—¿Podrías decirme de nuevo que ocurrió? —había escuchado a Julia decir entre jadeos, mientras luchaba por seguirme el paso, pero no podía detenerme.
—El ciego idiota creyó que era el hombre de acero, y decidió que estaba bien no decir nada sobre la maldita herida de bala que tiene en el estómago.
—¡¿Le dispararon?! —exclamó Julia, con ojos saltones.
—Más como un rozón, pero deberías ver su cara, parece un puto fantasma.
—Esto está mal —su voz salió trémula, aquello había logrado captar mi atención. La miré con una ceja arqueada, solo para descubrir que su rostro había palidecido casi tanto como el de Niall.
—¿Qué te pasa en la cara? Solo di lo que tengas que decir.
—Puede que esté infectado, y si la infección está lo suficientemente avanzada, podría morirse.
—No puedes estar hablando enserio —maldije en un susurro. Bufando, abrí la pesada puerta escandalosamente, con Julia pisándome los talones.
—La encontré. ¿Ya ha despertado el pequeño bastardo? Porque si no ha muerto, lo mataré yo con mis propias manos.
Zayn, que se había arrodillado junto al somier, se puso de pie y me miró con una expresión severa.
—Dulce como siempre, Harry. Ya ha despertado, gracias por tu preocupación.
Eso lo podía ver muy bien, la sabandija estaba empuñando las sábanas rígidas con fuerza, aferrándose a ellas temerosamente. Y claro que deberá temer, porque estaba a punto de aniquilarlo por traernos tantos problemas.
Sin embargo, quería hacerlo sufrir un poco más, por lo que no podía darme el lujo de matarlo tan rápido. En cambio, caminé lentamente hacia él, asegurándome de que mis pisadas resonaran lo suficientemente alto para hacerlo temblar. Mientras más me acercaba, más evidente era su estado febril, con la piel enfermiza y aperlada en sudor, y el cabello tan opaco y quebradizo que carecía de vida alguna. Era casi hasta penoso.
En cuclillas, lo miré a la cara, tan cerca que pude escuchar la manera la que pasaba un trago de saliva nervioso por su garganta.
—¿Cuánto tiempo has estado ocultando eso? —pregunté, aunque era una pregunta estúpida. Sabía que esa herida había sido hecha por alguien del otro grupo.
—Una semana.
Una maldita semana.
—¿Y has estado lidiando con ello tu solo?
Relamiéndose los labios pálidos, quiso pasar saliva de nuevo. Asintió, y por fin pude ver un atisbo de color en su rostro, un intento de sonrojo que quería aparecer en su cara pálida.
—¿Y por qué no dijiste nada? —Él no exclamó ni una palabra, en cambio, su rostro se tornó más rojo— Eres un completo imbécil, si te mueres, será tu culpa.
—¡Harry! —oí a Zayn rezongar en su lugar. Sabía que detestaba cuando le hablaba así, pero consideraba que, en esta ocasión, tenía derecho.
Por culpa de este niño imprudente y caprichoso, que ahora tenía ojos de conejo a medio morir, tendría que re-agendar mis deberes del día, posponer mi sesión de entrenamiento, y probablemente, tener que ir a buscar algo afuera para que no se pusiera frío sobre mi cama.
No podría dormir ahí sabiendo que el cegatón había estirado la pata en ese mismo lugar, por lo que, acomodándome la chaqueta sobre los hombros, me di la vuelta, percatándome por primera vez de que había más personas en la habitación, aparte de nosotros.
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letal; ns
FanfictionEn un mundo infestado, dónde las posibilidades de sobrevivir son escasas, Harry se promete llevar a Niall hasta el final. Spin off de Voraz.