita, esto es demasiado lindo.

—Gracias por todo esto —le agradezco y me da otra sonrisa—. Está realmente hermoso.

—Dije que tendríamos una cena de dioses, Adara —me recalca lo que dijo mientras íbamos de camino al restaurante.

CELESTIALS [Mer]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora