Mi hermosa bestia

Capítulo 8

Antonio

Abro los ojos y me quedo viendo el techo por unos minutos, aun no hay luz atravesando las cortinas, dejo de abrazar a la pelinegra que esta sobre mí y me estiro por mi teléfono son las cico de la mañana y tengo una erección que realmente me está fastidiando a pesar de que hace unas horas tuve el mejor sexo que he tenido. No lo admitiré, pero en el fondo sé que lo fue.

Pase una noche ... interesante, supongo que no va ser tan malo estar con ella hasta la luna de miel y es verdad que no me cae nada mal, y si la hubiera conocido antes que a Nicole las cosas serian diferentes, me hubiera enamorado de inmediato. Y es que no solo esta buenísima, es una de las mujeres más inteligentes que he conocido, tiene buen sentido del humor, es amable, siempre sabe de qué hablar, mi familia la ama, tiene una cantidad impresionante de talentos ... Prácticamente es la mujer perfecta, pero no puedo amarla, yo amo a Nicole.

Lane se mueve destapándose y deja ver su cuerpo desnudo, que solo tiene mi camisa desabrochada, se me pone más dura de lo que ya la tenía, no aguanto más. Me pongo encima besándole el cuello, y bajando a sus senos, su cuerpo me vuelve loco. Un poco después siento sus manos en mi cabello y regreso a su cara.

-Buenos días- me sonríe, su aliento es fresco y huele a pasta dental, analizo su cara tiene rasgos muy finos, unas largas y muy negras pestañas adornan sus ojos grises tan grises como el hierro con algunos destellos azules, su nariz es pequeña y respingada, su piel tan suave y hermosa, tiene unos labios carnosos y rojos, su sonrisa encanta a cualquiera.

-Buenos días- digo al fin y la beso, su lengua no tarda en seguirme el ritmo y eso me encanta, me gusta que se acople a mi ritmo sin problema, bajo mi mano a su trasero y ella me empuja poniéndose encima de mí, comienza a frotarse con mi miembro y son estos pequeños momentos que dudo en que nunca lo haya hecho con nadie porque parece tan experta en lo que hace. Lo único puesto que tengo es el bóxer así que lo que nos separa es casi nulo. pasa sus uñas lentamente por mi pecho y detiene su mano en mi bóxer sacándomelo, toma mi miembro y comienza a mover su mano de arriba a abajo llevo mi cabeza hacia atrás soltando un gruñido de placer. Y de nuevo no puedo creer que esta mujer apenas anoche era virgen. – Nena el condón- le recuerdo

-Tomo anticonceptivos- dice besándome y la detengo

-No quiero arriesgarme- digo, me ve a los ojos, me gustaría saber lo que esta pensando.

-Bien, pásamelo- dice y se levanta recargándose en sus rodillas, me estiré agarrando un condón de mi cajón y se lo di, me lo puso y acomodo mi falo en su entrada, empezó a bajar despacio e hizo una mueca de dolor

-Déjame hacerlo- me levante un poco, pero ella puso una mano en mi pecho, negando con la cabeza, se inclinó a mi boca besándome feroz, como me calentaban sus besos. Ya dos veces me había dejado con ganas en el baño, pero sin duda valió la pena la espera, ella bajo más, estaba tan apretada que se sintió muy bien, poco después comenzó a moverse de arriba abajo -joder- susurre en su boca, ella sonrió hipnotizándome y fue dejando besos en mi mandíbula y cuello, conforme se iba acostumbrando aceleraba los movimientos, se enderezo dejándome verla, sus pechos subían y bajaban, puse mis manos en su cadera para acompañar sus sexis movimientos que hacían imposible contener mis gruñidos, fije mi mirada en su abdomen perfectamente tonificado y vi que tenía de nuevo la perforación con una piedra azul turquesa en su ombligo.

-Me la volví a poner hoy- dice y su voz suena muy sensual -No quiero que se me cierre. Es un cuarzo- me explica medio jadeando - se dice que es una piedra sanadora muy eficaz que ofrece bienestar al cuerpo y espíritu, también lo utilizan como amuleto protector- asiento y vuelvo a fijar mi mirada en su rostro.

-No me gusta- digo agarrándolo despacio

-Por? Se me ve bien- dice segura con una sonrisa y si es verdad se le ve tan jodidamente bien, pero Nicole tiene uno en el mismo lugar