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Álvaro

¿Cómo empezar a describir mi vida?

Nací y crecí en Pachuca, no puedo decir que todo fue perfecto en mi niñez, muchas cosas pasaron. Mi madre siempre procuró darme lo necesario, y siempre estaré agradecido por eso, nunca he conocido a nadie con un corazón tan bondadoso como el de ella.

En casa solo estamos nosotros dos, antes una vecina cuidaba de mi cuando mi mamá tenía que trabajar. Hacía todo lo posible para que no notara su cansancio, pero era inevitable no hacerlo, sin embargo, con el paso de los años fui haciendome más responsable y cooperativo, teníamos que pagar renta y gastos necesarios, así que consegui un trabajo de medio tiempo y seguí estudiando hasta volver a tener una estabilidad.

Nunca conocí a mi padre, pero sabía que no necesitaba hacerlo, la idea me causaba escalofríos, y era porque según las palabras de mi mamá era un tipo muy violento, y decidí no arriesgarme a buscarlo, pues al final tampoco quiso saber de mi.

En mis 16 años solo he estado en dos escuelas, y me fui de la primera gracias a que me empezaron a hacer bullying al punto de golpearme, pues mi ex mejor amigo les había dicho a todos que a mi me gustaba él, no fue de ninguna forma algo bueno que se enteraran así, ya que también terminó en oídos de la directora y ella misma me describió como una persona anormal y acosadora por tener esos gustos. En la segunda entré en primero de secundaria, nunca llame la atención, pero ocurrió un incidente en el segundo año, salía de clases y vi como algunos chicos arrinconaron a una chica mientras la besaban a la fuerza, nadie hizo nada, hasta que yo me acerque y les grite, la chica logró correr pero a mi me dejaron en el piso sangrando. 

Después de eso, le dijeron a todos un chisme erróneo-obviamente contra mi-, y por supuesto nadie se atrevía a acercarse, excepto esos mismos chicos que cada que podían me empujaban o me tiraban bolas de papel.

Debo decir que cuando conocí a Gilbert todo cambió, algo en mi estómago se removió y a veces mis manos sudaban-cosa que odiaba-, también de alguna forma me sentía muy pequeño a su lado. Su simple compañía me daba mucha paz, y sus abrazos me confortaban como nunca nadie lo había hecho, me sentía completo.

Nuestro primer beso, en mi pecho hubo una explosión de emociones y podría jurar sentir una corriente por todo mi cuerpo. Cuando en las películas decían que todo alrededor se puede detener un momento, no lo creía, fue hasta ese instante que lo experimenté. Sus labios se movían a un ritmo lento y cuidadoso, sus manos se posaron en mi espalda dando pequeños repasos que me hacían temblar un poco.

Después de unos segundos abrí mis ojos y vi a un Gilbert tímido por primera vez, su cara lo decía todo, pero me preguntaba qué estaría pensando en ese momento, era tan inseguro de mi mismo que me cuestione si se habrá arrepentido de haberlo hecho, o no le habrá gustado, esas situaciones me ponían tan nervioso, pero pronunció algo que hizo que volviera a la realidad.

- ¿En qué momento caí?- rió soltando el aire contenido que tenía desde segundos atrás. Sonreí al instante.

[...]

Una de las peores cosas que tuve que pasar fue cuando tenía 11 años, eran apróximadamente las 10:00 PM cuando estaba apunto de dormir y escuche algo romperse junto con un sollozo, salí con miedo de la cama y me pare a lado del marco de mi puerta para escuchar con claridad que sucedía. Me tope con un señor dentro de mi casa aventando todo lo que encontraba por su camino mientras mi mamá lloraba, pues ese señor era el dueño del lugar de donde vivíamos y exigía que le diera algo a cambio para poder reponer todo lo que le debíamos, y aunque mi mamá le había rogado que le diera más tiempo, este se fue contra ella y justo ahí entré en un estado que nunca había experimentado, el miedo y la rabia se consumía por todo mi cuerpo, tomé una botella de vidrio y se la rompí en la cabeza, sin embargo, no había quedado satisfecho y con el restante de la botella lo apuñale.

No puedo describir lo que pasó después porque no lo recuerdo, mi vista se nublo y cuando desperte estaba en un hospital, sentí como mi madre intentaba calmar su tono, pero su angustia era más que obvia. Le pregunte que había pasado y me dijo que el señor había muerto, y eso quería decir que había matado a un hombre.

Entiendo lo que deben estar pensando, "fue en defensa propia" así como mi madre, y tal vez así fue, sinceramente cuando todo llega, la idea que menos resuena en mi cabeza es que fue por esa razón, sino el recuerdo de la sensación que hubo en mi mano y pecho. Recibí terapia y me hicieron algunos estudios psicológicos para poder salvarme de ir a una correccional, todo me parecía una completa mierda al escuchar lo que decía mi abogado, pero aunque el proceso fue un poco largo y toda mi escuela se enteró, pude ganar y comprobar lo que tanto había ensayado con las personas que me asesoraban.

Y si mi reputación en la escuela era mala, ahora es peor, creo que esta vez me tienen miedo, yo también lo tendría si el raro no fuera yo. 

Pero considero que he podido sobrevivir de la mejor manera, no estaré rodeado de amigos, pero creo que si tengo a Gil, estaré bien.

-Diario de Álvaro, 2016.


Mi nombre entre tus labiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora