Prólogo

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Cuentos mágicos, hadas madrinas, villanos, salvadores, princesas hermosas con grandes vestidos que viven felices para siempre en sus maravillosos castillos, y por supuesto con su caballeroso y apuesto príncipe. ¿Qué niña no ha deseado ser una princesa, tener un príncipe y vivir en un gran castillo para ser felices por siempre? Lo sé, casi todas. Y aquí es donde entro yo.

Mi nombre es Isabella Laneth Hiden R. III, pero prefiero que me llamen Lane. Mi padre, Roger C. Hiden IV es el Rey de uno no muy grande pero poderoso país llamado Greda. Pero espera, no quiero que te confundas y tengas una mala interpretación de mi historia, sabes a que me refiero, ¿no? Estamos en pleno siglo XXI, no creerás que ser princesa es tan aburrido como en los cuentos.

Déjame aclarar tus ideas, ya no solemos usar los títulos nobiliarios, no con todas las personas por lo menos, los vestidos enormes e incómodos quedaron en el olvido, ahora usamos ropa que no sea tan anticuada, lamentablemente la mayor parte del tiempo es ropa formal y super elegante (regla que rompo muy seguido) vivir en un castillo súper viejo por suerte también quedo atrás, siguen siendo de nuestra propiedad, pero créeme nuestra casa es todo menos anticuada, obviamente también los derechos y la educación han cambiado, las mujeres ya tenemos lo que nos merecemos, o cuando menos la mayor parte del tiempo. Solo hay una cosa que lamentablemente no hemos podido cambiar del todo, las alianzas por conveniencia, ya sabes esa en donde un rey casa a su hermosa hija con el hijo de otro rey para que su reinado sea más poderoso y grande. Vaya mierda.

Pero ese, ese último punto es lo que me hace contarte esta historia, es el inicio de todo. Simple y sencillamente MI BODA, sé que suena horrible, pero si te soy honesta estoy feliz y emocionada, papá me contó del chico, es un año mayor que yo, tiene excelencia académica, y bastantes talentos, también dice que es muy caballeroso y amable, en fin, según papá es un buen partido y yo le creo, soy hija única (por lo menos para él), su niña, su princesita me cuida muchísimo y sé que jamás me casaría con alguien que no me de lo que merezco. ¿O no?

Creo que deben de estar pensando ¿Cómo carajos te casaras con alguien a quien no has visto ni una sola vez en tu vida, Lane? Pues siendo sincera no tengo muchas opciones que digamos, pues el día que lo conoceré será el mismo día de la boda, justo para que no haya discusiones de que no me quiero casar con él y cosas por el estilo. Así que lo mejor es poner de mi parte, de esa forma la boda será tal cual la quiera y no estaré amargada todo el tiempo. Me gustan los cambios y me suelo adaptar bien a ellos, siempre procuro verle la mejor cara a la moneda.

Ya que los puse un poco al tanto comenzaremos a vivir esta nueva travesía. Justo ahora estoy tirada en mi cama con muchas revistas de bodas a mi alrededor.

-Bien yo propongo que las invitaciones sean de color negro con detalles dorados- me dice la chica que esta sentada en la alfombra.

-Juliana, es una boda, no un funeral- respondo rodando los ojos y ella se ríe, Juliana es mi mejor amiga prácticamente desde que nací. Nuestras familias son muy unidas desde años y además siempre vivimos literal una a lado de la otra.

-Pues si yo fuera tú, para mí sí que sería todo un funeral, daría por muerta mis citas, vida social, alegría, libertad, prácticamente toda mi juventud... - exagera dramáticamente y yo vuelvo a poner los ojos en blanco viéndola divertida

-No me estás ayudando mucho que digamos con tus comentarios- finjo un puchero-sabes tan bien como yo que opción, no tengo, así que ayúdame a que sea una fiesta genial- se me queda viendo con los ojos entre cerrados

-Bien, bien, tienes razón, no estoy siendo muy útil, solo que no quiero perder a mi mejor amiga- puedo notar que sus ojos están llorosos así que me lanzo a abrazarla

-Si serás tonta, obviamente nunca dejaremos de ser mejores amigas, podremos hablar, podrás visitarme y yo a ti- digo separándome de ella- así que ponte modo perra loca de las fiestas y ayúdame a terminar todo que mi boda es en una semana- La familia de mi futuro esposo había querido que fuera lo mas pronto posible por alguna razón.

Mi hermosa bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora