23

600 89 47
                                    

—Solo uno rápido, prometo no darte muy duro —Zayn insistió, mientras trancaba la puerta principal.

—Ya te dije que no.

—Prometo no dejarte el cerebro líquido, con el golpe de la roca bastará.

—Joder, eres un pesado —mascullé, ajustando las ataduras de Jaxon detrás de su espalda. Si estaba escuchando su conversación, no lo demostraba.

—Para ser justos, teníamos un trato.

—Te dije que me golpearas con una roca en la cabeza si llegaba a encariñarme del mocoso, eso no ha pasado.

—Me atrevo a diferir. ¿Cuántas veces te morreas como adolescente con personas que detestas? —Zayn suspiró, por fin poniéndose de pie para asegurarse de que la puerta estaba bien cerrada. Luego, siguió con las ventanas.

—No es necesario que me importen o que las quiera. Existen las cosas de una noche...

—Sí, para el sexo —Zayn bufó—. Los besos románticos son otra cosa. Nadie se toma la molestia de seducir a un desconocido solo para besarlo y terminar la noche ahí.

—Joder, no voy a tomarle cariño a nadie por un par de besos. ¿Por quién carajos me tomas? —exclamé con furia, tal vez desquitándome con el nudo de las ataduras de Jaxon, pues lo escuché quejarse de dolor en cuanto ajusté la cuerda contra los barrotes de la chimenea.

—¿Acaso hablan del muchacho ciego? —Jaxon dijo con la voz rasposa, riéndose hasta que logró tensar mi mandíbula— Maldita sea, yo te veía las pintas de un mujeriego descuidado que iba rompiendo dientes y corazones por la vida. ¿Qué acaso no eres el ex de la rubia? Mierda, me hubiera gustado verla antes de la barriga.

—Te advierto que te detengas si no quieres que te rebanemos la lengua —intervino Zayn antes de que tomara la navaja en mi bolsillo e hiciera algo al respecto. Nadie podía notar mejor que él cuando estaba a punto de explotar.

—Oye, es un halago. Pensé que tenías buenos gustos hombre —Jaxon continuó provocando. Entorné los ojos, intentando descifrar que era lo que quería lograr con esto— ¿Por qué de repente bajaste tanto la calidad de tus aventuras de una noche? Digo, ¿en serio? ¿un muchacho? Ni si quiera es guapo, parece un bebé con esa cara redonda. Debe mamarla increíble como para voltear a un tipo como tú...

—¡Harry! —creí haber escuchado a Zayn en la lejanía, sin embargo, todos los sonidos a mi alrededor se escuchaban alejados, amortiguados, desde que comencé a sentir mis orejas tan calientes como el resto de mi cuerpo.

Saqué la navaja de mi bolsillo con una velocidad alarmante y la postré junto al cuello de Jaxon, dejando que la punta filosa derramara una gota de su sangre. El tipo cerró los ojos y sonreí al verlo sudar.

—Estas a una palabra más de morir desollado en este suelo, así que escoge bien cuál dirás, porque será la última.

—Inténtalo, y mi hermano no dejará de perseguirte, ni siquiera en la muerte. Y créeme, no se conformará contigo, él cobra con intereses —sus ojos viajaron hacia Zayn, como si estuviera advirtiéndome que su hermano y su grupo estaban dispuestos a llegar tan lejos como para matar a todos mis amigos.

—Harry —advirtió Zayn, luciendo más tranquilo cuando no clavé la navaja en el cuello de ésta sabandija de inmediato—. Esto es lo que quiere, distraernos y ponernos al borde para escaparse de alguna manera. Solo no dejes que se meta contigo.

—Es fácil con un tipo como él —admitió Jaxon—, tan iracundo que deja entrever sus emociones fácilmente. No es complicado encontrar las debilidades de hombres así, ¿no te parece?

letal; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora