Gilbert
-¡Aquí están! -una voz femenina hizo que nos separáramos de golpe y maldijera por lo bajo.
Mire hacia arriba y era mi hermana, su cabello revoloteaba por el viento y note que su cuerpo temblaba.
-¿No deberías estar en clases?
-¿Y tú? Te fui a buscar a tu clase y me dijeron que no habías asistido, entonces le pregunte a un chico que encontre regresando de su entrenamiento y me dijo que te había visto caminar por aquí.
- ¿Y para qué me buscabas?-dije enderezandome y sacudiendo mi mochila, vi a Álvaro haciendo lo mismo.
-Bueno, creo que lo mejor será irme, adiós - éste agito su mano un tanto nervioso como señal de despedida y antes de que pudiera responder algo, corrió en dirección a la cafetería.
-Creo que fui inoportuna, pero esto es urgente. Estaba en clase apunto de exponer y al levantarme me di cuenta que mi pantalón estaba manchado de sangre. Como es la primera vez, no supe que hacer, pero unas chicas me ayudaron y mi profesor me dijo que lo mejor era irme a casa, te van a justificar las faltas de las clases restantes.
-Ya veo, ¿antes de ir a casa quieres que compremos algo?
-Pues si, ¿no?- rodó los ojos y se cruzo de brazos para después avanzar dejándome en el mismo lugar en el que hacia unos minutos me encontraba a tan solo centímetros de la cortada respiración de Álvaro y su labio que lo traicionaba haciendolo ver nervioso.
Todo el camino me cuestioné si había estado mal lo que había hecho, y si, el presionarlo para admitir algo que no era tan fácil no era muy cortés de mi parte, a veces solía cometer errores los cuales me hacían ver como una persona egoísta, sin embargo, nunca lo admitía.
Llegamos a casa y vi como con pasos lentos subía a su recámara sin decir nada, suspiré y deje mi mochila en la sala sacando de ésta las cosas que habíamos comprado en aquella farmacia chica donde una señora pasando sus 70 años se encontraba en la caja, bastante amable me parecía.
Calenté un poco de té y lo serví en una taza, el aroma de éste era dulce y cálido. Subí a tientas con algunas golosinas y toque su puerta, recibí respuesta de ella y al entrar, estaba envuelta en algunas sábanas y su ropa se encontraba tirada por toda la habitación, nada raro.
-Aunque no lo creas, cuento con experiencia sobre este tipo de cosas, Heather siempre me tenía como su enfermero cuando pasaba por su periodo. El té caliente te caerá muy bien y con las pastillas que compramos ya se te quitarán los cólicos, las golosinas son para que te pongan feliz, sé que amas el chocolate y las gomitas.
-¿Qué haría sin ti?-preguntó mientras le tomaba un sorbo al té.
-Tranquila, cualquier cosa estaré abajo-dejé un beso sobre su frente y al intentar salir, me detuvo del brazo, lo cual hizo que volteara.
-No hablamos mucho sobre Heather...
Me congelé al instante, había mencionado a aquella chica sin darme cuenta y mi mente viajó 2 años atrás a Australia, los recuerdos me bombardearon de un segundo a otro. Heather era mi mejor amiga, nos conocimos gracias a que era hermana de una amiga de Veronica y hablamos por primera vez en su cumpleaños, habíamos ido a un restaurante en especial para celebrarlo, ella y yo nos quedamos hablando mientras nuestras hermanas iban a jugar algunos juegos de mesa. Me pareció una chica muy linda, con un caracter fuerte también, nunca le tenía miedo a nada.
Fuimos a fiestas, bailamos, algunas veces bebimos y reímos mucho. Una noche llamó su madre muy consternada y dijo que estaba en el hospital, había entrado en coma, pues horas antes su padre y ella habían chocado. Heather se había golpeado la cabeza con el cristal de la ventana, los doctores veían imposible que sobreviviera, así que decidieron desconectarla, lo cual para mi fue como si me atravesaran varios cuchillos a la vez. A las horas volvió a marcar y dijo que ya estaba hecho, que si quería podía ir a verla; al momento de su funeral me quebre y llore demasiado, después de eso, entre en depresión y empecé a ver a un psicólogo por petición de mi mamá, de vez en cuando iba al panteón a dejarle girasoles, sus favoritos por mucho.

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Mi nombre entre tus labios
Teen FictionGilbert era un chico lleno de sueños y esperanzas que jamás esperó el amor, pero este llegó sin previo aviso. Álvaro era una persona con muchos sentimientos guardados, un pasado lleno de sombras oscuras, hasta que llegó esa persona que le brindaría...