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9

Sabía que tenía los ojos de Zayn sobre mí en cuanto puse un pie fuera de la furgoneta del brazo de Olivia, podía sentir su mirada quemar por mi espalda. No solo la suya, cientos y cientos de pares de ojos seguían cada paso que daba, mirándome a mí, y mirando a Olivia. Podría haber gritado que se metieran en sus propios asuntos, pero había tantas cosas en pasando por mi cabeza, tanto ruido cruzando por mis pensamientos, que prefería pretender que esos ojos curiosos no estaban ahí.

—¿Y ahora? —masculló ella.

Cuando la miré, la atrapé observando temerosamente todo a su alrededor, encogiéndose ante las miradas de los extraños que la asechaban. Era fácil notar como estas cosas la afectaban mucho más que a su hermana. Erin aparecía estar lo suficientemente cómoda en el lugar desconocido como para ponerse a pelear con Zayn.

—Nos largamos de aquí —le dije—, este ya no es un lugar seguro.

—¿Y a dónde?

Me encogí de hombros mientras apretaba los labios, no había dejado de mirar a Zayn hasta que Erin se marchó. Venía hacia nosotros con los brazos cruzados y una cara larga.

—No lo sé, lo voy a averiguar.

Me deshice lentamente de su agarre, podía notar que ella no quería separarse aún por la manera en la que sus afiladas uñas se aferraron a mi chaqueta, sin embargo, me dejó ir cuando su hermana estuvo junto a ella.

Acorralé a Zayn antes de perderlo de vista, y cuando sus ojos me miraron, pude ver como inmediatamente se desviaron a algo que se encontraba a mis espaldas, o a alguien, más bien. Tenía cientos de preguntas en la punta de la lengua, podía verlo en su mirada, en su expresión, en su ceja arqueada inquisidora, pero tantas cosas habían pasado, que lo último que quería, era para responder sus cuestionamientos.

Debió haber percibido que no estaba de buen humor, pues de inmediato evitó preguntar lo que tanto quería, y simplemente tomó aire y se quedó callado.

—¿Cuál es tu plan ahora?

Zayn se relamió los labios resecos, metiendo sus manos en los bolsillos de sus pantalones.

—Conozco un lugar aislado, posiblemente deshabitado, con muchas camas, un comedor grande y murallas, pero está en Yorkshire.

—Importa una mierda donde esté, siempre y cuando logremos salir de este cementerio. ¿Esas cosas siguen encerradas dentro de la base?

Él asintió silenciosamente. Estaba callado y distante, supuse que se debía a la conversación que había tenido hace poco con Erin, no se había visto para nada placentera. Ellos nunca se habían llevado bien, y no podía culparlo, Erin era un pedazo de persona difícil de manejar.

—¿Podemos irnos ahora? ¿Hay algún herido?

Zayn negó con la cabeza, podía ver como sus dedos tamborileaban dentro de sus bolsillos, ansiosos, mientras tomaba grandes bocanadas de aire frío. Podía notar que estaba tenso y se moría por fumarse algo. Le daría algo de mi cajetilla, pero sabía que estaba intentando dejarlo.

—Un par de muertos, las bajas son pocas. Y unos cuantos heridos —dijo, mordiéndose el labio. Claramente, no esperaba que aquellos atracadores decidieran tomar armas y matar a aquellos que no querían en su grupo. Estaba culpándose a sí mismo por no preverlo.

—¿Alguna extremidad perdida? —Zayn bufó, poniéndome los ojos en blanco, sin embargo, podía ver la sombra de una sonrisa escondida en su cara agachada.

—No por el momento.

—¿Y los heridos? ¿Quiénes son?

Entonces Zayn levantó el rostro, observándome con una mirada y una sonrisa que no sabía exactamente cómo interpretar.