Mi hermosa bestia

Capítulo 30

Salí y me dirigí al laberinto de arbustos en donde me detuve para enfrentarla. No dije nada esperando a que hablara

- ¿Como estas? - fue lo que me dijo haciéndome reír de la ironía

-Dime algo Rouse, te paseas tanto por la mansión de mi padre ¿y aun no te queda claro que toda la casa está atascada de cámaras? ¿Qué te hace creer que aquí no es igual? -

- ¿Cámaras? - dijo palideciendo

-Realmente lo intente sabes, intente recibirte aquí y por un minuto considere en perdonarte todo- llore sin poderlo evitar - perdonarte el que nunca me buscaras, jamás llamaras o enviaras un mensaje, una carta, señales de humo o que sé yo, trate de perdonar el hecho que de ibas a follar con mi padre y no te molestabas en platicar cinco minutos conmigo - dije y ella se veía sorprendida

-El me engaño linda- dijo justificándose como siempre

-¿Y yo que hice? - llore más - No te engañe, ni siquiera te vi, no tuve una madre en toda mi vida- tuve que parar porque el llanto empezaba a acelerar mi respiración - Nunca te tuve, y ahora que estaba dispuesta a disculparte descubro que me ibas a robar-

-No me ibas a perdonar-me dijo y negué

-Ahora veo lo estúpida que fui al pensarlo-admití

-Laneth, tú lo tienes todo sin hacer nada lo tienes todo y yo ¿qué? Nada, solo una vida miserable con un hombre miserable y unos hijos a los que no le puedo dar los gustos que quiero- espetó

- ¿Y ESO ES MI CULPA? - dije molesta y triste - yo no decidí nacer así, pero lo agradezco a cada minuto porque se lo afortunada que soy, y no digas que no hago nada porque no me conoces. Trabajo porque las personas estén mejor, bajo impuestos, subo salarios, bajo el precio de las cosas, tengo campañas, estudio, se mínimo nueve idiomas, se leyes, tengo empresas, estudio un país y hago cien mil cosas diarias, no puedes decir que no me merezco lo que tengo porque lo hago, apenas tengo 20 años y tengo muchísimas responsabilidades. - dije volviendo a llorar - tu no has crecido por qué te quedaste estancada en lo que pudiste haber hecho, pero no trabajas, no buscas nada que hacer, solo esperas a que alguien rico te dé todo lo que quieres mágicamente, tú te acostumbraste a ser una miserable- dije molesta y una bofetada me tomo por sorpresa, solo note que mi rostro se giró ligeramente y me ardía la mejilla

-Lane... Yo lo-

-Tal vez te merezcas esa miseria en la que estas viviendo- dije tocándome mi mejilla y empecé a avanzar

-Lane, Lane por favor espera-me dijo y tomó mi muñeca, me quedé quieta pero no la vi - No le digas a tu padre- esa palabra resonó en mi cabeza, no le importa a nada más que no le dijera a mi padre, no se disculpó, solo no quería que mi padre supiera. Quería parar las lágrimas, pero salían sin control

-Miguel y Mirna no tienen la culpa y solo por eso no le diré- me voltee hacia ella - pero escúchame bien Rouse, no quiero que ni tu ni tu esposo pisen esa mansión de nuevo ¿entendido? O me encargaré que su vida sea miserable realmente - me zafe de su agarre - te dejaré estar aquí hasta mañana no robaras aquí, ni a mi padre ni a nadie más, gánate tus propias cosas. Puedes llevar a tus hijos a la mansión y nada más, pero no lo arruines- le solté y la deje ahí en shock

Limpie mis mejillas, pero las lágrimas seguían saliendo, todo lo que me había dicho seguía en mi cabeza repitiéndose unas y otra vez, no le importaba yo, solo quería el dinero. Cruce y justo cuando iba subiendo las escaleras para ir a mi habitación choque con algo muy duro, o alguien. Levante mi mirada y era Antoni el cual al verme abrió mucho los ojos y me abrazo

- ¿Que tienes? ¿Qué ocurrió? - me pregunto sin soltarme, no respondí sólo llore más, sentí que me cargaba y entrábamos a la habitación, me dejó en la cama y agache mi cabeza. - Bella, háblame amor ¿Que paso? - dijo hincándose enfrente de mi