Gilbert
Es increíble como muchas cosas cambian a través del tiempo, a veces hasta lo que considerabas para siempre se esfuma sin previo aviso, dejándote una herida con la piel expuesta, la cual se va juntando con otras formando cicatrices, sin embargo, a veces éstas son necesarias.
El sentimiento de culpa es muy parecido al miedo u asco, y te persigue como si cargaras sobre tus hombros una gran piedra la cual poco a poco va debilitandote sino eres lo suficientemente fuerte, y ésta caerá sobre ti desbordándose como un montón de sentimientos confusos o ideas erroneas, pero, ahí están, buscando algún refugio.
Las palabras son la salida de aquellos pensamientos no tan gratos, y mi vida siempre se basó de aquellas cosas tan pequeñas, las mentiras siempre estuvieron allí, sin alguna mortificación yo estuve envuelto en aquellas mantas de soledad, las cuales me cubrían hasta no poder respirar y no es algo tan básico y útil contarlo, pero mis sentimientos siempre estuvieron un paso delante de mi, así que nunca lo supe controlar.
12 de Octubre de 2015; Pachuca,Hidalgo
Casa de Gilbert; 4:30 PM
Después de clases, mi hermana y yo pasamos a comprar los ingredientes que ibamos a necesitar para cocinar, ya que tuvo la grandiosa idea de hacer pizza. La verdad jamás en mi vida había hecho pizza, ni siquiera había tocado la masa y aún peor usar el horno, pero fue algo que le prometí a Veronica, y tuve que hacerlo.
-A ver, se supone que tenemos que poner harina para que no se pegue la masa-dije mientras veía de reojo la receta.
-Muy bien, solo tengo que abrirla-contestó mientras abría la bolsa y la esparcía sobre la masa.
Seguimos cada paso que nos explicaba la receta hasta conseguir una muy bonita pizza, los dos nos sentíamos muy bien con el resultado.
-(Sostuve la charola en donde estaba la pizza para meterla al horno y después poner el tiempo necesario)
-Y eso pasó hermanito, de verdad estoy muy triste-dijo entre un puchero.
-Ay hermanita, lamento que tu libro haya terminado así, pero creo que si el chico era así de tóxico, era lo mejor-respondí mientras cerraba el horno y me acercaba a Vero para alborotar su cabello.
-¡Te he dicho que no hagas eso!-chilló mientras tomaba un poco de harina y la ponía sobre mi cara.
-¡Okay!, ¿así nos vamos a llevar?- dije al instante y deje harina sobre su nariz y cabello.
Ella estaba a punto de hacer lo mismo pero tocaron la puerta, y fui corriendo para que no llegara a mancharme de nuevo.
- ¡Hola,G!-saludó aquel chico de rizos revueltos que había visto horas antes en la escuela.
- ¡Hola Álvaro,pasa!
-Creo que tienes harina en la cara-mencionó mientras hacia ademanes con sus manos y reía un poco.
Y si, había olvidado que no habían pasado tantos minutos desde la repartición de harina entre mi hermana y yo, así que con el delantal que traía puesto, limpie la harina.
-Y dime, ¿Qué te trae por aquí?- pregunté mientras me acomodaba en el sofá a lado de donde Álvaro se encontraba.
-Vine porque me encontraba muy nervioso por la presentación de mañana, y quería preguntarte si podía exponerte lo que voy a decir-dijo mientras jugaba con sus manos,algo típico en él.
-¡Claro!, si quieres pode-
Fui interrumpido por mi hermana que venía hacia la sala.
- ¡Hermanito!, ¿quién era?
-Okay bonita, él es Álvaro, un amigo de la escuela. Y Álvaro, ella es mi hermana, Veronica.
-Mucho gusto, Veronica-respondió y dejo un beso sobre la mejilla de Veronica.
-Mucho gusto, Álvaro. Debo decir que eres muy lindo.
-Bueno, creo que iremos a mi cuarto, cuida la pizza y me avisas cuando ya esté, si?- dije a Veronica mientras ella solo asintió.
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Mi nombre entre tus labios
Teen FictionGilbert era un chico lleno de sueños y esperanzas que jamás esperó el amor, pero este llegó sin previo aviso. Álvaro era una persona con muchos sentimientos guardados, un pasado lleno de sombras oscuras, hasta que llegó esa persona que le brindaría...